Presentación de la Memoria de Cáritas de Castilla y León

Presentación de la Memoria de Cáritas de Castilla y León Miriam Chacón Ical

Sociedad

Las personas que piden ayuda a Cáritas caen en 3.000, pero el repunte de las intervenciones dispara el presupuesto

La crisis inflacionista provoca que las familias que antes acudían a la entidad de la Iglesia una o dos veces al año para solicitar una ayuda puntual han aumentado a cinco o seis veces

12 julio, 2023 14:55

Las once Cáritas Diocesanas repartidas por todo Castilla y León pasaron de atender a 30.314 personas en 2021 a 27.366 el año pasado en el programa de Acogida, centrado en facilitar el acceso a los alimentos básicos, el pago de alquileres y los recibos de suministros de la vivienda. Pese a la bajada de 3.000 beneficiarios, la organización vinculada a la Iglesia vio cómo en 2022 el número de atenciones aumentó, ya que las familias que antes acudían a Cáritas una o dos veces al año para solicitar una ayuda puntual en los últimos meses han aumentado a cinco o seis veces, por la crisis inflacionista que pone a los hogares en “serios” problemas. Un incremento de actividad que ha supuesto que el programa dedicado a Acogida haya pasado de 5,9 a 6,3 millones de euros en solo un ejercicio.

A la vista de estos datos, el presidente de Cáritas Castilla y León, Antonio Jesús Martín de Lera, apuntó que las familias dedican una parte cada vez mayor de su presupuesto para cubrir los gastos esenciales de vivienda y otros servicios que se convierten en “desafíos” cada vez más difíciles de superar por parte de estos hogares. También, alertó, según recogió la Agencia Ical, de la “cronificación” de la pobreza entre muchos de sus beneficiarios. “Las situaciones para salir de la exclusión social son lentas por que caer en ella es muy fácil pero abandonarla es muy complicado”, aseveró.

Por su parte, el obispo de Astorga y acompañante de Cáritas Autonómica, Jesús Fernández González, subrayó que el aumento “constante” de los precios ha supuesto una presión económica “insostenible” por lo que cada vez más personas acuden a Cáritas a solicitar ayuda ante la imposibilidad de hacer frente a sus gastos cotidianos.

En este sentido, recordó las palabras de la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro, quien significó que la vivienda se ha convertido en un “pozo sin fondo” para los ingresos de las familias que genera “grietas” en muchas economías familiares, dificultando la planificación de sus vidas a medio y largo plazo, y limitando oportunidades de crecer y desarrollo, hasta el punto que aboca a muchos hogares a la exclusión.

En su compromiso de brindar apoyo a quienes más lo necesitan, Cáritas incrementó un 12,8 por ciento el conjunto de su presupuesto de 2022 destinado a la lucha contra la exclusión social en Castilla y León entre sus diferentes programas como Infancia y Adolescencia, Migrantes, Mujer, Mayores, Discapacidad, Sin hogar, Reclusos y exreclusos, Empleo y Economía Solidaria. El aumento de más de 4,5 millones, hasta un total de 40 millones, supone un esfuerzo financiero para hacer frente a los desafíos actuales como las consecuencias humanitarias de la guerra de Ucrania y la crisis inflacionaria que cada vez afecta a más familias.

Gracias a este esfuerzo económico, Cáritas ha podido brindar atención y apoyo a 66.039 personas en la Comunidad. Unas cifras similares al año anterior pero que reflejan una “mayor intensidad” en el acompañamiento a quienes acuden a los recursos sociales de acogida. Por ello, la inversión adicional ha sido fundamental para garantizar que las necesidades básicas de alimentación, vivienda (vinculada a la llamada pobreza energética), atención sanitaria y formación sean cubiertas.

Inserción laboral

Martín de Lera valoró las más de 10.000 personas atendidas el año pasado en el programa de Empleo y Economía Social, que se tradujo en 13.500 beneficiarios, con un esfuerzo en orientación, formación e intermediación laboral. “Hay que tratar que haya una inserción laboral para que nuestros usuarios logren un empleo digno para salir de la exclusión social y la pobreza”, aseveró. También destacó las siete empresas de inserción de Cáritas, en las que la mitad de sus trabajadores tienen un certificado de exclusión o tienen dificultades para acceder al mercado laboral.

El obispo de Astorga destacó que la “grave” situación humanitaria en Ucrania ha generado consecuencias “desgarradoras”, obligando a un tercio de la población a abandonar su país. Como resultado, Cáritas ha tenido que aumentar su presupuesto destinado a la cooperación internacional para hacer frente a esta situación urgente, que se ha beneficiado de la “confianza” de los donantes a la hora de colaborar con este tipo de emergencias humanitarias. Además, precisó que la guerra de Ucrania no ha hecho desaparecer los problemas contra los que Cáritas ya estaba luchando en otras partes del mundo.

Más problemas de salud mental

Martín de Lera subrayó, según recogió Ical, que Cáritas ha detectado una subida de las personas con problemas de salud mental en muchos de sus programas centrados en la exclusión como personas sin hogar, reclusos y exreclusos y drogodependientes.

También se refirió al esfuerzo presupuestario en 2022 para la reducción de la brecha digital entre los más desfavorecidos, ya sea con programas de capacitación, adquisición de equipos y mejora de la conectividad.

Ambos agradecieron el esfuerzo y compromiso a los más de 4.000 voluntarios y 898 trabajadores que forman parte de la entidad en Castilla y León, sin los que no sería posible hacer frente a estos desafíos. Voluntarios y trabajadores, que junto a los donantes y socios (tanto particulares como entidades y empresas) son un “ejemplo” de la trascendencia social de valores como la gratuidad, la generosidad y la compasión.
Fernández González añadió que la raíz de estos desafíos a los que se enfrentan los ciudadanos es la “profunda” desvinculación social pero también una crisis de valores, con un aumento del número de “desesperados”.