De gran importancia estratégica y defensiva, Cabezón se encuentra enclavado en la campiña del Pisuerga, regado por sus aguas y protegido por el cerro de Altamira, probablemente uno de los orígenes del municipio.
Restos arqueológicos encontrados en esta área conducen a la Edad de Hierro. Los romanos también se asentaron junto a la ribera del Pisuerga. Testimonio de ello es el mosaico de la Villa de Santa Cruz encontrado junto a su orilla.
Varios personajes ilustres pasaron por Cabezón, como algunos de los Austrias o María Luisa Gabriela de Saboya.
El turismo es sector creciente en la localidad. Las visitas guiadas organizadas desde la Oficina Municipal de Turismo recorren el municipio visitando el interior de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (templo de origen gótico que alberga un gran patrimonio en su interior), el puente medieval (emblema de Cabezón), así como el barrio de bodegas y el Parque Temático del Belén Viviente.
Monasterio del siglo XIII
Desde el año 2012, Cabezón forma parte de la Ruta del Vino Cigales, con la que se realizan varias actividades a lo largo del año, como el "Bus del Vino", actividad que mezcla patrimonio, cultura y gastronomía.
Uno de los espacios que más sorprende es el Monasterio de Santa María de Palazuelos. Construido en el siglo XIII y desamortizado en época de Mendizábal, este monasterio, del cual se conserva el templo, ha sido testigo de varias reformas en su interior, así como la propia reforma de la propia orden, llegando a ser Cabeza del Císter a partir del siglo XVI.
Abierto a visitas durante el fin de semana, este edificio, actualmente desacralizado, acoge un gran número de eventos a lo largo del año. Desde el Ayuntamiento se está apostando por su puesta en valor, entre otras actividades, con un ciclo cultural, llamado "AcontraluZ", formado por varias disciplinas artísticas como la música, la danza y el teatro.
El patrimonio natural rodea el municipio, pudiendo disfrutar de varias rutas de senderismo, como la senda de los Cortados o la senda de Vecilla, donde, además de poder conectar con la naturaleza, ofrece unas vistas inigualables de la campiña del Pisuerga.
La gastronomía es también parte del patrimonio de Cabezón, donde puede disfrutarse en sus diferentes bares y restaurantes. Desde comida típica, a cocina fusión, cocina internacional o picoteo, la oferta es muy variada y asequible a todos los gustos.
Cabezón supone una experiencia irrepetible que quedará en la memoria de quien lo visite.
Belén Viviente
El Belén Viviente de Cabezón, catalogado Fiesta de Interés Turístico Regional, lleva a sus espaldas más de 40 años de historia. Aunque inicialmente este poblado se construía cada año alrededor de la iglesia parroquial, una iniciativa conjunta del Ayuntamiento y la Asociación Amigos del Belén, hizo que se estableciera en el antiguo "barrero", para convertirse en un pequeño pueblo castellano con representación de muchos de los oficios artesanos de la zona. Cada Navidad tiene lugar esta representación abierta a todos los públicos, con un escenario vivo en el que participan entre 100 y 120 personas.