El platino es uno de los metales preciosos más valorados. En la tabla periódica de los elementos lo encontramos con el símbolo Pt y el número atómico 78, ¿pero quién lo puso allí? Tanto España como el Reino Unido presumen de haberlo descubierto. Y los dos tienen parte de razón.
En realidad ya era conocido por los pueblos americanos prehispánicos, pero nadie reparó en este material más que como una impureza que se solía encontrar junto al oro. La primera mención es del italiano Julius Caesar Scaliger en el siglo XVI sin que la cosa tuviera mayor trascendencia. Dos siglos más tarde aparece el hombre clave en esta historia: el astrónomo y marino Antonio de Ulloa y de la Torre-Giralt.
Con solo 19 años, este sevillano se unió a la Misión Geodésica Francesa. La Academia de Ciencias de París quería averiguar de una vez por todas cuál era la forma exacta de la Tierra –lo de que está achatada por los polos viene de entonces– y para ello necesitaba realizar mediciones en el ecuador. Felipe V dio su permiso para que los científicos franceses trabajasen en tierras americanas, pero en compañía de los comisionados españoles Jorge Juan y el propio Ulloa.
El viaje comenzó en 1735 y se prolongó toda una década. La Relación Histórica que publicaron ambos contando esa peripecia es un extraordinario compendio de saberes y descripciones de las tierras que visitaron. Ulloa había encontrado en minas colombianas "la platina", llamada así por su cierto parecido a la plata, una "piedra de tanta resistencia, que no es fácil romperla, ni desmenuzarla con la fuerza del golpe sobre el yunque de acero".
Detenido por corsarios ingleses
En el viaje de regreso a la península no tuvo mucha suerte. Iba a bordo de la fragata Deliverance, que fue apresada por corsarios británicos, así que acabó encarcelado en Inglaterra. Sin embargo, su condición de científico le salvó. No solo le pusieron en libertad, sino que le eligieron miembro de la Royal Society. Finalmente, acabó regresando a España en 1746 y dos años más tarde apareció la obra en la que narra su aventura americana junto a Jorge Juan.
El caso es que durante su estancia en tierras británicas habló a sus colegas científicos del platino y casi forma paralela y por casualidades de la historia el metal que durante siglos había sido ignorado empezaba a darse a conocer por más de una vía. Charles Wood lo encontró en Jamaica en 1741, en muestras llevadas de contrabando desde Cartagena de Indias. Tras hacer algún experimento, se lo envió al médico William Brownrigg, quien a su vez compartió la noticia con William Watson, de la Royal Society.
Para entonces, Ulloa ya había pasado por Londres y Watson deja por escrito que esa sustancia ya la había mencionado el español, así que también la denomina platina.
¿No sería esto motivo suficiente para reconocer de forma unánime a Antonio de Ulloa como descubridor de este elemento? Algunos expertos creen que no. En realidad, el sevillano no lo estudió, ni lo aisló ni investigó sus propiedades, así que el descubrimiento desde el punto de vista científico hay que atribuírselo a Wood y Brownrigg por mucho que él lo diera a conocer al mundo con anterioridad.
Por el contrario, no faltan científicos y divulgadores españoles que sí reivindican tal honor para este personaje, cuya carrera no había hecho más que empezar. Entre otras cosas, recorrió Europa para empaparse de novedades científicas, regresó a América con diversos cargos y acabó siendo director general de la Armada.
España también descubrió el vanadio (junto a Suecia) y el wolframio o tungsteno, que es el único elemento químico realmente aislado en territorio español, por los hermanos Fausto y Juan José Elhuyar en 1783.