La bronquiolitis se ha convertido en la pesadilla de los padres de Castilla y León. Una infección vírica que produce dificultades para respirar entre los más pequeños, en especial los lactantes y los menores de seis meses. No se sabe la razón, pero este invierno ha llegado antes y con más fuerza, quizás, como reconoce el Médico adjunto del Servicio de Pediatría del Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, Carlos Alcalde, sea por la “inmunización” que han tenido los pequeños durante la pandemia. Sea como sea, este problema está causando que los padres acudan en masa al pediatra y a los servicios de urgencia.
“La preocupación es la misma que otros años, aunque es cierto que ha llegado antes”, insiste Alcalde, que pone en aviso a los padres de ciertos síntomas claros. Por ejemplo, un respirar fuerte, que se marquen las costillas al hacerlo o que el niño haya dejado de comer. Estos son signos de alarma y ante los cuales hay que acudir al pediatra o a los servicios de urgencia. Pese a ello, Alcalde pide “tranquilidad” porque es el mismo pico que se suele dar en otras épocas, por ejemplo, la pasada Navidad.
Este pasado fin de semana fueron cerca de 200 niños los que acudieron con estos síntomas a Urgencias. “Es lo esperado para una época así”, apunta, aunque es cierto que desde Sacyl se han reforzado las medidas con más personas en las guardias y en atención continuada. “Es estable, pero tenemos mucho trabajo”, lamenta.
En cuanto a las camas ocupadas en el Hospital Río Hortega para este problema, son casi el 90% de las seis disponibles.
Medidas de prevención
Desgraciadamente hay pocas, aunque la más importante es el lavado de manos, y si se puede, usar mascarilla. En este caso no hay medicamentos para realizar un tratamiento de soporte, por lo que se ayuda a respirar al pequeño. Si se mantiene en casa con lavados nasales con suero, si se encuentra en el hospital con ventilación no invasiva, mascarillas, para los casos menos graves, y para los más graves, los que necesitan UCI, con un tratamiento invasivo.