En el mundo, alrededor de unas 700.000 personas se suicidan anualmente…; una de cada cien muertes responden a conducta autolítica...; cada 40 segundos, una persona se suicida; detrás de cada suicidio hay un numero anterior importante de tentativas; el suicidio es la cuarta causa de muertes entre jóvenes de quince a diecinueve años,…
El suicidio es en España la primera causa de mortalidad por causas externas, duplicando casi el número de fallecimientos por accidente de tráfico; las tasas de suicidios ajustadas por edad son ligeramente superiores en Castilla y León que en España: 6,79 por 100.000 habitantes frente a 6,38.
Éstas y otras realidades estadísticas ponen de relevancia la gravedad de este problema de salud pública que no sólo reside en países desarrollados sino que es un fenómeno que afecta a todas las regiones y en el que, a pesar de su dramatismo, la adopción de intervenciones preventivas alcanza un relevante efectividad.
La conmemoración hoy, 10 de septiembre, del Día Internacional de la Prevención del Suicidio bajo el lema ‘Creando esperanza a través de la acción’ pone en foco, precisamente, en la capacidad de la sociedad y de la comunidad para ayudar en la prevención de las conductas suicidas, valiéndose para ello de estrategias multisectorial de prevención.
El suicidio es un problema complejo en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales, o ambientales, de manera que su prevención es cosa de todos, empezando por por aumentar la sensibilidad frente a conductas autolíticas y sus factores desencadenantes.
La reducción de las tasas de suicidio es indicador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, más concretamente el tercero, ‘Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades’, en el que se expresa la necesidad de, hasta 2020, “reducir a un tercio la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles mediante su prevención y tratamiento y promover la salud mental y el bienestar”.
El IV Plan de Salud de Castilla y León, en su medida 269, recoge el desarrollo e implantación de la asistencia a conductas autolíticas, cuya evolución llevo primero a la aprobación del Proceso de Prevención y Atención de la Conducta Suicida y, posteriormente, a la adopción de la Estrategia de Atención a la Conducta Suicida en Castilla y León, actualmente ya en marcha bajo los objetivos generales de mejorar la prevención y la atención del suicidio y favorecer la colaboración y la coordinación tanto interinstitucional en los ámbitos educativos y de los servicios sociales, como con otros agentes directamente involucrados como son las asociaciones de pacientes o los medios de comunicación social, entre otros.
Esta planificación plantea la intervención conjunta de tres consejerías de la Junta de Castilla y León implicadas -Sanidad, Educación y Familia-, a partir del conocimiento de los datos epidemiológicos asociados al suicidio y de los factores de riesgo (la ideación suicida, la planificación, las tentativas y el suicidio consumado) y su prevención.
La Administración autonómica ha contado en el proceso de revisión de esta estrategia tanto con sociedades científicas como asociaciones de pacientes y familiares, como han sido la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia en Castilla y León; la Fundación Española para la Prevención del Suicidio; el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI); la Federación de Salud Mental de Castilla y León; y la Asociación Castellana y Leonesa de Psiquiatría.
La Estrategia de Atención a la Conducta Suicida en Castilla y León está articulada en cinco líneas de trabajo que se abren en 71 medidas destinadas a concretar las principales recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con las que se pretende alcanzar el objetivo general de disminuir al máximo la incidencia y la prevalencia del suicidio en Castilla y León.
Entre los factores que la OMS indica como más eficaces en la prevención suicidad se plantea la identificación temprana y tratamiento de las personas que sufren trastornos mentales como la depresión y que consumen alcohol y sustancias tóxicas; la mejora del acceso a los servicios de salud y la asistencia social; la cobertura responsable de las noticias sobre suicidios en los medios de comunicación, evitando el sensacionalismo; evitar la estigmatización de quienes buscan ayuda por comportamientos suicidas o por problemas de salud mental y apoyar a quienes han perdido a sus seres queridos por suicidio; y la restricción del acceso a sustancias tóxicas y armas de fuego.
Ante situaciones concretas, en las que personas manifiestan pensamientos suicidas o sabe de alguien que lo necesita, es fundamental adoptar medidas de seguridad: retire cualquier medio disponible para el suicidio (armas, cuerdas, cinturones, medicinas,…); no hay que dejar sola a la persona; y busque ayuda en los centros de Atención Primaria, los servicios de Urgencias Hospitalarias o a través del Teléfono 1-1-2 de Emergencias.
Asimismo, el teléfono 024, de atención a la conducta suicida, es accesible desde todo el territorio nacional, gratuito, confidencial y disponible las veinticuatro horas del día, los 365 días del año.
Se trata de una línea telefónica de ayuda a las personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, y a sus familiares y allegados, básicamente a través de la contención emocional por medio de la escucha activa por los profesionales del 024, la recomendación de que contacten con los servicios sanitarios del Sistema Nacional de Salud o la derivación al 1-1-2 en los casos en los que se aprecie una situación de emergencia.
En resumen, la prevención del suicidio exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como el de la educación, del mundo laboral, de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, la justicia, la religión, el derecho, la política y los medios de comunicación social.
Más información sobre esta conmemoración sanitaria, en el Aula de Pacientes de Castilla y León: El Día Internacional para la Prevención del Suicidio, en el Aula de Pacientes de Castilla y León