El estudio que afirmaba que un 16% del genoma del tardígrado era ajeno -realizado por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, publicado hace dos semanas en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y recogido por medios de todo el mundo, incluido EL ESPAÑOL- se tambalea. Un nuevo trabajo, realizado por una decena de científicos de las Universidades de Oxford y Edimburgo, refuta completamente la idea de que en el ADN de este microanimal se produzca la llamada "transferencia horizontal de genes".
Los sorprendentes resultados del estudio de PNAS abocaron a estos científicos, que habían hecho el mismo trabajo en paralelo, a subir sus resultados al portal de prepublicaciones bioRxiv.org solamente 8 días después, especificando que "comparamos nuestro ensamblaje [de los genes de la especie Hypsibius dujardini] con uno recientemente publicado y no encontramos evidencia de una transferencia horizontal de genes masiva".
De los 6.600 genes de tardígrado que supuestamente pertenecían a bacterias y otros microbios encontraron apenas 36. Su sospecha es que los autores del primer estudio tomaron ADN de bacterias que el tardígrado llevaba en la superficie o en su interior, confundiéndolo con genes propios de esta especie.
Bob Goldstein, uno de los investigadores del estudio de PNAS, ha respondido diciendo que se plantearon seriamente la posibilidad de la contaminación. "Era, por supuesto, la explicación inicial más probable para la gran cantidad de ADN ajeno encontrado en nuestro ensamblaje, y buena parte del análisis de nuestro trabajo estaba diseñado específicamente para ocuparse de esta cuestión". Ahora, los científicos de Carolina del Norte tratarán de recuperar su honor "tratando de resolver los asuntos planteados". "Nos abstendremos de comentar nada más hasta que hayamos hecho análisis adicionales que puedan verter más luz sobre el problema", concluyen.
Otros científicos, consultados por The Atlantic en este completo artículo, sugieren que el problema puede estar en el mecanismo de secuenciación empleado en la UCN, denominado PacBio, que procesa las cadenas de ADN sin romperlas antes. Esta parte del proceso resultaría decisiva para verificar si un trozo ajeno de ADN pertenece realmente al tardígrado o solamente pasaba por allí.