Una solitaria oreja para Pablo Aguado y bronca para Morante en el mano a mano
Decepcionante tarde la segunda del abono, que había creado gran expectación y que se tornó en decepción. Pablo Aguado pudo salir en volandas al Paseo de Zorrilla, pero la espada lo impidió.
Dos tercios largos de entrada en tarde ventosa. La corrida se remendó con dos toros de Jandilla y dos de Garcigrande, más dos de Juan Pedro Domecq (ganadería anunciada en los carteles), que fueron los únicos aprobados, más un sobrero, tras ser rechazados por el equipo veterinario.
Manejables en general, salvo el basto quinto que sembró el pánico en el ruedo. Le correspondió a Morante.
Morante de la Puebla, silencio tras aviso, silencio y pitos
Pablo Aguado, ovación, oreja tras aviso y ovación
Incidencias: Tras finalizar el paseíllo sonó el himno español.
Baile de corrales por la mañana donde fueron rechazados cinco toros de la ganadería anunciada (Juan Pedro Domecq), por lo que tuvieron que remendar con dos toros de Jandilla y otros dos de Domingo Hernández.
Morante no tuvo opciones con el primero de Juan Pedro Domecq, escaso de trapío y del que se pidió la devolución, fue un toro mansurrón con el que el de la Puebla mostró detalles sueltos con la mano derecha. Con la espada se atascó, pitos al torero y al toro.
Otro Silencio cosechó Morante en el tercero de la tarde, un Jandilla al que dejó bellas verónicas de inicio pero que no tuvo carbón en la muleta.
Abrevió el sevillano con el quinto de Domingo Hernández, un toro grandón, feo e impropio para el estilo del de La Puebla que además sembró el pánico en la cuadrilla. De nuevo fue pitado. El viento molestó mucho durante la lidia. Y de nuevo la espada no funcionó. Fuerte pitada al toro y torero.
Pablo Aguado dejó su personal sello de toreo clásico y bello. El recibo capotero al primero de Juan Pedro levantó el ánimo en los tendidos.
Ligó muletazos de mucha clase con la derecha. Y con la zurda volvió a gustarse vaciando las embestidas y llevando la muleta a la cadera. Mató tras pinchar y cosechó una Ovación.
El cuarto de Jandilla fue un animal bravo, un toro con más movilidad que los anteriores y al que dejó buenas verónicas de salida rematada con una media primorosa. De nuevo, Aguado por la derecha volvió a dejar su personalísimo sello. Toreo de empaque, sevillanía torera plena.
Por naturales también le respondió el Jandilla. El hispalense mató de estocada trasera y paseó la única oreja de la tarde.
Se desmonteró Iván García tras brillar pareando sus dos toros.
El sexto de Domingo Hernández, brindado a Fortes, fue el mejor presentado de la tarde. Aguado volvió a brillar en el recibo capotero y en un quite fue volteado aparatosamente sin consecuencias.
En la zurda basó la faena sacando raza y tratando de conseguir la puerta grande. Pero otra vez la espada se volvió en su contra.
Fuerte ovación en la despedida mientras que Morante era despedido con pitos. Dos tercios largos de entrada en tarde ventosa.
Muchos rostros conocidos en los tendidos y un callejón abarrotado, se notaba que era tarde importante. Pero todo quedó en casi nada.