Al menos un tercio de los castellanos y leoneses se ha infectado por COVID, que deja 47 fallecidos más
Castilla y León continúa la ralentización de los contagios con 2.717 nuevos casos
24 mayo, 2022 13:45Castilla y León registró un total de 47 nuevos fallecimientos con COVID-19 desde el pasado viernes, tres de ellos en las residencias de la Comunidad, en un periodo en el que continuó la ralentización del crecimiento de los contagios al sumar 2.717 nuevos casos frente a los 3.439 contabilizados por Sacyl en el mismo periodo de la semana pasada.
La cifra total de contagiados se eleva así hasta las 755.499 personas desde el inicio de la pandemia, mientras que los fallecidos alcanzan la cifra de 7.600. Así, grosso modo, al menos un tercio de los habitantes de Castilla y León habrían sufrido la infección por COVID-19, tal y como certifican las pruebas de infección activa con resultado positivo, según acredita Sacyl.
En los últimos cuatro días, los centros hospitalarios de León volvieron a ser los que más óbitos con COVID-19 acumularon, con 11, seguidos por los hospitales de Burgos (8), Salamanca y Valladolid (7 cada uno), Palencia (5), Soria (4) y Segovia y Zamora, con un nuevo fallecimiento en cada caso. A ellos hay que añadir los tres óbitos acaecidos en las residencias de la Comunidad.
La Comunidad de Castilla y León se mantiene actualmente en situación de riesgo controlado con las medidas, obligaciones y limitaciones que, para ese estadio, se recogen en el normativa vigente, entre ella el Acuerdo 46/2021, de 6 de mayo, por el que se actualizan los niveles de alerta sanitaria y el plan de medidas de prevención y control para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19 y sus posteriores actualizaciones.
Esa declaración de situación de riesgo controlado conlleva la eliminación de limitaciones de aforos y horarios, pero manteniendo las obligaciones de cautela y protección generales, entre ellas en lo referido al uso de mascarilla (de acuerdo con lo indicado en el Real Decreto 286/2022, de 19 de abril, por el que se modifica la obligación en el uso de mascarillas durante la situación de crisis sanitaria ocasionada por la COVID1-19; a la distancia de seguridad; la recomendación del lavado frecuente de manos; la obligación de colaborar en la información necesaria para la trazabilidad de contactos y en el cumplimiento de situaciones de aislamientos y cuarentenas cuando así esté indicado; la prohibición de fumar en vía pública si no se puede asegurar la distancia de seguridad, así como totalmente en terrazas de hostelería; y la necesaria la observancia responsable y solidaria de las limitaciones vigentes referidas a sectores y ámbitos sociales y de actividad concretos en cada momento.
Las autoridades sanitarias insisten en la relevancia, para superar la pandemia y sus consecuencias de toda índole, de las responsabilidades individual y colectiva de los ciudadanos, cumpliendo con las medidas preventivas referidas al uso obligatorio de la mascarilla, a la distancia interpersonal y a la higiene de manos, además de aquellas otras definidas en la normativa vigente.