Maricruz, la salmantina de 92 años que va a clases: "No pude estudiar cuando era pequeña, todo lo he aprendido aquí"
Fueron sus hijos quienes le animaron a formarse y desde hace más de una década acude cada semana al CEPA Casa de la Cultura de Getafe
19 diciembre, 2022 07:00A veces es imposible hacer las cosas a tiempo, pero como suelen decir nunca es tarde. Ella lo sabe mejor que el resto, su nombre es Maricruz y con 92 años sigue yendo a clases. Dos días por semana carga su mochila y se dirige al Centro de Educación para Adultos (CEPA) Casa de la Cultura de Getafe (Madrid). Allí se impregna de conocimientos sobre distintas materias y sus ojos desbordan una gran ilusión por querer, cada día, aprender un poco más.
Es peculiar que con su edad siga queriendo ir a clases, pero es que ella lo tiene claro: “Todo lo que sé lo he aprendido aquí”. La historia de Maricruz Alonso es compleja. Nació en Encinas de Abajo, un pueblo muy próximo a la capital salmantina, a unos 20 kilómetros aproximadamente, pero su madre “no podía llevarnos a estudiar” y donde ella vivía “no había colegio”. Siendo pequeña, en el momento que todo el mundo se forma, Maricruz no lo pudo hacer.
Años más tarde de nacer, comenzó la Guerra Civil Española y "fue imposible formarme". Desde bien pronto tuvo que trabajar, ya que su familia no tenía muchos recursos. En 1957 cogió las maletas y junto a su marido se marchó a Sao Paulo (Brasil) donde ha pasado gran parte de su vida, incluso algunos de sus hijos han nacido allí. Fue en el momento en el que su marido se jubiló, cuando decidieron retornar a su país de origen, en el año 2000. Ya con una familia formada y una vida hecha.
Sin embargo, nunca es tarde para aprender. “Mis hijos me animaron a apuntarme”, asegura la salmantina. Y ya hace más de una década que acude a este centro para aprender todo aquello que no pudo cuando era pequeña. Le encanta ir cada semana y salir del aula con nuevos conocimientos. La directora del centro, Marisa García, relata que es “un encanto”. Ella le ha dado clases de inglés y, aunque entre bromas confiesa que no es la asignatura que más le agrada, “se nota que ha estado en otros países porque cuando se trata de reproducir palabras, tiene mucha facilidad”.
Maricruz admite que le fascinan todas las materias: “Me gusta aprender de todo. Matemáticas, geografía, lengua”. Sin embargo, desde el centro apuntan que es “muy buena en los dictados, no tiene ni una falta de ortografía”. Además, también tiene una faceta de artista porque “decora el cuaderno, le gusta tenerlo muy cuidado”.
“Su mente es ágil. Le encanta leer y los ejercicios, si no le da tiempo a hacerlos, se los lleva a casa”, asegura Marisa. Hay muchas cosas que le transmiten curiosidad, pero no hay duda de que las matemáticas es lo que más le emociona.
Sus compañeros se sorprenden cuando la ven allí sentada, pero Maricruz, con una sonrisa, confiesa que “a todos les gusta que yo esté allí”. La directora cuenta que hay un profesor que tiene el aula donde la escalera y siempre sale a saludarle. Además, una de las compañeras de clase, pasa muchos días a recogerla para que no vaya sola.
En definitiva, suma “aprendizajes” y, lo más importante, les “orientan para que salgan reconfortados”. No cabe duda de que nunca es tarde para aprender todo aquello que no pudiste en su debido momento. Tampoco cabe duda de que lo importante es seguir aprendiendo cada día, independientemente de la edad que se tenga. Y sino, que se lo digan a Maricruz, que no hay nada que más ilusión le haga a sus 92 años que tener el boli en la mano, sentarse en su pupitre y salir de allí sabiendo una cosa más.