Terrible. La noticia de que el cambio climático afectará a la producción de cerveza ha tenido más impacto que cualquiera de las catástrofes que nos vienen anticipando los expertos desde hace años. Será casualidad, pero hasta Donald Trump reconoció la existencia de este fenómeno, que había calificado de "invento de los chinos", casi a la vez que se publicaba ese estudio.
Sin embargo, la cerveza, cuyo precio podría dispararse por la escasez de cebada, no es el único producto amenazado por la subida global de las temperaturas, las sequías, la desertización y la colección de anomalías climatológicas que prevén los expertos para las próximas décadas.
El café… ¿de Colombia?
El café es uno de los cultivos más sensibles. Según un estudio publicado en 2017 en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), las áreas aptas para el cultivo de café en América Latina, la principal región productora del mundo, se pueden ver reducidas hasta en un 88% en 2050.
La clave está en los polinizadores: es difícil que las abejas puedan adaptarse a las nuevas condiciones. Las altas temperaturas obligarán a trasladar las plantaciones a mayor altura en lugares con una gran tradición cafetera, como Colombia. Las sequías disminuirán los rendimientos de otros grandes productores, como Brasil.
La parte positiva es que zonas que ahora no resultan adecuadas para este cultivo comenzarán a serlo, pero está por ver hasta qué punto podrán compensar la caída de la producción en los lugares habituales.
Vaya cacao con el chocolate
La situación del cacao es parecida. Bueno, en realidad es mucho peor porque procede de un arbusto que sólo crece en zonas próximas al ecuador, con temperaturas cálidas que apenas varían a lo largo del año y con mucha humedad. De hecho, algunos expertos no hablan de caídas en el consumo y aumento de precios, como en el caso de otros alimentos, sino directamente del riesgo de desaparición del chocolate a mediados del siglo XXI.
¿Exageran? El principal problema que tienen los científicos a la hora de hacer predicciones es la incertidumbre acerca de las precipitaciones. Los modelos de cambio climático vaticinan subidas de temperatura con mucha precisión –unos 2,1 grados de media en las zonas tropicales productoras de cacao–, pero es mucho más complejo saber cómo se van a comportar las lluvias, que son la clave en este caso.
La solución podría pasar por mejorar las técnicas de cultivo, adaptándolas a estos problemas y también por la biotecnología. La edición genética CRISPR ofrece la oportunidad de desarrollar nuevas variedades que resistan mejor las nuevas condiciones. En cualquier caso, el futuro es preocupante para el bolsillo del consumidor de chocolate, porque a los problemas climáticos se añade que la demanda global de este producto no deja de aumentar.
Patatas
Los estudios parecen menos alarmantes en el caso de uno de los cultivos más importantes del mundo, la patata, pero eso no quiere decir que no se vea afectado. El principal problema es que el tubérculo necesita frío en invierno y un aumento de las temperaturas no le viene nada bien. Sin embargo, el incremento del CO2 en la atmósfera, ingrediente básico para la fotosíntesis, puede hacer que los rendimientos sean mejores. Por eso, el balance no es tan desfavorable a mitad de siglo, pero hacia el año 2085 el descenso en el rendimiento en el conjunto del planeta podría llegar al 26%, según un artículo publicado en European Journal of Agronomy.
Cereales: así afecta cada grado de más al trigo, el arroz y el maíz
Algo parecido sucede con los principales cereales. En principio, no parece que su situación sea catastrófica, pero todo depende de hasta dónde alcance el calentamiento global. Una investigación publicada el año pasado explica cómo afectaría cada aumento de un grado centígrado de la temperatura media del planeta a estos productos. Los rendimientos del trigo en el conjunto de la producción mundial caerían un 6%; los del arroz, un 3,2%; y los del maíz, un 7,4%.
El vino se desplaza
Y si la cerveza está amenazada, el vino no iba a ser menos. Un estudio publicado en PNAS en 2013 ofrece resultados muy similares a los de otros cultivos: para 2050 el cambio climático puede hacer disminuir hasta en un 73% las áreas idóneas para la viticultura en las principales zonas productoras del mundo, como los países mediterráneos, California, Chile, Australia y Sudáfrica.
De hecho, ya se está plantando vid en zonas del norte de Europa en las que hasta hace poco era impensable. Quién sabe si dentro de algunos años pediremos en el bar de la esquina unos tintos noruegos porque el sueldo no nos da para cerveza.
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