¿Cuál es el mejor país para vivir? ¿Y el que tiene un mayor índice de felicidad? Pero a lo mejor no nos interesa conocer ninguna de estas dos respuestas, sino la respuesta a otra pregunta: ¿cuál es el mejor país para nacer? Muchas preguntas y muchos criterios para medir el bienestar de una población. Y por si fueran pocos, ahora hay uno nuevo.
El IIASA es un think tank con sede en Laxenburg (Austria) y que realiza diversas investigaciones centradas en "problemas de una naturaleza global" demasiado complejos para que los resuelva un solo país, de acuerdo a su descripción. Ahora, el centro de estudios ha presentado un nuevo índice que, según asegura, mide el bienestar de cada país de forma más simple que sus antecesores y que podría sustituir al Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Naciones Unidas. "La gente ha estado usando el IDH porque no había alternativa. Ahora nosotros aportamos esa", ha explicado Warren Sanderson, investigador del IIASA y uno de los responsables de la nueva medición.
Las primeras clasificaciones de bienestar humano se centraban solo en valores económicos, como los ingresos nacionales per cápita. En los años 90, la ONU creó su IDH y añadió la esperanza de vida y la educación. Desde entonces, es uno de los baremos más aceptados.
Para los investigadores del IIASA, hay una "redundancia" en economía, esperanza de vida y educación: la gente con mayor educación suele ser más rica y vive más. Por ello, sugieren eliminar las variables de educación y economía para simplificarlo pero sin perder información. Así, se fijan en la esperanza media de vida y en si hay desigualdades en la forma de alcanzar la longevidad.
De esta forma surge el Indicador de Vida Humano (IVH o HLI, en inglés), en el que las diferencias comienzan a verse desde el primer puesto. En el IDH, Noruega lleva años a la cabeza, gracias a los beneficios económicos del petróleo y el gas. De acuerdo al índice austriaco, sería el noveno país, pues sus grandes ingresos no se corresponden con una esperanza de vida similar y más larga para todos sus ciudadanos.
Mientras, Australia, que en el momento del análisis ocupaba el segundo puesto en el IDH (hoy es el tercero, por detrás de Suiza, séptimo en el ranking austriaco), es el décimo en el IVH. Peor aún es el caso de Estados Unidos: décimo en el penúltimo IDH y hoy decimotercero, en el ranking del IIASA es el país número 32.
Con el nuevo índice, sería más fácil establecer políticas para eliminar las desigualdades entre las poblaciones de un país. De acuerdo al IIASA, el país con mejor vida humana es Hong Kong, que en la penúltima clasificación del IDH estaba en el puesto 12 (hoy es el séptimo). Le sigue Japón, que estaba en el puesto 17 y hoy en el 19; Islandia, que se encontraba en el 9 y ahora en el 6; Singapur, que en el IDH actual es noveno, y España, que cierra el top 5 cuando hace unos meses estaba en el puesto 27.
Los otros índices
Sin embargo, España no tiene la misma suerte en otros índices. Las últimas novedades de la ONU han hecho que en el IDH suba del puesto 27 al 26 y ahora se encuentre antes de República Checa y después de Eslovenia. Pero no pasa lo mismo en otras clasificaciones.
Es el caso del Informe de Felicidad Mundial, vinculado a Naciones Unidas aunque redactado por editores independientes. En él, España cae al puesto 36, por detrás de Malasia y por delante de Colombia, en una lista que encabezan Finlandia, Noruega y Dinamarca. Para este informe se usan indicadores de felicidad y tristeza y se adjuntan casos de estudio. Según explica la edición de este año, nuestro país todavía no ha recuperado los niveles de felicidad de 2008 a 2010, debido a la crisis económica. Y dicen los autores: "Muchos migrantes latinoamericanos en Europa occidental viven en España y Portugal, pero habrían sido más felices si se hubieran ido a otro país" de la región.
Otro índice, con datos de 2012, es el que fija cuáles son los mejores países para nacer. Lo elabora la Economist Intelligence Unit, parte del grupo que edita The Economist. Busca el país que ofrezca una mejor vida a su ciudadanía. Para ello, mezcla encuestas con valoraciones de residentes y datos objetivos (esperanza de vida al nacer, tasa de desempleo, índices de divorcios…). De esta forma, España está en el puesto 28, por detrás de República Checa y por delante de Costa Rica. En la parte superior, lideran Suiza y Australia, a los que siguen tres países nórdicos: Noruega, Suecia y Dinamarca, por este orden.
Hay otros índices menos conocidos. Está el Sustainable Society Index, que muestra la sostenibilidad de cada país en tres puntos: bienestar humano, económico y medioambiental. Para ello, miden factores como la biodiversidad, la igualdad de género, el empleo o la agricultura orgánica.
Sus últimos datos sobre sostenibilidad son del año 2016. En cuanto al bienestar humano (en el que también se miden las necesidades básicas cubiertas, el desarrollo personal o la buena gobernanza), Finlandia, Alemania y Holanda están en los primeros puestos; España, en el 37, por debajo de Ucrania y por encima de Montenegro, con una nota de 7,9. En bienestar medioambiental (uso de la energía, fuentes renovables de agua…), tiene un 5 y se sitúa entre Venezuela y Kirguizistán. Y en bienestar económico (deuda pública, producto interior bruto…) suspende: un 3,6, entre Haití y Tayikistán. Aun así, según los investigadores que lo elaboran, el mundo está avanzando hacia la sostenibilidad social y de recursos.
La lista de índices para medir la calidad de vida es larga. En los que hemos visto, suelen llevarse la palma los países nórdicos, pero ha tenido que llegar un instituto internacional con sede en Austria y su método simplificado para que los españoles nos situemos más arriba. Es lo bueno que tiene nuestra esperanza de vida, que compensa los malos resultados económicos.