La exmodelo y empresaria española, Estefanía Luyk, hija del mítico exjugador de baloncesto y exentrenador, Clifford Luyk, y de la Miss España y Miss Europa, Paquita Torres, ha visto cómo su nombre no ha parado de sonar en el espectro mediático, casi desde que nació. Sus raíces le llevaron a conocer la fama desde bien pequeña, aunque fue a los nueve años cuando pudo experimentarla como tal, gracias a su inclusión en el mundo de la moda. 
 
Con esta edad, Estefanía debutó en el sector participando en varios anuncios de televisión, y tres años más tarde vio como su carrera despegaba con fuerza al ser fichada por Diana Mendoza, directora de la agencia de modelos ‘Ole’. Este solo fue el principio de una larga y exitosa trayectoria profesional que ha pasado por todo tipo de etapas y que le ha permitido vincular su nombre con las firmas de alta costura más exclusivas a nivel internacional. Ha recorrido las pasarelas de un montón de países, entre ellos, Japón, Sudáfrica, Australia e Italia, donde vivió parte de su adolescencia, y ha trabajado con muchísimas marcas de lujo. 
 
La vida de Estefanía Luyk, nacida en Madrid, prometía desarrollarse en la capital española o, en su lugar, en aquellas ciudades donde se encontraban sus compromisos profesionales. Sin embargo, el amor le llevó a instalarse en Valladolid, donde disfruta, “desde hace 17 años”, de una vida marcada por la absoluta felicidad. 

Estefanía Luyk en la gala Starlite @estefanialuyk Instagram

Así lo ha confesado ella misma en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL – Noticias de Castilla y León: “Soy muy feliz y para mí eso es lo más importante”, ha afirmado. Parte de esa felicidad se debe a la buena vida que lleva en la que parece haberse convertido en su tierra adoptiva, pues, tal y como ella misma ha reconocido, ya se siente “medio pucelana”: “De Valladolid destacaría la gastronomía, toda la Ribera del Duero y sus entornos. Tenemos unos castillos tremendos y dentro de la ciudad también hay sitios espectaculares, la catedral, la zona del Campo Grande, que a mí me encanta pasear por ahí, y los atardeceres que tiene, que a veces parece que estás en Bali. También soy muy fan del vino de la Ribera del Duero y del lechazo”, ha confesado.

Parece que en su felicidad también ha tenido mucho que ver el hecho de que las cosas le sigan yendo “muy bien” a nivel profesional, pese a haber pasado muchos años desde que decidió alejarse de las pasarelas, y también a nivel personal, ya que, si de algo puede presumir la afamada exmodelo, es de la preciosa familia que ha formado junto a su marido, José Luis Díez de Baldeón, con quien pasó por el altar en abril de 2009, y sus dos hijos, Aroa e Ilan, de 16 y 12 años, con los que ha podido descubrir cómo es realmente como madre: “Soy un poco permisiva, yo soy la buena porque es que a mi se me cae la baba con ellos. Soy demasiado blanda a veces y soy muy besucona, estoy todo el día queriendo darles besos y no imagino mi vida sin ellos”, ha reconocido.

Define el nacimiento de sus hijos como el mejor momento de su vida y la muerte de su hermano Sergio, fallecido a los 36 años a causa de un delicado cáncer, como el más duro y complicado. Además, durante la entrevista, también ha tenido unas bonitas palabras para sus padres. Para ella es un verdadero “orgullo” ser hija de un ‘rey’ del baloncesto, al que define como “un amor de tío que todo lo que tiene de grande lo tiene de bueno”, y de una ‘reina’ de la moda y los certámenes de belleza, a la que está muy agradecida por todos los consejos que le dio en sus inicios en el modelaje.

Estefanía Luyk con su padre, Clifford Luyk @estefanialuyk Instagram

Lo mejor que se llevó de esta etapa fue, sin duda, la posibilidad que le dio la que entonces era su profesión de “poder viajar continuamente a sitios diferentes”. Sin embargo, a los 30 años sintió que había llegado el momento de dejar de desfilar y de explorar el fascinante mundo que hay “detrás de lo que son las cámaras”: “Estaba ya bastante quemada de tanto tiempo desfilando y me apetecía ya enfocarme en la gestión de los desfiles, de los catálogos, las producciones… Ahora llevo ya 15 años metida en el mundo de los eventos y yo lo veo como mi futuro”, ha explicado. 
 
Y es que, aunque no descarta volver a subirse a una pasarela de forma ocasional, ella tiene claro que nunca volvería a hacerlo de manera continua y como parte de su trabajo diario: “Nunca me ha vuelto a entrar el gusanillo porque ya no me sentía a gusto, así que llegó un punto en el que dije: ‘ya no más’. Yo detrás y ya está”. No obstante, es una época que recuerda “con mucho cariño”, pues la permitió vivir algunos de los momentos más especiales de su carrera, como debutar en Cibeles, participar en la 080 de Barcelona y trabajar con Armani en Milán.
 
Estefanía también ha asegurado que tampoco le gustaría volver a trabajar en televisión. Ella ha presentado varios programas y eventos, y ha concursado en algún que otro reality, y eso, precisamente, ha sido lo que le ha permitido descubrir que no era lo suyo: “Tampoco me sentía cómoda en ese ámbito, no es algo que me guste”, ha expresado. 

Estefanía Luyk en 'Masterchef'

No obstante, es consciente de que su paso por la primera edición de 'MasterChef Celebrity' la dio a conocerse entre las nuevas generaciones y que le permitió alcanzar un mayor índice de popularidad, a pesar de que su concurso fue breve: “Estuve poco porque a mí me cogieron en el quinto programa en sustitución de María del Monte y entré como un pulpo en un garaje. Me metí porque tenía muchos compañeros que eran amigos desde hacía años (como Miguel Ángel Muñoz) y porque a mí siempre me ha encantado la cocina, cocino continuamente para mucha gente, pero claro, la ventaja que tenían mis compañeros de haberse estado preparando previamente era muy grande”, ha dicho al respecto.
 
No cabe duda de que su participación en el afamado talent culinario fue corta. Sin embargo, en él estuvo el tiempo suficiente como para darse cuenta de que lo que dicen todos aquellos que han formado parte de él es totalmente cierto: “que es duro y muy intenso”: “'MasterChef' es un programa para el que hay que estar muy bien físicamente y psicológicamente. Es un programa en el que no todo es un camino de rosas, entonces te lo tienes que currar y estar muy focus. Recuerdo que yo me tomaba tres pastillas de Nolotil”, ha espetado.  
 
A sus 46 años, Estefanía dedica sus días a su familia, a sus amigos, a disfrutar de sus aficiones, entre las que se encuentra “viajar y leer”, y también a su propio negocio, LM Producciones. Esta es “una empresa especializada en gestión de eventos, promociones y montajes a nivel nacional”, entre muchas otras cosas, que tiene su sede en Valladolid y a través de la cual sigue vinculada, en cierto modo, al mundo de la moda. 
 
Pero no solo eso. Es una mujer a la que le encanta cuidarse, hacer ejercicio y llevar una dieta equilibrada, lo que ella misma ha asegurado ser el secreto de su indudable belleza y de su eterna juventud.