Castilla y León es una tierra llena de joyas que nunca deja de sorprender. Son muchos quienes aman la naturaleza y cada día libre o fin de semana aprovechan para hacer una escapada por las infinitas rutas que la Comunidad ofrece. Sin embargo, seguro que hay lugares mágicos que siguen siendo desconocidos para muchos como, por ejemplo, el monte Rushmore en su versión castellana y leonesa.
Quizá algunos hayan explorado sus secretos, aunque seguro que muchos otros desconocen dónde está, de qué se trata y todas sus peculiaridades. Haciendo alusión al monte citado anteriormente, que se encuentra en Estados Unidos, es un monumento conmemorativo nacional. La escultura presenta las cabezas de 18 metros de altura de cuatro presidentes: George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt y Abraham Lincoln. Un parque que atrae a más de dos millones de visitantes al año y que abarca 5,17 kilómetros.
Un pequeño guiño a ese parque se puede contemplar en Castilla y León, y así lo contaba también Jesús Calleja en uno de sus vídeos promocionales de la Comunidad. Lo cierto es que este dista un poco de la realidad porque lo que se puede ver tallado no son las caras de los presidentes, sino que es posible observar la cara de un humano, la de un simio, un peón de ajedrez e incluso rocas con ventanas.
Se trata del monumento natural de Las Tuerces, en Palencia. Se ubica, concretamente, entre las localidades de Villaescusa de las Torres y Mave. Es un conjunto de formas pétreas resultado de la acción erosiva del agua sobre la roca caliza. Todas ellas forman un laberinto y un espacio muy bello que ha sido declarado Monumento Natural. Estas formas pétreas, algunas de las cuales tienen nombres como Peña Mesa, la Tuta o el Perro sentado forman una ‘ciudad encantada’ que está repleta de callejones, pasillos y grutas formando un laberinto.
Un paraje que invita a deambular por sus maravillas, donde se pueden observar los pequeños cañones horadados en la roca y dejar volar la imaginación entre las formas naturales que se han ido creando. Un plan muy especial para hacer con amigos, en familia, pareja o incluso yendo solo. Y es que todos los que pasan por la zona se quedan anonadados intentando descifrar las imágenes que la naturaleza ha creado.
Lo cierto es que hay muchos sitios para explorar. Por un lado, está la zona del Valle de Recuevas, próximo a la zona cántabra, donde se levantan formaciones rocosas que permiten la escalada. También cabe destacar que en algunas cavidades de las paredes rocosas de la Horadada y Las Tuerces se han localizado materiales del Paleolítico y de la Edad del Bronce hasta la Edad Media. Por tanto, no es solo naturaleza, sino que también es arte, historia y cultura.
Un espacio maravilloso en el que nunca dejarás de sorprenderte. En la parte del Cañón de la Horadada se pueden ver algunas de las cuevas más bonitas del país que, incluso, han estado habitadas desde la prehistoria como es el caso de la Cueva Tino. También destaca la Cueva de los Espinos, Corazón, Pilatos, la Hiedra y Larga. Al otro lado del Pisuerga se levanta el Monte Cildá, en cuya cima existen vestigios del importante castro cántabro y sus habitaciones posteriores.
Entre la fauna ictícola destaca la presencia de la trucha de río común, entre los anfibios de la salamandra, sapo partero común o rana de San Antonio. En total, son trece las especies de reptiles detectadas, en su mayor parte de carácter mediterráneo y alguna especie de distribución europea como lución, lagartija ibérica, culebra de collar o víbora europea.
Además, en el cañón destaca la vegetación de ribera, en su mayoría chopos. Entre las plantas presentes hay tomillo y cantueso. También saúco y el gordolobo, que se utilizaba como sustituto del tabaco en épocas de carestía.
Cómo llegar y sus diferentes rutas
Llegar a Las Tuerces es sencillo. Hay que tomar la desviación de Villaescusa de las Tormes, aproximadamente en el kilómetro 103 de la N-611 a la altura de Valoria de Aguilar. Una vez se haya llegado a la localidad palentina se puede tomar el camino que recorre la parte superior al pueblo.
Una vez allí se pueden realizar cinco rutas diferentes y no importa cuál se escoja puesto que con todas acabarás descubriendo la belleza de sus parajes y observando a las aves que allí viven. Por un lado, está la ruta Roja que lleva desde Mave a Las Tuerces pasando por el Cañón de la Horadada. La distancia es de poco más de cinco kilómetros.
También existe la Amarilla que parte del mismo sitio, pero el trayecto discurre por Olleros de Pisuerga y se adentra en el Calón de la Horadada. La distancia es un poco mayor, de unos 8 kilómetros aproximadamente.
Después está la Verde que comienza en Aguilar de Campoo y tiene una distancia de 7 kilómetros. La Rosa, por su parte, parte desde Gama, donde se asciende hasta el Castillo y va conduciendo por la meseta hasta Las Tuerces. Es de unos 7 kilómetros. Finalmente, la Azul une los pueblos de Mave y Gama pasando por La Rebolleda (Burgos). Es la ruta más larga superando los 9 kilómetros, con una duración de más de tres horas aproximadamente.