Una plaza se define como el lugar ancho o espacioso en el interior de una población al que, de manera general, desembocan varias calles. Es decir, el epicentro de una ciudad, pueblo, aldea o villa. Niños y niñas detrás del balón, terrazas a rebosar, lugar de paso, y paseo, diario. En definitiva, un punto de reunión social, comercial y cultural. Es en estos lugares donde la vida vibra con más fuerza. Castilla y León, cuna de historia, tradición y cultura, cuenta con innumerables plazas en sus 2.248 municipios repartidos por todo el territorio.
Desde lugares donde la historia se respira por los cuatro costados hasta sitios donde la evolución es patente en la forma, estética e idiosincrasia del mismo. Existen plazas para todos los gustos, sin excepción. Modernas, más antiguas, rehabilitadas... pero todas guardan un especial toque al lugar el cual las cobija. Hoy, desde EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León traemos las 20 más bonitas y singulares de la Comunidad.
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Plaza de la villa de Arévalo.
Lejos del bullicio, la plaza de la Villa de Arévalo se caracteriza, para empezar, por ser un lugar declarado Monumento nacional en el 1931. Está flanqueada por la iglesia de Santa María, la de San Martín y por la Casa de los Sexmos, que es el Museo de Historia. Los colores del ladrillo o la madera imperan en este emplazamiento en la zona antigua del municipio. Es un ejemplo perfecto de la arquitectura castellana.
Además de los edificios anteriormente mencionados, uno de los elementos arquitectónicos protagonistas en esta plaza es una fuente gótica del siglo XV, la fuente de los Cuatro Caños, destacando por a alrededor el urbanismo que se empleaba durante el siglo posterior.
Eduardo Margareto / Ical
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Plaza del Mercado Grande de Ávila.
Lo primero que nos encontramos al llegar a la plaza del Mercado Grande son sus dos imponentes infraestructuras arquitectónicas que la cobija. A un lado, la iglesia de San Pedro, declarada Monumento Nacional en 1914 y Patrimonio de la Humanidad en 1985, además de ser Bien de Interés Cultural. Al otro lado, la inconfundible muralla de Ávila, considerada el tesoro de la ciudad. Al sur, aunque de forma más tímida, está la iglesia de la Magdalena, con origen en el siglo XVI.
Su amplitud y estos dos edificios históricos hacen de ella un lugar mágico, donde la historia está presente de forma permanente. Curiosamente, no es lo que conocemos como plaza mayor de la ciudad, sino que esta es, paralelamente, la que se denomina plaza del Mercado Chico. El Mercado Grande siempre fue el lugar escogido para las transacciones mercantiles, donde el bullicio de una ciudad viva destacaba sobre el resto de rincones de la urbe.
M. Martín / Ical
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Plaza de la Catedral de Burgos.
Inconfundible, majestuosa e imprescindible. Tres adjetivos de las decenas que se le pueden poner a la plaza de la Catedral de Burgos, que no podía falta en este ranking. Poco se puede decir que no se sepa de este Monumento Nacional desde 1885 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el 31 de octubre de 1984. Sobre esta última destinción puede presumir de ser la única catedral en España que la poseé.
La amplia explanada bajo sus pies te permitirá observar su grandiosidad desde distintos ángulos sin que se te escape ningún detalle. Es, sin duda, el epicentro neurálgico de la ciudad de Burgos. Pequeños y mayores pasean, recorren y pasan a diario por este lugar inundado de cultura, historia y actividad social y económica.
Ricardo Ordóñez / Ical
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Plaza Ducal de Lerma.
Si viajamos hasta Lerma debemos de quedarnos con la plaza Ducal, que comparte nombre con el palacio que preside la misma. El encargado de levantar dicha obra fue el arquitecto Francisco de Mora en 1601, a encargo del Duque de Lerma, durante la época de los Austrias.
Durante el día el beis de la fachada refleja la luz sobre la amplísima explanada que se abre a lo largo de centenares de metros cuadrados que conforman la plaza. Por la noche, la luz se cobija para dar vida al propio palacio, que bajo un color dorado destaca alrededor de todo el lugar.
Luis Orcajo / Ical
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Plaza Mayor de Astorga.
Una plaza con más de 2.000 años de historia. La plaza Mayor de Astorga está ubicada sobre una parte del antiguo foro romano Asturica, lo que da este título de longevidad. De planta cuadrangular, el lugar lo preside el Ayuntamiento, con una elegante fachada barroca.
Los martes esta se convierte en el punto de encuentro de los habitantes del lugar, que llevan celebrando desde la época medieval el mercado en este sitio. Cerrada por todos sus costados, también es un punto de encuentro social, gracias a las terrazas que hay alrededor.
Ayuntamiento de Astorga
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Plaza del Grano.
La plaza del Grano de León destaca por ser un lugar pintoresco y por su suelo empedrado de la época medieval. La iglesia de Santa María del Camino es la obra arquitectónica que da la razón de ser al lugar, conocido como la plaza del Grano a raíz de los mercados de los productos de mismo nombre y otros con origen en el campo que se celebraban aquí.
En sus comienzos, esta plaza de planta irregular estaba totalmente porticada, pero el paso del tiempo ha hecho que los viejos edificios fueran sustituidos por otros inmueblas a los que se les quitaron los soportales. En el centro de la plaza hay una fuente con dos niños que representan la confluencia de los ríos Torío y Bernesga. Justo al lazo hay una cruz con base cuadrada a la que los cofrades de la iglesia adyacente cantaban la Salve.
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Plaza Vieja de Saldaña.
Con origen en los siglos X-XI, la plaza Vieja de Saldaña nació durante la época de esplendor de la condado. Ha sido testigo de la vida cotidiana de los personajes más ilustres del lugar, como los Cartagena, en cuya vivienda por lo visto pernoctó una Fernando el Católico, a raíz de una cacería real que se celebró en torno al 1508. Su sencillez hace de ella un lugar bello por naturaleza, además de tratarse de uno de los lugares mejor conservados de la zona.
De planta con tendencia rectangular, los inmuebles que la custodian son, principalmente, de dos alturas. El elemento más característico del lugar es el soportal, que está pavimentado con piedra y formado por pies derechos de madera. Un lugar que aúna belleza, sencillez e historia en unos pocos metros cuadrados que no dejaran indiferente a nadie.
Ayuntamiento de Saldaña - Borja Barba
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Plaza de España de Aguilar de Campo.
Desde el siglo XIII es el punto de encuentro de los vecinos de Aguilar de Campoo. La plaza de España fue destinada a la representación del poder y al comercio. Su origen medieval le otorgó un trazado irregular y en ella se puede observar dos realidades arquitectónicas distintas, aunque ambas coinciden en un elemento diferenciador: los soportales.
En la parte sur la arquitectura castellana destaca a consecuencia de la buena salud de la que goza su conservación, mientras que la zona norte recuerda al estilo marítimo y montañés característicos de la cornisa cantábrica. Dos realidades que conviven por los incendios que azotaron a la plaza durante el siglo XX, provocando que los propietarios tomasen la decisión de modificar la zona arrasada.
Diputación de Palencia
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Plaza Mayor de La Alberca.
Esta coqueta y pequeña plaza de la Salamanca más rural representa el más puro estilo tradicional en plena Sierra de Francia. El suelo empedrado y las casas de adobe confieren al lugar un aire mágico. La plaza Mayor de La Alberca presume de tener una gran fama por su peculiar y agradable ambiente.
Punto de encuentro social de los vecinos del lugar, también es el epicentro de celebración de todas las celebraciones del pueblo. Mercados, ferias y fiestas se dan cita en el punto neurálgico de este municipio que aúna tradición, gastronomía y cultura esta pequeña plaza presidida por el crucero y la fuente con origen en el siglo XVIII.
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Plaza Mayor de Salamanca.
En un ránking de plazas sería una irresponsabilidad no incluir a la de Salamanca, hablando incluso en clave nacional, no únicamente castellano y leonesa. Este enorme solar de planta rectangular se erige como una de las plazas mayores más bonitas de España. Construida entre 1729 y 1756 y diseñada por Alberto Churriguera, ha visto como a lo largo de los años ha sufrido diferentes remodelaciones para adaptarla a la realidad de la época.
En sus inicios fue concebida con un mayor tamaño que el actual, pero las sucesivas obras en ellas han ido empequeñeciéndola hasta la actual situación, a pesar de guardar todavía unas dimensiones considerables. Formada por baldosas de granito gris con toques rosas, la Plaza Mayor de Salamanca fue declarada Monumento histórico-artístico a nivel nacional en 1973.
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Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo
Enclavada en todo el centro del municipio, la plaza Mayor de Ciudad Rodrigo aglutina desde hace centenares de años toda la actividad del lugar. El único edificio que queda en pie desde su origen es el Ayuntamiento. Frente a este, durante el siglo XVI, estaban las carnicerías públicas, mientras que en los portales estaban los oficios escribanos y notarios.
Durante el 1580 sufrió un ensanche, donde había corredores para avistar a los toros. Una fiesta que todavía se celebra hoy en día durante el carnaval. En la actualidad, los edificios más emblemáticos del lugar son el propio Consistorio, la Audiencia y la casa del marqués de Cerralbo.
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Plaza Mayor de Pedraza.
Siguiendo la tónica de la típica arquitectura castellana, la plaza Mayor de Pedraza es un ejemplo perfecto de la seriedad y finura de la época medieval. Sobre ella se erige un edificio histórico del siglo XIII, que es la iglesia de San Juan Bautista. El lugar fue creado con una planta irregular y con el objetivo de que las familias nobles disfrutarán de las corridas de toros que se celebraban en la época.
Unas casonas y palacios que todavía perduran, a pesar de tener su origen en los siglos XVI y XVII. Todavía en la actualidad durante los festejos se transforma en una plaza de toros. El suelo gris empedrado y el beis o marrón claro destacan como los colores más predominantes.
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Plaza Mayor de Riaza.
Al contrario que la gran mayoría de las plazas anteriormente expuestas, la plaza Mayor de Riaza guarda una especial peculiaridad, y es su forma redondeada. Toda ella está rodeada de las tradicionales viviendas riazanas, entre las que destacan sus soportales de madera o piedra.
En todo el centro, rodeada por unas pequeñas gradas, Riaza celebra festejos populares como las corridas de toros o los cortes, convirtiéndose en el tradicional epicentro de la actividad del municipio.
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Plaza de la Catedral de Burgo de Osma.
La plaza de la Catedral de Burgo de Osma esta presidida por este edificio románico con gran cantidad de tesoros en su interior, entre los que está el Retablo Mayor, diseñado por uno de los escultores españoles más famosos del mundo, Juan de Juni.
Además, no es un lugar donde solo los tesoros materiales abunden, sino que también hay historias y leyendas en torno a ella como es, por ejemplo, la aparición en la Catedral de la que es considerada la patrona del municipio soriano, la Virgen del Espino.
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Plaza Mayor de Morón de Almazán.
Morón de Almazán tiene entre sus reliquias más desconocidas a su plaza Mayor. Se trata de un conjunto monumental que pocos se pueden imaginar al caminar por sus calles. El marrón claro predomina entre los tonos más destacados del lugar.
Entre los edificios que destacan en esta ubicación está del Edificio del Concejo con origen a finales del medievo, además del Palacio Renacentista y, para finalizar y arriba del todo (la plaza está en cuesta) se encuentra la representación del poder de Dios, la iglesia parroquial y la Torre Plateresca. En el lado derecho hay un Rollo Gótico que fue añadido tras la remodelación del lugar a finales del siglo XX:
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Plaza de la Hispanidad de Medina del Campo.
La plaza de la Hispanidad de Medina del Campo es la más grande de todo el país y, por consiguiente, una imprescindible en este ranking. En ella están representados los tres poderes tradicionales: la corona, la iglesia y el municipio. En un punto, la Colegiata de San Antolín, un enorme edificio en el que destaca la imponente torre que vigila el lugar.
Por otro lado, el Ayuntamiento, en representación del poder ejecutivo del municipio. Por último, está el Palacio Real Testamentario, donde la reina Isabel II firmó su testamento y falleció. Su extensión de más de 14.000 metros cuadrados hace de ella un espacio que dejará impresionados a sus visitantes.
Ayuntamiento de Medina del Campo
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Plaza Mayor de Valladolid.
El característico color rojizo, así como los tonos grises y la estatua del Conde Ansúrez, culpable de la repoblación de la ciudad, convierten la Plaza Mayor de Valladolid en una visita obligatoria, junto al gran e imponente edificio que es el Ayuntamiento de la urbe del Pisuerga.
Durante su historia ha ido sufriendo diversas remodelaciones, hasta llegar al punto que se encuentra ahora, siendo completamente peatonal. Repleta de soportales por todos sus costados, la Plaza Mayor vallisoletana cuenta con una planta rectangular de gran dimensión. Es lugar de paso, reunión social y cultural del día a día de los ciudadanos.
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Plaza del Coso de Peñafiel.
La plaza del Coso de Peñafiel tiene por característica principal el hecho de convertirse en una plaza de toros durante los festejos, especialmente los que se hacen en honor a San Roque. Además, también es escenario de la Bajada del Ángel, que se celebra en el municipio vallisoletano el Domingo de Resurrección.
Desde ella y sobre una colina se puede observar el imponente castillo de Peñafiel. Tiene la consideración de ser una de las primeras plazas de España, y guarda como singularidad que fue construida con fines lúdicos, sin tener a su alrededor un ayuntamiento o iglesia.
Eduardo Margareto / Ical
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Plaza Mayor de Toro.
Toro no es tierra únicamente de gastronomía y cobijo de los mejores caldos vinícolas. También cuenta con grandes paisajes y arquitectura capaz de enamorar a los más difíciles. Su plaza Mayor, dentro del complejo amurallado, guarda los cánones de la arquitectura tradicional de la zona más comunes.
Es el epicentro de la vida de los toresanos. La iglesia de Santo Sepulcro y el Ayuntamiento custodian el lugar. Sus soportales centenarios aguardan bajo ellos a las tiendas y bares más típicos del municipio zamorano, donde disfrutar de su gente y su gastronomía, uno de los grandes atractivos de este destino.
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Plaza de la Catedral de Zamora.
El ligero y claro color marrón de la Catedral convierte al lugar en un sitio armónico y tranquilo para disfrutar de su belleza románica. Durante el verano es objeto de diferentes actividades culturales ajustadas a los gustos de cualquier persona.
La Catedral se empezó a construir en el año 1151 y no fue hasta el 1174 cuando se dio por finalizada. Por eso, tan solo por la historia que hay alrededor de esta obra arquitectónica merece la pena visitar este lugar, además de por su modesta belleza.