El novillero vallisoletano Mario Navas pide paso
Estará en la semifinal del certamen “Destino la Glorieta”, organizado por La 8 Salamanca (Cyltv) junto Daniel Martín, otro vallisoletano que tiene buen son taurino. Navas ganó el pasado año el “Certamen de Escuelas de Tauromaquia en Clases Prácticas”.
Es alumno de segundo curso de la Escuela Taurina de Salamanca, tiene 19 años y el pasado agosto se clasificaba para participar en la semifinal, aplazada por las medidas sanitarias. Mario tiene influencias taurinas a través de su padre, Félix Navas, apodado “El Cuqui” en su etapa novilleril. Después se pasó a la plata finalizando su carrera al compás de su jefe de filas, Manolo Sánchez.
Semanas atrás, pudimos conversar con nuestro protagonista y lo citamos en el coso del Paseo de Zorrilla para grabar un reportaje emitido en Grana y Oro. Navas se mostró muy responsable en todo momento, denotando gran personalidad. Y cauto ante la pregunta sobre su debut con picadores. “De momento -dijo el novillero- vamos a ver cómo se desarrolla este año y el que viene”.
Dos años de enseñanza en la escuela charra le han servido para aprender las bases del toreo e ir cogiendo oficio. En este tiempo ha lidiado unos veinte añojos y erales, con actuaciones interesantes en el coqueto coso de Huerta de Rey y en el festival de Ledesma. También se proclamó vencedor del Certamen de Escuelas de Tauromaquia de Clases Prácticas.
El aspirante a novillero con caballos no pierde el tiempo, y compagina sus clases de toreo en la escuela salmantina con los de gestión administrativa en Valladolid. Durante la grabación y el posado de fotos vino acompañado de su padre y de Adrián, su hermano mellizo quién está formándose como mozo de espadas. Así todo queda en familia.
También se unió Pancho, el hijo mayor de Manolo Sánchez. Un guaperas espigado que este año cursará estudios de relaciones internacionales. Al parecer, el primogénito del buen torero vallisoletano prefiere los caminos más llanos que los que eligió su padre desde temprana edad.
Lo dicho, a esperar que llegue la “nueva normalidad” y podamos ver a los futuros toreros vallisoletanos en sus primeros compases. El relevo generacional de coletudos en Pucela viene muy, muy despacio. Mario Navas posó junto a la puerta grande del añejo coso: “Un día me gustaría abrirla”, dijo cargado de sueños de grandeza torera…Ahí lo dejamos.