Recordando a Manolo Sánchez: torero de mucho temple y depurado estilo
El diestro vallisoletano Juan Manuel Sánchez Moro, conocido en los carteles como Manolo Sánchez, pronto cumplirá medio siglo de vida tras una carrera intensa como torero, veedor y asesor: 25 años en activo, casi 30 de alternativa; 500 corridas de toros, 46 paseíllos en Valladolid y 42 en Madrid, por ser los más significativos.
El diestro vallisoletano, con el que acordamos el reportaje para Grana y Oro en el coso del Paseo de Zorrilla, donde nos acompañó Jorge Manrique, hacía un repaso de su carrera recordando su memorable alternativa con Roberto Domínguez y Espartaco en 1992, y el mano a mano en 1994 con el de Espartinas, donde cortó cinco orejas, entre otros triunfos de Madrid y otras plazas.
GALERÍA DE IMÁGENES de Fermín Rodríguez
Otra de las tardes interesantes del fue la feria de 1993 en Valladolid cuando cortó el rabo a un toro de Núñez del Cuvillo. Hubo que esperar siete años, (el último rabo lo había cortado Espartaco en 1986) para que un diestro alcanzara tan importante premio en el coso pucelano.
Por cierto, en la noche de esa corrida hubo cena en La Criolla de nuestro entrañable Paco Martínez. Y los manjares fueron regados con una botella de vino francés (Petrus 1989) de 50.000 pesetas la pieza; regalo prometido del hostelero al diestro vallisoletano que obtuviera los máximos trofeos en la feria.
También recordó con agrado la gran faena en Valladolid a un toro de El Sierro, (de nuestro amigo el ganadero charro Luis Sánchez Ortíz de Urbina) con el que toreó a placer en una de sus mejores tardes. Así como su brillante etapa de novillero actuando cinco veces en Las Ventas con dos salidas a hombros.
Tras su retirada de los ruedos en 2011 en Valladolid, (con José Tomás y Leandro) -aunque volvió a su plaza para una sola tarde en 2017 en un mano a mano con Enrique Ponce- está laborando para la Casa Chopera y BMF, (empresa mexicana que gestiona en España Antonio Barrera) en su labor de veedor de toros.
Otra de las actividades que ha tenido durante estos años ha sido la de asesorar y acompañar al diestro Toñete, recientemente retirado, con quien ha mantenido una relación intensa, tanto a nivel profesional como personal.
Manolo Sánchez siempre dejó un buen sabor de toreo clásico, de temple y de clase torera entre sus numerosos seguidores. Estuvo varias temporadas actuando en todas las ferias de España, Francia y América alternando cartel junto a las figuras de la época.
Luego tuvo altibajos, como la mayoría de los coletudos, pero siempre será recordado por su temple y por su depurado estilo. Manolo marcó una época del toreo en Valladolid y siempre estará en el recuerdo de los buenos aficionados.