Castilla y León no cuenta con mar, pero alberga numerosos lagos, embalses o ríos que durante los meses de verano se convierten en un cementerio. Y este pasado mes de agosto se ha confirmado. La Comunidad ha sufrido el fallecimiento de 11 personas por ahogamiento, la peor cifra de toda España, igualando con Andalucía, pero en su caso con cientos de kilómetros de mar.
Lo más llamativo es que hasta el pasado mes de julio solo había sufrido 15 ahogamientos y en un mes de agosto luctuoso ha tenido 11 muertes. A todos se nos vienen a la memoria los casos ocurridos Valdenoceda, donde un joven de unos 20 años murió ahogado en el río Ebro. El cuerpo del joven de 25 años ahogado el pasado martes 27 de agosto en la zona de la Playa Pita en el embalse de la Cuerda del Pozo, en Soria.
El perfil de la persona que ha perdido la vida ahogada en lo que va de 2024 es la de un hombre (en el 85 % de los casos y en el 15 % mujeres), español (84 % y 11 % de otras nacionalidades europeas), mayor de 55 años (44 %), en hechos sucedidos en playas (49,4 %, 19,9 % en río y 12 % en piscina), sin vigilancia (84 % y 16 % con vigilancia) y entre las 10:00 y las 18:00 horas (55,8 %).
También se han producido nueve fallecimientos en la Comunidad Valenciana, siete en cada una de las regiones de Cataluña e Islas Baleares, cinco en Galicia, mientras que Canarias y Castilla-La Mancha han registrado cuatro cada una. Aragón, Extremadura, País Vasco y Región de Murcia se han producido dos fallecimientos por este motivo en cada una, mientras que Cantabria, Comunidad de Madrid, La Rioja y Asturias registraron una muerte cada una de ellas.
Las 362 muertes por ahogamiento no intencional en los espacios acuáticos que se han dado en los primeros ocho meses de 2024 se han convertido en el segundo peor período en los últimos en los últimos diez años, después que de entre el primero de enero y el 31 de agosto de 2017 se registrasen 377 fallecimientos por esta causa.