Una auténtica epidemia que no cesa de crecer en los últimos años. Así define el máximo organismo sanitario del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS), a la diabetes. De hecho, su prevalencia, el porcentaje de adultos que convive con ella, se ha duplicado desde la década de 1980 y alcanza ya al 8,5% de la población, según datos del primer informe global (PDF) sobre la enfermedad que ha elaborado la OMS y ha hecho público con motivo del Día Mundial de la Salud, que se celebra este jueves precisamente con el lema "Vence a la diabetes". El trabajo se ha publicado de forma simultánea en la revista The Lancet.
Cada año, la OMS elige un lema y un asunto en el que centrar este Día Mundial de la Salud, que se celebra anualmente desde 1950. La selección del tema la hace la directora general de la OMS, Margaret Chan, basándose en las sugerencias de los gobiernos miembros y de sus funcionarios.
No es difícil aventurar por qué la diabetes protagoniza este 7 de abril. Las cifras del informe son demoledoras. Se estima que en 2014 había 422 millones de adultos en todo el mundo con la enfermedad, frente a los 108 millones de 1980. La razón de este aumento es simple: el mundo está más gordo y nada parece indicar que esta tendencia vaya a modificarse.
Más cosas preocupan a las autoridades sanitarias. Al contrario que hace décadas, la diabetes ya no es una enfermedad de países ricos. Los pobres y en vías de desarrollo se han apuntado a la parte más siniestra de la modernidad y su dieta de comida basura que implica un aumento de la obesidad, principal factor de riesgo de esta patología.
Para quien piense que la diabetes es una enfermedad sin importancia, algunos datos del informe de la OMS: en 2012, provocó un millón y medio de muertes. Pero un nivel de glucosa en la sangre superior al deseable provocó otros 2,2 millones de defunciones, al incrementar los riesgos de enfermedades cardiovasculares y de otro tipo.
Para quien piense que sólo es una enfermedad de mayores, otro dato: el 43% de estos 3,7 millones de muertes ocurren en personas con menos de 70 años, una cifra mayor en los países de ingresos bajos y medianos que en los más ricos.
Para quien piense que tiene cura, malas noticias. Sí, hay tratamientos, pero hay que tomarlos de por vida y un porcentaje variable de casos de la enfermedad no consiguen controlarse con ellos. De hecho, se considera una patología crónica, por lo que supone un importante problema de salud pública.
La diabetes se desencadena cuando el páncreas no produce suficiente insulina, la hormona que regula el nivel de glucosa en sangre, o cuando el organismo no puede utilizar con eficacia la insulina que produce. Existen dos tipos de diabetes, la tipo 1 o infantojuvenil, que requiere de inyecciones de insulina para la supervivencia del paciente y la tipo 2, que tradicionalmente se daba en adultos pero se está empezando a registrar también en niños. Se considera que un 10% de los casos de diabetes son de tipo 1.