Castilla y León

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Sociedad

Madera y movimiento en un arte muy rural

13 marzo, 2021 11:44

David Herrero / ICAL

Arte en madera y movimiento. El municipio norteño de Villabellaco, perteneciente al Ayuntamiento palentino de Barruelo de Santullán, acoge el Museo Casa Taller de Herminio Revilla, que comparte entorno con la Senda de Ursi, en honor al escultor Ursicino Martínez Ursi.

Nada más llegar, Heminio da paso al Patio de las Energías, que está comprendido por las fuentes energéticas que han movido el desarrollo en el Siglo XX, de la mano del aire, el agua, el sol y el petróleo.

Tras ello, se abren paso cuatro salas expositivas en las que el visitante se encuentra a más de 500 tallas, en maderas nobles, que representan diferentes motivos y temáticas tradicionales, escenificando los saberes y oficios del medio rural y de Palencia.

Detalla a la Agencia Ical que su saber lo aprendió de su progenitor, ya que su primer juguete fue una navaja, con la que dio sus pinitos al comenzar a tallar madera desde niño. Sus inquietudes por el saber le hicieron estudiar electricidad, lo que implicó que trabajara en el área eléctrica de Galletas Fontaneda, además de formarse posteriormente en estudios de radio. 

Este último apunte ha sido clave para que el Museo Casa Taller albergue diversos aparatos de radio, con una abundante colección, todos en funcionamiento, y de equipos electrónicos de primera generación fruto de sus trabajos profesionales.

Maquetas de oficios


Además, se suman 60 maquetas con movimiento de antiguas artes y oficios, todas ellas localizadas en la segunda sala. Una ferrería, un batán, en recuerdo a las famosas mantas de Palencia, el molino harinero o la herrería son algunas de las maquetas más llamativas.

“La mayoría son reproducciones de trabajos que han existido, tanto en la provincia como en la Comunidad, siempre relacionado con el movimiento de los mismos, con el fin de poder enseñar su funcionamiento”, señala. 

Todas ellas realizadas a mano, con materiales reutilizados, al no adquirir nada en ninguna tienda, y siempre con el característico movimiento, que no puede faltar, recalca Revilla.

Una de las maquetas más laboriosas hace referencia al pueblo aguilarense y su papel industrial en la zona desde todos los ámbitos. Para ello, traslada que lo representó en varias fases, a partir de la reproducción de un transformador (electricidad del pantano); la industria alimentaria; una hormigonera (la construcción); un torno para los talleres y la escenificación de aperos de agricultura en las ruinas de un castillo.

La obra finaliza, por último, con la colocación de una máquina de coser para representar la costura y el comercio. “El mayor detalle es que todo tiene movimiento, hasta la hormigonera o la máquina de coser”, a modo de radiografía del ámbito rural de la villa galletera, comenta. 

De forma horizontal y de una sola pieza, bajo el título ‘El paso humano por el planeta Tierra’, Revilla desgrana a la Agencia Ical la maqueta que más tiempo le ha llevado de trabajo, nada más y nada menos que tres años.

En ella se observa la mano del hombre y de la mujer que tienden a unirse, para dar paso al planeta, colocado en la parte central. A partir de ahí, con una longitud de unos tres metros, se “escenifica la evolución y las diferentes épocas del hombre”, desde el descubrimiento del fuego, la cerámica, la rueda hasta la aparición de los metales, la electricidad o el teléfono. El final se traduce con la fabricación de robots y un cohete, simulando la huida de la Tierra, asevera.

Tallas y madera


El resto de la importancia lo ostentan las esculturas y tallas de madera. Desde su propio abuelo encorvado y el propio Herminio de niño hasta, de nuevo, el propio artista ya de mayor. 

Esculturas, en la mayor parte d ellos casos, realizadas con madera de olmo, pero también ha empleado otros tipos debido a la variedad de la zona. Entre las últimas creaciones destaca la cabeza del Cristo del Otero o una pequeña obra en homenaje al género femenino y las madres, con motivo del Día Internacional de la Mujer, conmemorado el pasado lunes.

Aunque hay dos obras que barren para casa, para la tierra. En dos troncos de olmo, la ‘Palencia Románica’ se representa con los nueve municipios más característicos de este arte, acompañados por una leyenda en la que se aprecian templos o lugares señalados.

En el segundo tronco, Revilla rinde un homenaje a Castilla y León, de la mano de las nueve provincias que conforman y unen la Comunidad. De igual manera, el escudo regional y los provinciales dibujan las diferentes partes de la talla de madera.

Por último, los pasos se dirigen al cobertizo de la entrada, lugar donde se guardan tallas de mayor tamaño, como la estatua de su mujer Carmen López o un batán tradicional que encargó el exalcalde de la capital palentina, Heliodoro Gallego, para el Museo del Agua, el cual sigue esperando en Villabellaco, puntualiza.

Para los interesados en acercarse al centro, que cuenta con todas las medidas de seguridad del protocolo contra el coronavirus, deberán pedir cita previa en los teléfonos 678 391 110 o en el 649 159 678. El horario se estructura de martes a domingo, de 10 a 13 horas y de 16 a 19 horas.

Ayuda para el futuro


Herminio y su mujer piden ayuda a las administraciones públicas, tanto la Diputación como la Junta, para evitar que todo su trabajo y los elementos expuestos se pierdan en el olvido. “Esto se ha consolidado, con 5.000 visitas durante el pasado año, a pesar de las restricciones y la presencia del COVID-19”, afirma.

Se pregunta si este centro no es un recurso para la zona, más si cabe en los tiempos que corren, en la que todos deben de arrimar el hombro y remar en la misma dirección para luchar contra el acuciante problema de los pueblos, que no es otro que la despoblación.

Por ello, solicita que les reciban para acordar un planteamiento que garantice un futuro óptimo al museo. “Que lo cojan ellos y lo gestionen, porque nosotros ya no podemos llevarlo”, en referencia a la edad del matrimonio 

Aunque su preferencia es que se mantenga su ubicación en la localidad norteña, reconoce que no le importaría que se trasladara a otro pueblo e, incluso, a la capital, pero siempre en Palencia. Es decir, que se localice en un lugar adecuado, espacioso y donde se pueda mostrar a todos los interesados, añade a Ical.