"La lucha contra el ébola fue terrible, a nivel médico era devastador y a nivel logístico tenía una complicación altísima; adaptamos un espacio para que se convirtiera en un hospital de aislamiento para más de 60 camas y cada actuación que teníamos que hacer, cambiar una bombilla, cualquier reparación, teníamos que ponernos los trajes de protección, con temperaturas de más de 40 grados, y era una locura".

Así recuerda José Luis Vázquez su experiencia en Sierra Leona con Médicos Sin Fronteras, en plena epidemia del ébola, entre 2014 y 2016, cuando la enfermedad que asoló países enteros en África logró levantar la mirada ensimismada de occidente.

Vázquez en Sierra Leona (Foto cedida por José Luis Vázquez)

Este cántabro afincado en Valladolid ha compartido su experiencia esta semana en el Museo Patio Herreriano, con motivo de la proyección de 'Aflicción', un documental que repasa el trabajo de Médicos Sin Fronteras en aquél momento en Guinea, Sierra Leona y Liberia. "La idea era aprovechar la proyección para explicar cómo fue nuestro trabajo con el ébola, tanto en tamaño, que fue un despliegue brutal, como en el tiempo, porque estuvimos desde el comienzo de la epidemia en 2014 hasta que se dio por terminado en 2016, en África del oeste que es donde estuvimos", expone Vázquez, que matiza que aunque la enfermedad cesó en su pandemia más devastadora, "desde mediados del año pasado hasta ahora ha habido un par de brotes, no tan fuertes como entonces, pero que sigue dando muchos problemas especialmente en Congo".

José Luis Vázquez centró su participación como encargado de la logística en Sierra Leona. "No es de los países que tiene una de las peores situaciones de África, hay clase media, cierto nivel de calidad de vida, pero el ébola les machacó, destrozó el sistema sanitario, colapsó los hospitales y eso disparó los contagios porque al principio lo trataban como si fuera malaria porque los síntomas iniciales son parecidos", recuerda, al tiempo que apunta que el saldo tras aquellos años "fue de 30.000 afectados, 16.000 confirmados y 11.000 muertos, algo terrible".

José Luis Vázquez (Foto: Luis Martín Cuesta)

La participación de Médicos Sin Fronteras fue tan intensa que atendieron a una de cada tres personas que recibieron tratamiento y asistencia sanitaria.

El ébola rozó a España. "Para la mayoría de personas estos temas suenan a chino, por eso de ver que la enfermedad puede estar a las puertas es un impacto; si tienes perspectiva te das cuenta que es un caso, de una persona que ha tenido muy mala suerte, pero que hay países donde el ébola está arrasando a toda una sociedad", explica Vázque.

El recorrido de José Luis con Médicos Sin Fronteras se pierde en la memoria desde 2005 y se mantiene vigente por las experiencias acumuladas de las que dan fe los múltiples sellos en el pasaporte. "He estado en Sierra Leona, Siria, Etiopía; pero antes en Yemen, Sudán, en el huracán de Filipinas en 2014, Guinea Bissau, República Centroafricana, Níger, Congo... y en verano volveré a salir con el equipo de emergencias de Médicos Sin Fronteras, pero como el propio nombre indica, aún no sabemos dónde", repasa.

Vázquez en Sierra Leona (Foto cedida por José Luis Vázquez)

Repercusión

"Es difícil hacerse una idea desde aquí de lo que ocurre allí, en África en este caso o en otros lugares, hay gente que te mira como si le hablaras de las lunas de Saturno, pero se despierta un interés cada vez más importante, cuando trasladas tu experiencia sobre el terreno la gente suele empatizar, mostrar interés", comenta Vázquez.

José Luis Vázquez (Foto: Luis Martín Cuesta)

Sin embargo, para este colaborador de Médicos Sin Fronteras, el futuro no es halagüeño. "Está yendo a peor, la criminalización de los inmigrantes es una barbaridad, personas que están huyendo de la guerra, que en Siria un día se quedan sin casa, sin trabajo, con familiares muertos, y tienen que salir de su país y se encuentran las fronteras cerradas".

Mientras tanto, cientos de personas como José Luis continuarán con su ejemplar labor, "haciendo pedagogía, contando lo que está ocurriendo, lo que vemos sobre el terreno, la labor que hacen Médicos Sin Fronteras y otras organizaciones, para desmontar los cuentos que trasladan algunos, que son mensajes más simples y que a veces calan más aunque sean mentira".

Foto: Luis Martín Cuesta