Situada en el Nordeste Transmontano y haciendo frontera con la vecina España, Miranda do Douro se eleva sobre un espigón que domina la margen derecha del río Duero, en pleno Parque Natural del Duero Internacional. Una majestuosa ciudad, que sobresale por sus generosas y fieles gentes, así como por su fuerte cultura tradicional.
Miranda do Douro tiene un rico patrimonio natural, social y arquitectónico. La cultura mirandesa, rica y variada y, a decir de verdad, de las más puras y genuinas que aún se pueden apreciar en Portugal. Con un centro histórico perfectamente conservado, no adulterado y, sobre todo, vivo. Tras cada fachada habita gente que no prescinde de su identidad, que insiste en recrear un arte que es suyo, que mantiene el lenguaje lúdico de sus bailes y en su habla singular, el mirándés (restos del antiguo astur-leonés), el orgullo por su tierra.
Miranda do Douro, considera como 'Ciudad Museo' de Trás-os-Montes, mantiene su trazado medieval y renacentista, destacando algunos ejemplos arquitectónicos de gran intrerés. Por todo el concejo se encuentran también numerosos edificios que recuerdan la historia e importancia de la región.
Mirando do Douro es un auténtico crisol de tradiciones. Sean las danzas de los 'pauliteiros', la música de los 'gaiteiros', las capas de honras, o las mascaradas de invierno, que dan identidad propia a esta tierra de frontera. Cabe recordar la Fiesta de Santa Lucía, con el 'Vellho e a Galdrapa' en San Pedro da Silva; la Fiesta de los Mozos, en Constantim y la 'Festa do Menino', en Vila Chã.
Ruta de los Miradores
En el patrimonio natural destaca el Parque Natural del Duero Internacional, que abarca toda la extensión del Planalto Mirandés, donde esperan acantilados monumentales, con fayas verticales que pueden llegar a los 700 metros de altura, impresionantes miradores y asombrosas maravillas naturales, en uno de los destinos naturales más asombrosos de Europa.
El cañón, que forma el Duero, es sencillamente impresionante. Es curioso, porque mirador en portugués se dice 'miradouro', palabra que parece ser una contracción de Miranda y Douro. La variada gama de miradores en el concejo se caracteriza por su diversidad y exclusividad, con varios denominadores comunes, como los angostos y profundos cañones del río Duero, la vegetación variada de clima mediterráneo y, en muchas ocasiones, aún salvaje. Finalmente, la contemplación de aves, sobre todo rapaces, que anidan en sus cañones. Son los miradores del Salto de Castro en Paradela, el Castro São João das Arribas en Aldeia Nova, los miradores de Miranda do Douro, la ruinas de Santo André en Cércio, la Fraga Amarela y el castro Cigaduenha en Vila Chã, el mirador de la Fraga do Puio en Picote, o el Picão dos Arteiros y Os Pisões en Sendim, entre otros.
Rica y variada gastronomía
Miranda do Douro puede presumir de muchas cosas -turismo, naturaleza...- pero sobre todo de su gastronomía, tan apreciada por el turista español, que busca en este municipio calidad, cantidad y buen precio. Aquí se dan la mano saberes seculares, usos, costumbres y, sobre todo, imaginación que hacen sentir al comensal el pulso de la vida, de una familia, de una región. En el Concejo de Miranda do Douro siempre es difícil elegir entre los variados platos típicos.
En Miranda do Douro, cuando uno se sienta a la mesa en uno de los muchos restaurantes de Concejo, se olvida del reloj y se entrega a los numerosos placeres de la gula que ofrece el amplio territorio, con la 'posta mirandesa', el cordero asado a la brasa, el bacalao asado, el bollo dulce (bola doce) como principales señas de identidad culinarias. Todo bien regado con el vino de la región.
Situada en el borde mismo de la frontera, a tiro de piedra de Zamora y Salamanca, Miranda do Douro constituye un lugar ideal para disfrutar de una jornada de ocio, almorzar y realizar compras, o para pasar un fin de semana, lo cual, permitirá al visitante conocer los magníficos parajes de la zona, sus variadas y antiguas tradiciones y la amabilidad de sus gentes.