Tos, dolores musculares, malestar general y fiebre son algunos de los síntomas de una gripe que, como todos los años desde que comienza el otoño, está afectando a la población del hemisferio norte del planeta, y por lo tanto también en Castilla y León.
A pesar del aumento de casos, sobre todo en niños y en adultos con edades comprendidas entre los 25 y los 44 años, el director del Centro Nacional de la Gripe de Valladolid, el doctor José María Eiros, lanza un mensaje de "tranqulidad" porque "aún estamos lejos de los picos que se han alcanzado en otros años".
"Tenemos la gran fortuna de que Castilla y León cuenta con uno de los tres centros nacionales de gripe. Ha habido temporadas de gripe, como la del año 2004-2005 que superó los 3.000 casos por cada 100.000 habitantes en Castilla y León, por lo que aún estamos lejos de esas cifras, y no nos preocupa porque durante la siguiente temporada esta incidencia cayó a los 2.000 casos", explica.
"Ahora mismo, en la semana 52 del año, estamos en un umbral epidémico de gripe en la mayoría de las comunidades autónomas que reportan sus datos. En nuestro hemisferio las epidemias de gripe duran entre 12 y 16 semanas, pero el pico máximo es muy variable, dado que no hay dos epidemias de gripe iguales", añade.
Desde el Centro Nacional de la Gripe de Valladolid (uno de los cuatro que hay en España y que está acreditado por la OMS para la vigilancia de los cuatro virus que producen esta enfermedad contagiosa), recuerdan que la monitorización de la gripe se efectúa desde el 1 de octubre de un año hasta el 31 de marzo el ejercicio siguiente, es decir, prácticamente durante cuatro meses.
A pesar de que las autoridades sanitarias siempre han señalado que este virus afecta especialmente en segmentos muy jóvenes de la población, además de en aquellos con alguna predisposición derivada de un mal estado de salud, en las últimas semanas Castilla y León ha experimentado un importante aumento de los ingresos hospitalarios con cuadros de complicaciones infecciosas, lo cual ha generado cierta alarma entre la población.
En este sentido, el doctor Eiros señala que debido a la Navidad, "estamos asistiendo a un incremento de la circulación y de la actividad de los virus gripales", por lo que recomienda no bajar la guardia, así como evitar acudir al centro de trabajo en caso de presentar estos síntomas, como continuar con el lavado de manos habitual y proceder siempre a vacunarse.
De esta última ha recordado que es "uno de los grandes logros de la medicina" así como la mejor manera de evitar que la gripe cause estragos en un individuo y en la población en general.
Castilla y León, tiene un papel especialmente importante en la secuenciación de los virus, dada su extensión y su baja densidad de población dado que "secuenciamos quizá tres veces más a lo que nos correspondería por número de habitantes", explica.
El 16% de las secuencias genéticas que España vuelca en el sistema internacional Gisaid (Global Initiative on Sharing All Influenza Data) que permite compartir datos acerca de los genomas de los virus gripales, "son de Castilla y León", indica.
De esta forma, los científicos monitorizan los virus y hacen estudios de seguimiento para ver cómo dañan estos virus a su huésped, que es el ser humano.
Al efectividad de la vacuna, "puede ser en el mejor de los casos, del 65% porque para que sea eficaz en un individuo depende de muchos factores dado que cada uno es biológicamente distinto".
Se trata de una enfermedad que en las personas mayores de 80 años "implica una pérdida de funcionalidad del 15%" por lo que Eiros insiste en la importancia de extremar precauciones y de vacunarse.