El verde coloniza el mapa de Castilla y León y dibuja un esperanzador horizonte libre de coronavirus
La progresión del coronavirus en las diferentes zonas básicas de salud de Castilla y León es ahora más lenta que nunca desde que hace ya más de dos meses se iniciara un doloroso calvario que se ha cobrado más de 3.000 vidas en la comunidad autónoma, una de las más castigadas por la COVID-19, dicen los estudios preliminares que especialmente debido a su proximidad a Madrid, exportadora centrífuga de contagios en las fases iniciales de la crisis.
Paulatinamente el rojo que marcaba a las proscritas zonas con mayores casos de contagios en los últimos 7, o 14 días, ha ido desapareciendo, y a día de hoy los nuevos positivos se miden en unidades: menos de 2,5 por cada 10.000 tarjetas sanitarias o más de 2,5. Afortunadamente, el mapa de Castilla y León es ahora más verde que nunca, incluso algunas provincias como Zamora al completo, justo cuando la población está más necesitada de ver esperanza en un horizonte hasta hace pocos días negro y plagado de muerte y ruina económica. Desde el lunes, Castilla y León está en la Fase 1 de la desescalada, y el alivio en las duras medidas obligadas por el estado de alarma va llegando a todos los sectores empresariales y a la población general. Un alivio que no debe confundirse con despreocupación, ya que la prudencia, a falta de vacunda, deberá seguir siendo la máxima para mantener a raya al coronavirus para evitar rebrotes y vuelta a empezar. Nunca el verde fue tanto un sinónimo de esperanza.