Decía uno de los refranes más socorridos que ‘A quien madruga Dios le ayuda’. Bien lo saben los castellanos y leoneses, trabajadores históricamente incansables, tanto en el medio rural tradicional tan duro como en las industrializadas ciudades, centro neurálgico también de los servicios y el comercio. Todos, además, tienen el denominador común de los centros educativos, desde aquellas pequeñas poblaciones que aún aguantan con tres o más alumnos hasta los colegios de las grandes urbes e intermedias ciudades con cientos de escolares.
Pero en cada rincón de Castilla y León siempre hay personas que, cuando se levantan, encienden la luz, abren el grifo del agua para ducharse o beber y se mueven con su vehículo o en transporte público, generando un inicio de actividad diaria que repercute en el ir y venir de esta Comunidad. Pero esta tierra no es precisamente homogénea. Es muy amplia, con más de 94.000 kilómetros cuadrados, muy heterogénea, con montaña y meseta, y diferente entre unos puntos y otros, sus costumbres y tradiciones. Y eso se denota en la forma de arrancar a diario.
Uno de los parámetros que indican cuando se levanta la población es el consumo de agua. Por ejemplo, las ciudades industriales que madrugan para poner en marcha las fábricas, incluso algunas con turnos nocturnos. Es el caso, principalmente, de Burgos y Valladolid. La burgalesa separa, precisamente, dos patrones independientes: residencial e industrial. El primero, con un consumo medio de agua diario por habitante en la ciudad de 140 litros, similar al resto del país, repite el patrón de lunes a viernes, con tres picos claramente diferenciados de consumo: inicio de actividad entre las 7 y las 9 horas; al mediodía, entre las 14.30 y 16.30 horas; y por la tarde-noche, entre las 19.45 y las 22 horas, al finalizar el día. Durante el fin de semana, se observa que el inicio de actividad se retrasa hasta las 10 horas, manteniéndose el pico de máximo consumos hasta las 12 horas y posteriormente disminuye de forma progresiva durante el resto del día.
Sin embargo, si se añade el consumo de los sectores residenciales a los industriales, el consumo medio de agua diario por habitante en Burgos alcanza los 322 litros. Así, la actividad industrial arranca a las 6 horas y se mantiene constante hasta el viernes por la tarde. Por las noches se produce un ligero descenso en el consumo industrial, pero “sin ser significativo”, según los datos a los que accedió Ical. El fin de semana, si se observa una disminución aproximada de un 30-40 por ciento, que se recupera en la madrugada del lunes.
El otro ejemplo es Valladolid. Desde Aquavall admiten un incremento muy fuerte de agua entre las 6.45 horas y las 10 horas, con el pico entre 7 y 8 de la mañana. La gráfica habitual tiene dos picos de consumo alto, entre 9 y 9.30 horas y otro pico, más bajo, entre las 18 y 20 horas, aproximadamente.
Como ejemplo, si al consumo se le otorga factor 1, el pico inicial de la mañana tiene un coeficiente de hora punta de 1,5-1,6. Se consume un 50 por ciento más de la media. El pico de la tarde se queda en 1,15. Por la mañana, según la empresa pública, se mantiene hasta las 10 horas, baja hasta las 14, luego se registra una meseta, sube a partir de las 16 horas y a medianoche desciende, hasta un factor 0,6, para empezar a las 6.45 a dispararse.
Con estos datos, fuentes de Aquavall constatan que Valladolid “se despierta entre las 7 y 8 de la mañana de media, si se tiene en cuenta el consumo del agua”, lo que coincide también con los datos de consumo eléctrico doméstico y estaría moderadamente adelantado con el tráfico.
Los fines de semana el horario se desplaza a más tarde, “es más tendido, madruga menos y tiene más horas para levantarte”. En Valladolid también se nota mucho los meses de verano. A partir del 1 de julio, la gente “se queda menos, empieza sus vacaciones en el pueblo o se va y vuelve a diario si trabaja”. Y a partir de la segunda quincena de julio y hasta la última semana de agosto la ciudad “está mucho más parada en agua pero también en tráfico”. La ciudad consume 75.500 metros cúbicos diarios de media anual.
Más peso de los servicios
Ejemplos de dos ciudades menos industrializadas y con mayor peso de los servicios son León y Zamora. Aguas de León explica a Ical que el mayor consumo del año se produce en el mes de julio, y el menor en febrero y noviembre. Respecto a los días de la semana, lo sábados encabezan la apertura del grifo, con un pico de consumo ancho de entre las 11 y las 14 horas; y el día con menos consumo es el domingo, “característico de una ciudad con poco peso industrial y mayor peso comercial, principalmente de ocio”, según trasladó a Ical.
Entre semana, el pico comienza a las 8 horas, con el máximo de consumo una hora después, lo que abunda en esa importancia del sector servicios y en las viviendas que se levantan para entrar a las 9 a los centros educativos.
Similares cifras muestra Zamora, donde junio, julio y agosto son los de más consumo, muestra de una ciudad turística, con picos de 500.000 metros cúbicos suministrados. También se observan guarismos altos en marzo o abril, con entre 350.000 y 400.000 metros cúbicos, en función de cuando sea Semana Santa. De hecho, el Viernes Santo es el día del año con mayor consumo.
En cuanto al consumo doméstico registrado (el que llega a cada casa y se registra por contador), alcanza en la ciudad del Duero los 120 litros por habitante y día; y el agua suministrada (incluye volúmenes registrados domésticos, comerciales, industriales, municipales, alfoz de Zamora, fraudes, fugas y subcontaje) es de aproximadamente 250 litros diario per cápita.
El día de la semana con mayor consumo son los lunes, concretamente por la mañana, “sin incluir interferencias por clima”. Con todo ello, Aquona señala que en la actualidad se facturan 3,3 millones de metros cúbicos, un 20 por ciento menos que en 2011.
La variable del tráfico
Otro de los parámetros que permiten medir a qué hora se pone en pie Castilla y León es la movilidad del tráfico, cuestión que varía mucho en cada ciudad en base al mayor peso de su actividad económica. Así, de nuevo las más industrializadas, como Valladolid, Burgos o Palencia, arrancan pronto, incluso antes de las 6 horas, momento en el que sale a la calle el primer grueso de trabajadores.
Posteriormente, en estas ciudades, al igual que en el resto de las que cuentan con gran peso de los sectores servicios y comercio, empieza el episodio de movilidad más intenso, provocando en muchos casos atascos en diferentes zonas.
En puntos de León, el momento de la mañana en el que se registra más afluencia de tráfico es entre las 8.30 y las 9.30 horas, de lunes a viernes, que coincide con la entrada de los colegios y la Universidad. Sin embargo, los fines de semana no hay ningún momento en el que se registren problemas de circulación.
En Segovia, el tráfico se pone en marcha en dos turnos. El primero, entre las 7.30 y las 8 horas, franja en la que se moviliza el sector servicios, que se desplazan a zonas como la Avenida Don Juan De Borbón y Battemberg, y que proceden del alfoz de la ciudad, a través de la N-110 y la A-610. “Es una ciudad básicamente de servicios”, aseguran fuentes del Ayuntamiento.
Inmediatamente después, entre 8.30 y 9 horas de la mañana, empieza el movimiento de traslados que implica a toda la ciudad por el inicio de jornada escolar. En estas dos franjas el tráfico se condensa por el inicio de jornadas laborales y escolares.
En Salamanca, el ritmo de tráfico empieza a partir de las 7.30 horas, algo habitual en una ciudad de servicios, con trabajadores que dependen de la administración, el comercio, la universidad y el turismo. Después, existe un pico entre 8.30 y 9 horas debido a los accesos escolares.
Igualmente, la Policía de Soria informa de que los dos momentos de más tráfico es el previo a las 8 horas, con entrada a polígono y de funcionarios, pues la ciudad cuenta con casi 8.000 trabajadores públicos. El segundo momento en el que se produce un mayor movimiento de vehículos es las 9 horas, horas en los accesos a los colegios.
Por último, entre las 7 y las 7.30 horas se intensifica el tráfico de vehículos en Zamora, en las zonas de los polígonos industriales de La Hiniesta y de Los Llanos, aunque una hora antes ya haya desplazamientos. Posteriormente, entre las 8 y 8.30 horas crece el tráfico “considerablemente” con motivo de la entrada de escolares a los institutos (14 centros) y el comienzo de jornadas laborables.
Ya sobre las 9 horas se amplía el tráfico debido a la entrada de escolares a los colegios (22 centros). Desde la Policía Local advierten también de que en torno a las 10 horas existe otro pico de intensidad con motivo del inicio del comercio.