Las maravillas naturales de Castilla y León para visitar este verano
La revista Traveler ha hecho un recorrido por toda España para repasar las maravillas naturales más impactantes y espectaculares del territorio nacional. Hasta 50 ha incluido en su lista, una por provincia, para poder viajar este verano sin salir de Castilla y León.
Así, en Ávila destaca Castañar de El Tiemblo, "un paraíso de hojas amarillas, verdes y marrones donde la única nota discordante es el azul del arroyo que lo atraviesa. La tierra está alfombrada de castañas y el aire huele a otoño perpetuo en este bosque, hogar de un gran árbol que suma 500 años de edad".
En Burgos, por su parte, se encuentra el Salto del Nervión, "la cascada más alta de España divide Burgos y Álava con un torrente de agua que se precipita en caída libre desde 222 metros de altura. El salto solo existe durante los meses de deshielo, y las vistas desde el mirador, situado al borde del precipicio, son vertiginosas".
En León, Las Médulas, los "monolitos rojizos acabados en punta surgieron de una mina de oro romana que alteró el terreno para siempre. De la tierra removida durante cientos de años nacieron barrancos de formas sinuosas horadados por oquedades y cuevas y conectados por galerías".
Para Palencia, Las Tuerces, donde "la roca caliza se retuerce a su antojo, se eleva varios metros sobre el suelo, se cierra en callejones y grutas y se bifurca en caminos enmarañados. La Peña Mesa domina el panorama y llama la atención por su singular silueta".
En Salamanca se encuentra el Pozo de los Humos, una cascada que "se arroja desde una altura de 50 metros. Al tocar fondo genera una húmeda cortina de vapor que asciende por la ladera. El estruendo impresiona tanto como su tamaño: es solo un metro más baja que las Cataratas del Niágara".
Segovia tiene las Hoces del río Duratón, donde "el caudal describe una “u” perfecta para rodear un saliente de piedra. El cañón tiene una profundidad de hasta 100 metros en algunos puntos. La mayor colonia de buitres leonados vuela por encima de los meandros de las Hoces del Duratón".
La Laguna Negra de Soria, por su parte, "es conocida por el aire tenebroso que le confiere el tono oscuro de su agua, objeto de varias leyendas que elucubran sobre su naturaleza. Se dice que no tiene fondo y que un pasadizo subterráneo la conecta con el mar. Los pinos escudriñan su negrura desde arriba, como lo haría el público de un teatro romano".
De Valladolid destaca las riberas de Castronuño, donde "el Duero se expande a sus anchas y sigue su curso sin prisas, plegando su trayectoria en un meandro con forma de codo. Las aves de la zona se han adueñado de las orillas del río. Las playas fluviales invitan a darse un baño antes de admirar el panorama desde el mirador de La Muela".
Y, por último, en Zamora, el famoso Lago de Sanabria. "Todo esto era hielo. Hoy ostenta el honor de ser el lago glaciar más grande la península ibérica. Su origen frío es fácil de olvidar en Custa Llago, una pequeña playa de aguas claras. En sus inmediaciones está el Balneario de Bouzas de Sanabria, completamente en ruinas, pero muy interesante para visitar".