Después de que el año pasado apenas apareciera y que la COVID-19 la hubiera dejado en segundo plano, la gripe ha regresado con fuerza a nuestras vidas. Lo ha hecho con ganas, tanto que, según la cuenta oficial de Twitter del Centro Nacional de Gripe de Valladolid, ya se puede hablar de epidemia. Al menos con las gráficas en las que se marcan los más de 50 casos por cada 100.000 habitantes como la línea roja que permite hablar de epidemia, sea cual sea la enfermedad.
Pero no hay que alarmarse, al menos de momento. Porque, aunque es cierto que esa línea se ha sobrepasado -con alrededor de 60 casos- estamos muy lejos de los números que se llegaron a detectar años atrás.
“Lo que vimos el martes, 15 de marzo, cuando tuvimos los datos de la tasa de incidencia semanal de gripe que registra la Red Centinela Sanitaria de Castilla y León es que superaba ligeramente el umbral de epidemia que nosotros tenemos calculado”, ha explicado el epidemiólogo y coordinador de la Red, Tomás Vega.
“En este momento hay un aumento de casos de síndrome gripal” detectados en atención primaria, sobre todo “en la población infantil, de 0 a 4 años, por lo que estaríamos entrando en una situación de circulación del virus en Castilla y León”. Pero evidentemente, aún muy por debajo “de lo que nosotros consideramos una epidemia normal de gripe”. Del año 2019 hacia atrás esas cifras eran de “entre 400 a 500 casos por 100.000 habitantes en los picos más altos”. Así, técnicamente de lo que se puede hablar es de “una onda epidémica que posiblemente acabe en una epidemia de gripe”.
Los dos años anteriores los datos relacionados con los procesos gripales estuvieron muy por debajo debido al confinamiento, las medidas de restricción de contacto social o el uso de las mascarillas. El hecho de que muchas de estas medidas se hayan eliminado hace que la gripe vuelva a encontrar su sitio entre la población y vuelva a ser una compañera no deseada durante los meses fríos del año.
“Durante toda la primavera de 2020, el invierno de 2020 y 2021 y prácticamente el de 2021 y 2022, no hemos tenido casi gripe por todas las medidas adoptadas para frenar la COVID-19”. El virus ha circulado de forma “esporádica y no ha sido capaz de transmitirse de persona a persona”.
Lo que sí se precibió, en diciembre de 2021, fue que “el virus estaba circulando” entre la población, una circunstancia que ahora se ha refrendado con el aumento de los casos “sobre todo entre los niños” aunque no con datos preocupantes. Así, Vega ha considerado que “la onda vírica que esperamos es la normal” y ha añadido que “estamos en una situación de nivel de intensidad bajo”.
A no ser que cambien mucho las circunstancias “se puede esperar que en las próximas semanas los índices puedan seguir aumentando” pero no que se llegue a un contexto extraordinario ya que no hay ningún indicador “para sospechar que haya una campaña de gripe excesivamente elevada”.
Pero si queremos prevenir que suceda lo contrario, Tomás Vega ha recomendado “la vacunación, que es la medida más efectiva”, así como las habituales que se toman cuando hay cualquier tipo de infección respiratoria. Lo que también hay que tener muy presente y no olvidar es que los síntomas gripales “son serios en las personas de edad avanzada o que tengan otro tipo de patologías”.
La Red Centinela de Castilla y León
Esta red la forma un grupo de profesionales -médicos de familia, pediatras y enfermeras de Atención Primaria- que “se comprometen, de manera voluntaria, en informar a la Consejería de Sanidad de las enfermedades o riesgos para la salud, que aparecen en sus consultas”.
Son, por tanto, como un grupo de vigilantes para detectar posibles riesgos epidemiológicos para la población y así estar al corriente de aquellas patologías que pudieran afectar a un gran número de personas.
“En el caso de la gripe, la COVID-19 o enfermedades respiratorias agudas, ese grupo que forman alrededor de cien personas, nos informan semanalmente de lo que se van encontrando en consulta”. Lo hacen de manera electrónica seleccionando, también, a un número de personas para hacerse con muestras médicas. El método para ello son las conocidas PCR lográndose, con esa información, “saber que virus respiratorios circulan por Castilla y León”.
Asimismo, la Red Centinela no se queda solo en las enfermedades relacionadas con el aparato respiratorio, sino que realiza otra serie de estudios diversos sobre, por ejemplo, la “longevidad, la insuficiencia cardiaca o el riesgo de suicidio”.
Todo dirigido a estar en disposición de “hallar cualquier anomalía que se puede dar en cuanto a los virus que circulan por la Comunidad”. Es decir, si mañana apareciera otro virus respiratorio, como la COVID-19 en su momento, que afectara a la población “seríamos capaces de detectarlo en su fase más temprana”.