Lucía Sánchez / ICAL
No sabe lo que le deparará el futuro y si su nuevo negocio será próspero y perdurable en el tiempo, sin embargo, su espíritu emprendedor y decidido le impulsaron abrir, en plena pandemia, la ‘Yaya de Soria’, un establecimiento de comida para llevar “de la que hacen las abuelas y las madres”.
El burgalés, David García Jorge, abrió en noviembre del año pasado este nuevo establecimiento en la calle Almazán de la capital, tras detectar que en Soria no había un negocio que ofreciera comida “de verdad, hecha a mano y con sabor del puchero de las abuelas” a un precio asequible.
Se levanta a las 4.00 de la mañana para preparar a diario los platos que dan forma a su menú diario, que abarcan desde verduras frescas cocidas al punto hasta otros platos más innovadores como ensaladas de quinoa, sin olvidar, los tradicionales de la cocina española como los morros a la riojana, codillos guisados, o chipirones en su tinta.
Después de vivir por toda España y durante los últimos cuatro años en Londres, el emprendedor volvió a Albacete a trabajar para una empresa, que le encomendó la tarea de abrir un restaurante en Miami (EEUU). Esta decisión empresarial se truncó con la crisis sanitaria y provocó que diera un cambio radical en su vida y eligiera Soria como destino vital.
“Soria es una ciudad pequeña a la que faltan servicios y necesita emprendedores que le den vida. Yo he apostado porque soy muy atrevido. Si sale mal, me reinventaré y apostaré por otra cosa”, confiesa.
Antes de iniciar su negocio se dirigió a la Semillero de Proyectos de la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento de Soria que le asesoraron respecto al plan económico y de empresa, ya que la idea estaba creada. “Este negocio no existía en Soria, pero sí en otras ciudades y corroboraron que era viable porque existía un nicho de mercado. El Semillero me ayudó a responder muchas preguntas que tenía respecto al local y al mercado”, puntualiza.
Los técnicos del Semillero de Proyectos detectaron que hay un sector de la población que no quiere cocinar, otro que no sabe, y que su negocio encajaba, además, con las demandas de los más mayores, que viven solos y requieren de este tipo de servicios.
La elección de Soria no fue al azar. La familia de su pareja reside en un pequeño pueblo de la provincia y él tiene a la suya en Burgos. En tiempos de pandemia también sintieron la necesidad de estar más cerca de los suyos y esto fue también un factor para decantarse a ser un nuevo poblador en la provincia más despoblada de Europa.
“A pesar de que no conocíamos la ciudad ni tampoco su mercado vimos que existía un nicho de negocio que podíamos completar”, relata a ICAL, para evidenciar el cambio en su vida que ha conllevado la crisis, ya que se veía en Miami rodeado de palmeras y playas paradisíacas y ha recalado en Soria, una “ciudad que todavía tiene mucho que ofrecer”.
Por su establecimiento, que también ofrece productos ‘gourmet’, pasan médicos y enfermeras- ocupados en hacer frente a la pandemia- futbolistas del Numancia, jugadores de voleybol, estudiantes, familias que no tienen tiempo para cocinar o que no quieren cocinar un día determinado, mayores que están solos y trabajadores. Todos repiten.
Las redes sociales ‘Facebook’ e ‘Istagram’ se han vuelto sus aliados para darse a conocer, a pesar de que no tenía fe en ellas. A primera hora de la mañana cuelga un video con los platos que ha elaborado de madrugada, un gesto que le ocupa poco tiempo y que les sirve de proyección. Así sus cerca ya de 1.000 seguidores ven las elaboraciones diarias y comienza a recibir llamadas de reserva.
Abrió el negocio en Soria, reconoce, también con el objetivo de lograr conseguir una mayor calidad de vida. De este modo, estableció que sólo abriría por las mañanas y cerraría los miércoles para descansar. Respecto al nombre, eligió el de la ‘Yaya’ de Soria para homenajear a la comida “de verdad, esa que hacen las abuelas con tiempo y cariño y que se está perdiendo de forma progresiva".
“Llevo cocinando 21 años y puedo hacer comida japonesa o francesa, pero lo básico es que no se pierda el cariño y la base de la cocina. Las albóndigas tienen que tener una buena carne y su base de salsa de tomate hecha desde cero. La cocina madre es la de ‘Yaya’. Las abuelas no entienden ni de tomate de bote ni de pastillas de carne o de pollo”, opina.
Local abierto
‘La Yaya de Soria’ se ubica en un local, antiguamente ocupado por una ferretería, que llevaba 25 años cerrado. El emprendedor tuvo que hacer una reforma integral para poderlo abrirlo y llevar a cabo su idea de establecimiento, un local diáfano dónde se ve cómo cocinan y la limpieza y pulcritud que lo distinguen. “Yo creo en lo que hago y mi máxima es la transparencia en el negocio”.
David García agradece el apoyo que le han blindado la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento de Soria en el asesoramiento y a la Junta de Castilla y León por concederle una ayuda de 5.000 euros para poder abrir el negocio.
Asegura estar contento y feliz. Afirma que los sorianos son muy agradecidos y son “muchos” los que le llaman o escriben después de haber degustado sus platos para felicitarle por promover la comida sana y equilibrada y ponérselo fácil. No piensa más allá del hoy y tampoco quiere entrar a valorar si la apertura de los restaurantes provocará una bajada de las ventas. Solo se preocupa de abrir la persiana y cocinar a fuego lento.
El cocinero promete ofrecer en Navidad cardo de Ágreda recién preparado y otros platos típicos con 'ADN' soriano relacionados con la micología y la trufa. Ensalza los productos sorianos, y confirma que Soria “se vende muy poco” a pesar del potencial que tiene en el ámbito gastronómico.