La escopolamina, conocida popularmente como burundanga, es una droga rodeada de mitos. El más conocido por todo el mundo es el que asegura que con solo soplarla a la cara de alguien puede anular su voluntad. Son muchas las personas que aseguran haber sido intoxicadas y sometidas por burundanga, pero muy pocas las evidencias científicas de que esto haya ocurrido en nuestro país.
En 2016 se publicó en una revista científica el primer caso confirmado de sumisión por escopolamina en España, concretamente en Palma de Mallorca. Ahora, un año después, el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses ha confirmado el primer fallecimiento de una persona por consumo de burundanga en nuestro país.
Tal y como relata el diario El País, se trata del empresario belga del sector de la construcción Philippe Vandendorpem, que falleció en febrero de 2015 tras ingerir esta droga de forma involuntaria en un prostíbulo de la localidad canaria de Maspalomas.
Vandendorpe se encontraba junto a otro sujeto de 45 años tomando unas copas en un local llamado Red Hot Sexy Disco, en la Playa del Inglés, cuando ambos se sintieron indispuestos. El equipo médico que se desplazó hasta el local comprobó que los dos varones tenían las pupilas dilatadas y sufrían taquicardias y alucinaciones, síntomas propios de un síndrome colinérgico. Los facultativos consiguieron salvar la vida de uno de ellos, pero Vanderdorpe, de 55 años, murió horas después en el hospital.
Pese a que ambos negaron haber tomado ningún tipo de droga, el análisis de una bolsa con una sustancia blanca incautada por la Policía en el local así como las muestras biológicas que se recogieron confirmaron que ambos habían ingerido escopolamina.
Dos mujeres, Sandra E.M. y Victoria K., ambas trabajadoras del local de "ocio sexual" fueron detenidas por los agentes y acusadas por un delito de homicidio, otro de lesiones y robo con intimidación. También fueron detenidos el encargado del local y una camarera, sospechosos de colaborar en el delito.
Según se explica en el artículo publicado por la revista de la Asociación Española de Toxicología, se confirma así la presencia de esta sustancia "como medio de sumisión para cometer un delito, dando lugar al primer caso conocido de fallecimiento por escopolamina en España"