Castilla y León es una región llena de tesoros. Quizá muchos lo desconozcan, pero en un pequeño pueblo que no llega a los 30 habitantes se encuentra la fortaleza califal más grande de Europa. Este no deja indiferente a quienes lo visitan e, incluso, ha enamorado a National Geographic quien ha destacado cada uno de los detalles que este alberga.
Se trata del Castillo de Gormaz, situado en Soria, una fortaleza construida durante el Califato de Córdoba, aunque cierto es que ya existía una estructura anterior. Los vestigios que aún perduran en este imponente castillo se pueden recorrer libremente para impregnarse de su historia y disfrutar de las vistas de 360 grados que hay sobre las tierras sorianas por las que discurre el río Duero.
En su época de esplendor en la edad Media tuvo el reconocimiento de ser la mayor fortaleza construida en Europa. Por aquel momento, el bastión tenía 1,2 kilómetros de muralla protegida con 28 torres desde el cual se defendía la frontera de este territorio al norte del río Duero.
Una fortaleza situada junto a Gormaz, un pequeño municipio a 64 kilómetros de la capital soriana. Es probable que fuese construido sobre una fortaleza anterior, pero la mayor parte se hizo durante el Califato de Córdoba. Los datos señalan que fue reconstruida por Gálib y que estuvo bajo la autorización del general de los ejércitos del califa de Córdoba, al- Hakam II (961).
Este territorio fue escenario de batallas entre moros y cristianos, aunque también ha sido un escenario de belleza y riqueza patrimonial. Este castillo ha sido residencia de ilustres personajes como el general omeya Gali, Almanzor o el Cid Campeador.
El hecho de que haya ostentado el título de castillo más grande de Europa se refiere a que ha sido calificada por los historiadores como la mayor construcción defensiva de la Baja Edad Media en Europa. Cabe destacar que cuenta con 1.200 metros -446 de largo- y 28 torres.
La entrada de la fortaleza cuenta con un panel informativo que relata la historia del monumento y recomienda una visita de cerca de una hora de los sitios principales. Del mismo modo, tiene dos partes diferenciadas por un foso. Por un lado, al oeste se encuentra una alberca, así como la muralla, donde se ubican tres estelas.
También hay un aljibe abovedado, atalayas y un paso de ronda que comunica los siete torreones que mantienen en pie. Destacan sus paredes de diez metros de altura, donde se posicionaban las tropas, las caballerías o se almacenaban los artefactos utilizados en la guerra.
También había una alberca con agua para los huéspedes del castillo, cuya defensa está reforzada por más de una veintena de torres. La fortaleza tiene varias puertas, aunque la más destacada es la Puerta Califal, en forma de arco de herradura
En definitiva, un lugar idílico que merece ser visitado y que se ubica en un entorno privilegiado que cuenta con otros importantes elementos patrimoniales, como la Ermita de San Miguel o las iglesias de San Juan Bautista y Santiago.