Donde muchos ven una cómica, actriz y presentadora con una vida envidiable repleta de éxitos, se esconde una mujer fuerte, con garra, exigente, empoderada y con las ideas muy claras que, dentro de su normalidad y sencillez, ha tenido que luchar contra viento y manera hasta llegar hasta donde está. Y lo sigue haciendo con el único objetivo de mantenerse y, en la medida de lo posible, seguir creciendo.
Hablamos de Sara Escudero. Nacida en el municipio abulense de Arenas de San Pedro en 1981, Sara enfocó su carrera profesional hacia el mundo de la Medicina hasta que en el tercer año de carrera, la cual cursó en Salamanca, decidió enfrentarse a sus miedos, dar un paso al frente y apostar por lo que desde bien pequeña era su verdadera vocación, el humor y la interpretación.
Desde entonces, siempre ha estado vinculada al mundo artístico, donde ha conseguido llegar a lo más alto a pesar de que los comienzos fuesen un tanto complicados. Ella decidió dejarlo todo y formarse como actriz mientras trabajaba como pizzera y camarera en una discoteca en la que entrenó su bis cómica entreteniendo a sus compañeros de trabajo mientras recogían. Y así, poco a poco fue dando pequeños pasos en el sector hasta que logró coronarse como una verdadera referente, sobre todo, en el mundo del humor. Tanto, que en el año 2020 fue candidata a 'Las Top 100 Mujeres Líderes de España'.
A día de hoy, no solo ha pisado los escenarios de los teatros y salas más destacadas del país haciendo reír a miles de personas, y ha trabajado en reconocidas películas, series y programas de televisión y radio como 'Padre no hay más que uno 2', 'Flipante Noa', 'Irse de madre', 'Centro médico', 'La noche de mota', 'Enred@d@s', 'El Intermedio', 'Hazte un selfi', 'Atrévete Dial', 'Más de uno' o 'Por fin no es lunes', entre otros; sino que, además, ha llegado a producir, escribir y dirigir sus propios cortos y obras de teatro, a publicar nada más y nada menos que cuatro libros e incluso a presentar galas, premios, eventos corporativos y festivales de primera.
Una mujer absolutamente polifacética que ha querido darse a conocer en muchos aspectos en una sincera y divertida entrevista con EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León:
P: Naciste en Arenas de San Pedro, Ávila, ¿qué es exactamente para ti tu tierra natal?
R (Sara): Es tu raíz, es tu origen, la base de la infancia que, al final, es la base de tu esencia
P: ¿Y Salamanca? Allí fue donde te mudaste a estudiar una carrera dejando tu vida de siempre en la provincia de Ávila.
R: Mi amor platónico. Porque sí, se puede amar a una ciudad y lo que puso en tu camino.
P: ¿Qué es lo que más disfrutas de cada una de ellas?
R: ¡Pasearlas! Las dos son ciudades de sueño. Y no las comparo, cada una tiene su color y su energía y es que son dos dieces.
P: ¿Cómo recuerdas tu infancia en Ávila? ¿Y tu juventud en Salamanca?
R: Unidas por un adjetivo común: libre. De niña en Arenas era una cachorrilla que gozaba de la libertad que te da no tener miedo por no pensar demasiado en el futuro, que es lo que nos anula luego de mayores, en general. Y de más joven en Salamanca era igual, era sensación de “esto de la vida está empezando ahora, Sarita”.
P: Empezaste a estudiar Medicina y llegaste hasta tercero, ¿qué es lo que te hizo cambiar de opinión?
R: Siempre quise ser actriz, desde que tengo recuerdos. Escribía, interpretaba, hacía comedias, imitaba, entretenía… Pero tenía miedo a irme a Madrid a estudiar algo tan incierto y empecé una carrera que me era cercana, claro, padre y madre médicos, además de vocación (los dos estudiaron y se conocieron en Salamanca, por cierto, de ahí que yo ya estuviera en contacto amoroso con la ciudad desde niña). Pero al final escuché al corazón y a mi vocación y me enfrenté a los miedos.
P: ¿De dónde viene ese interés por la comedia?
R: También de siempre. Para mí el humor es algo innato, no sólo en lo que hacía/creaba si no en mi manera de resolver conflictos o de enfrentarme a las cosas.
P: ¿Cómo definirías el humor?
R: El sentido del humor es la capacidad que tiene el ser humano de coger una situación dolorosa, molesta o fea y transformarla en algo que alivie. Vamos, la capacidad de cambiar el foco emocional, de coger perspectiva, de relativizar. Pero el buen humor, para mí, es actitud. Si una persona vive en el amor tendrá buen humor. Si vives enroscado en emociones feas (envidias, celos, rabias…) es imposible que puedas coger foco vital y saber reírte de ti mismo. Y es que si no te sabes reír de ti.. no podrás reírte de o con otras cosas.
P: ¿En qué punto crees que está a nivel social?
R: En España el humor reina siempre, nos define, aunque el buen humor últimamente está un poco en cuidados intensivos. A ver si le podemos dar pronto el alta.
P: ¿Siempre apetece hacer gracia?
R: No, claro que no. Por eso me gusta distinguir entre el sentido del humor y el buen humor en sí. El sentido no se pierde, se trabaja, se mejora, se pule e incluso quien cree que no lo tiene, lo puede encontrar y desarrollar. Pero el buen humor te lo marca tu circunstancia vital. Hay días que son de un color emocional y te apetece, otros transitas por varios colores de emociones y será por momentos. Y otros que no, obvio. Ante dolor agudo no apetece.
P: ¿Cuáles son los pros y los contras que destacarías de tu profesión?
R: Paradójicamente para mí es el mismo y tiene relación con lo anterior. El tener que hacer reír cuando tú estás rota o pasas por un momento o día donde sólo querrías hacerte una bolita en el sofá. Pero ese mismo esfuerzo es un pro brutal, porque te demuestra que se puede coger ese foco y centrarse en los demás, en esas personas que han ido a pasar un buen rato y olvidarse, precisamente, de sus ganas de hacerse croquetas. Y en ese momento subes al escenario o se enciende la cámara y tú apartas tu dolor y te centras en su bien. Tú has supuesto su alivio, pero ellos también han supuesto el tuyo ese ratito.
P: ¿Cuál es el mejor y el peor recuerdo que tienes de tu carrera como cómica y actriz?
R: Uf… De los dos hay miles, cuesta decidir, pero quizá el peor fue un día en que hice un monólogo para una empresa que había contratado a un compañero que se puso malo. Me llamaron ese mismo día para lanzarme el socorro, podía y fui. Eran todo chicos y cuando me vieron se dieron la vuelta y empezaron a hablar alto. Hice media hora de monólogo para treinta cogotes. Las chicas que lo organizaban no sabían dónde meterse. Yo esa noche imagina lo que lloré al llegar a casa, aunque en ese momento sacas agallas y lo peleas como si fuera el mejor bolo de tu vida.
Y de los mejores momentos, como actriz creo que el haber podido interpretar a Olga en el cortometraje ‘Actos Por Partes’, y como cómica me cuesta mucho, pero un día fue muy especial cuando un señor mayor, de unos 80 años, me dijo: “es la primera vez que salgo de casa con mi mujer con Alzheimer porque mi hijo me ha dicho que me iba a gustar tu humor y durante una hora y media sólo me he reído. Gracias de parte de los tres, Sara”. Muy emocionante, imagina…
P: ¿Te ha costado mucho llegar hasta dónde estás? ¿Cómo recuerdas los inicios?
R: Muchísimo. Nunca he tenido ayudas de nadie ni vías favorecidas, y el ser chica antes ponía las cosas todavía más difíciles. Fueron muchos años de batallas diarias, mucho viaje con Nala, mi perra, sin ver a la familia y amigos durante meses para ganar ‘cuatro duros’, que decían las abuelinas, con mucha sensación de soledad y de incertidumbre. Pero estando con Nala estaba en casa y sabía que tenía que seguir peleando.
P: ¿Qué le hubieras dicho la Sara de 20 años a la de ahora si hubiese sabido que las cosas le iban a ir como han ido?
R: Quizá que sufriera menos los ‘¿y si…?” que aparecen en la cabeza ante lo inseguro. Si llegan, los afrontas y si no llegan, te evitas el sufrimiento previo por el miedo.
P: A nivel laboral, sabemos que te va todo viento en popa, pero ¿y a nivel personal?
R: En popa no sé, pero que me desvivo trabajando… te lo aseguro. Hay mucho por hacer y muchas cosas por alcanzar todavía que no dependen del esfuerzo de una, pero vivir de lo que te apasiona es un privilegio, para mí eso es el éxito.
En lo personal, pues muy feliz, la verdad. No puedo ver lo que quisiera a familia y amigos, pero comparto cada segundo con Saúl que es mi mitad, mi otra suerte junto con Nala (todavía mi corazón no coloca su marcha, pero ese duelo va en paralelo a todo). Y vivimos y viajamos con Zuri y Otto, que son nuestros dos ángeles de la guarda, así que ponemos feliz con mayúsculas.
P: ¿Qué metas o aspiraciones profesionales y personales te marcas actualmente?
R: Mi cabeza no para de crear y de soñar. Mi sueño es hacer cine, hacer series… Más ficción, vamos. Y personales, pues ojalá algún año pudiéramos dar la vuelta al mundo los cuatro. Amo viajar y si es con ellos… ya es ‘El Viaje’.
P: ¿Cómo es Sara Escudero en las distancias cortas?
R: Igual que en las largas. No, es en serio. La gente me dice “eres igual que en la tele” y siempre digo “claro, porque si no estoy interpretando personaje en algo de ficción es que soy yo y soy así”. Me considero una persona normal y sencilla con los pies en la tierra y el sueño en el cielo que decía el poeta.
P: Aparte de a tu trabajo, ¿a qué sueles dedicar tus días?
R: Mi trabajo es parte de mi vida en mi caso, es difícil separarlos, sobre todo cuando trabajas todos los días, pero amo el deporte desde niña y practicarlo. Corro hace años, hago yoga y Kick boxing desde hace 7. También salir a caminar por el campo con Zuri y con Otto.. son mis placeres. Amo ir al teatro y al cine con Saúl y, mira, mi espinita es que ojalá pudiera volver a tocar el piano, porque lo amo, pero no dan los días para todo.
P: Humorista, actriz, presentadora, escritora, productora, guionista, conferenciante… ¿qué es lo que le queda por hacer a Sara Escudero?
R: Parecen mil profesiones y en realidad son aristas del mismo cubo, son facetas en las que desarrollo mi humor y mi capacidad de interpretar y de comunicar. Pero vamos, que como actriz me queda un mundo de posibilidades y como humorista igual. Tener tu propio programa, ir a EEUU un tiempo… mil cosas.
P: ¿Qué proyectos tienes en mente a corto y largo plazo?
R: Este otoño saco el audiolibro de mi libro “El CaNino De Santiago” con Lydia Bosh como Nala, entre otras maravillas que van a darlo forma. También hay un proyecto de tele que no puedo contar porque no es seguro, pero si sale es algo precioso y que me hace mucha ilusión vivirlo. Y en cuanto a teatro tengo dos cosas: dirigiré a un amigo en la transformación a monólogo de su libro, y espero poner en las tablas una obra de teatro que estoy escribiendo y que la dirigiré para verano 2024. Los tiempos a lo mejor luego cambian, pero ahí estoy ya al tajo.