El creador y Director ejecutivo de Facebook se ha reincorporado al trabajo después de tomarse dos meses de baja de paternidad tal y cómo prometió al nacer su hija Max, y lo ha hecho con un divertido post en la red que fundó. "¿Qué debería ponerme?", se pregunta, mostrándonos su armario en el que solo figuran camisetas y sudaderas grises, perpetuando el mito sobre su único vestuario diario.
El propio Zuckerberg se ha encargado de perpetuar esa imagen de genio tecnológico desaliñado al vestir que cimentó la película La red social, afirmando que viste siempre la misma camiseta para evitar tener que tomar decisiones superfluas y poder concentrarse en las importantes. La imagen ha provocado un millón de reacciones y cientos de comentario, pero sorprende encontrar destacado a uno que ha recibido más de 40.000 apabullantes likes.
Firmado por Nakharin Thabtimhin, una usuaria tailandesa, su formato en principio no tiene mucho sentido:
Este es Mark.
Mark creó Facebook.
Mark no sabe qué ponerse aunque todo es básicamente lo mismo.
Mark está indeciso.
No seas como Mark.
Como atestiguan las respuestas a este mismo comentario, esta fórmula es popular y reconocida entre los usuarios. Puede que nos la hayamos encontrado ya asociada a un moñigote burdamente dibujado. Pero como suele suceder en la red, lo sencillo a menudo es lo que mejor funciona. Mark Zuckerberg acaba de tener su primer encuentro con "Be like Bill", el meme que lo ha impregnado todo en Facebook en su ausencia.
Por qué hay que ser como Bill
Como suele ocurrir con los memes, sus orígenes se pierden en los entresijos de la red. El estilo intencionadamente simple y feísta del diseño, como en el caso de los infames rage comics y la trollface, indican que su uso se originó en los foros, donde un planteamiento ingenioso es replicado hasta la saciedad.
En este caso, lo que se parodia es un tipo de propaganda cívica que se popularizó en la revista para jóvenes Highlights for children a partir de 1948 con dos personajes, Goofus and Gallant. Ambos ejemplifican comportamientos negativos y positivos frente a situaciones cotidianas, y al término de la historieta se nos insta a ser como Gallant y no como Goofus.
Una influencia por la que pueden haber llegado a Internet es a través del videojuego Bioshock Infinite: ambientado en una América retro-futurista y ultraconservadora, dos personajes, Duke y Dimwit, ejercen esta misma función de propaganda.
El caso es que Bill emerge en el agregador Reddit en octubre de 2015 como ejemplo del usuario de Facebook ideal: "Bill entra en Internet. Bill ve algo que le ofende. Bill sigue adelante. Bill es listo. Sé como Bill". El post criticaba la tendencia de los usuarios de la red social a inflamarse y publicar largas diatribas sobre temas que les indignan. Y a partir de ahí cogió tracción, según la página especializada Know your meme.
Bill siguió circulando entre foreros hasta el 21 de diciembre. Aquél día Eugeniu Croitoru, un moldavo que vive en Milán y gestiona páginas de videojuegos, circuló un meme de Bill que instruía sobre no reventar el argumento de la última película de Star Wars para los que todavía no la habían visto.
Otros usuarios se inspiraron y empezaron a crear sus propias reglas para un comportamiento ejemplar en Facebook encarnadas en Bill. Bill no envía cadenas de mensajes. No envía invitaciones automáticas. Y no se saca selfies poniendo morritos. Croitoru creó entonces una página dedicada a Bill, que en algún momento se vio tocado con un gorrito. Cosas de Internet.
Para primeros de enero ya había una versión en español, Sé como José, además de versiones en idiomas como el árabe o el malayo.
Bill se nos ha ido de las manos
Ha pasado un mes desde que el fenómeno se hiciera viral y, como suele ocurrir en estos casos, la masificación ha hecho que perdiera su sentido original. El contagio es menor en la órbita hispana, pero como hemos visto en el caso del post de Zuckerberg, el meme se está versionando hasta la náusea y a muchos usuarios les empieza a resultar insoportable.
Dada su simpleza, existen generadores para crear plantillas del meme con las palabras de cada uno. Y lo que originalmente eran normas de buena conducta para hacer de Facebook un lugar más agradable de usar han degenerado en moralina o en opiniones personales elevadas a rango de norma. Es una triste corrupción del espíritu que lo inspiró. Bill se ha convertido en spam, el preciso motivo por el que las redes sociales se vuelven por temporadas tan irritantes.
Para los desesperados, existen tutoriales para intentar expulsar a Bill de nuestro muro. Pero como en otros casos, lo más recomendable es la paciencia: cuanta más rápida es la viralidad, antes se quema el meme y la repetición machacona termina aburriendo hasta a los más obtusos. O eso, o quizás Mark Zuckerberg vuelva en serio al trabajo y nos recompense con mejores filtros en nuestros perfiles.