Los trabajadores de las plantas de Seda Outspan Iberia en Villamuriel de Cerrato y en Palencia irán a huelga "ante el fracaso de la negociación" con la empresa sobre una subida salarial y este jueves llevarán a cabo la última de las concentraciones a las puertas de las factorías.

Según ha explicado a Europa Press el presidente del Comité de Empresa, Alfredo Solla, aunque llevan negociando durante año y medio a petición del propio comité las posturas entre la empresa y los trabajadores no se acercan.

El Comité de Empresa asegura que no ha habido "ningún avance en la negociación" en este mes que haga vislumbrar que esta situación no vaya a acabar en un "conflicto colectivo" y ha defendido que ante el fracaso de la negociación, los trabajadores se van a ver abocados a ejercer su mayor derecho, que es el de la huelga.

Cuando comenzaron las concentraciones Solla apuntaba que la situación de la empresa era magnífica, ya que había hecho una inversión de 25 millones de euros e iba a seguir invirtiendo. "Hay previsiones de fabricación de un 30 por ciento más en Villamuriel y un 20 en Palencia", afirmaba.

Ante esta situación, el Comité de Empresa pidió una subida salarial del 2,5 por ciento más IPC para 2019, un dos por ciento más el IPC para el resto de años, más un día de asuntos propios retribuidos para conciliar.

Según el presidente del Comité de Empresa, Seda planteó dos escenarios, uno en el que se mantendría el actual convenio con la propuesta de subida "sólo del IPC" y otro con el que aumento de 1,3 en 2019 y un tres por ciento para el resto de los años, hasta los cinco de vigencia del nuevo convenio.

"Para aplicar esta subida tenemos que renunciar a otros conceptos a los que no estamos dispuestos como el complemento de incapacidad temporal", ha advertido Alfredo Solla que explica que la empresa compensa con hasta un 80 por ciento del salario cuando alguien está de baja, aunque el estatuto habla de un 75 por ciento, y con la nueva situación "una persona que esté de baja 6 meses pierde más de 300 euros anuales".

"Lo que nos están ofreciendo no es una subida salarial, es cambiar dinero de un sitio a otro porque a ellos no les va a costar más dinero, no tienen presupuesto para esa subida que pretenden pagar con lo que quitan de las bajas", ha precisado.

La plantilla admitió una reducción salarial en 2011 cuando la empresa sufrió un ERE para entrar más tarde en concurso de acreedores y vender la unidad productiva a Olam, actual propietaria de la cafetera.