Lejos de desaparecer, las pseudoterapias y remedios alternativos promovidos por charlatanes y curanderos de distinto pelaje siguen estando muy presentes entre los españoles. Ésa es la principal conclusión que podemos extraer de la IX Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología que han presentado este jueves el ministro de Ciencia, Innovación y Universidades, Pedro Duque, y la directora general de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), Paloma Domingo.
Según este trabajo, el 19,6% de los españoles (alrededor de ocho millones de personas) ha utilizado en algún momento pseudoterapias sin validez científica para tratar problemas de salud varios, un 5,2% (unos dos millones) ha abandonado tratamientos médicos para encomendarse a falsos remedios, y un 14,4% (sobre seis millones de personas) los han utilizado de forma complementaria a la quimioterapia u otros tratamientos cuya validez sí ha sido demostrada después de décadas de estudios.
La cosa no queda aquí. La encuesta elaborada por la Fecyt arroja otros datos también preocupantes por el volumen de personas que implica y que podrían encomendarse a estos falsos remedios. Según este trabajo, un 25,4% de la población española (alrededor de 11 millones de personas) sigue confiando en que la homeopatía tiene efectos beneficiosos para la salud y un 16% (unos siete millones de personas) cree que el reiki, una pseudoterapia basada en la imposición de manos y sin fundamento alguno, podría tener algún tipo de utilidad sobre pacientes enfermos.
"Se ha demostrado que la homeopatía o la imposición de manos no tienen ningún viso de poder funcionar nunca ni indicación terapéutica alguna. Lo reflejan muchos estudios y metaestudios de gobiernos como Australia o Reino Unido", ha asegurado el ministro de Ciencia durante la presentación del informe este jueves en el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, en Madrid. Duque ha subrayado que estos datos "aportan luz" a la hora de orientar las políticas del Gobierno en su lucha contra la pseudociencia y que la intención del Ejecutivo es promover el pensamiento crítico y racional. "No se trata de influir sobre las creencias personales, sino de ayudar a las personas a distinguir realidades y certezas", ha dicho el ministro.
El trabajo, realizado el pasado verano sobre una muestra de 5.200 personas, refleja que, pese a que la amplia mayoría de la población confía en la utilidad de las vacunas, existe aún un 3,3% de la población (1.250.000 personas) que piensa que su utilidad es poca o ninguna, y un 6,4% asegura que los riesgos de las vacunas infantiles son superiores a los beneficios. Unas cifras que son aún mayores entre aquellas personas que tienen un nivel educativo más bajo. Ocurre de manera similar con la quimioterapia. Pese a que la mayoría de las personas cree en su utilidad para tratar el cáncer, existe aún un porcentaje muy alto de sujetos (un 22,4% en concreto) que desconfía de que pueda tener algún beneficio.
"El momento de tomar acciones que mejoran la vida de las personas siempre es ayer o el año pasado. Llega tarde para una serie de gente a la que le han pasado cosas gravísimas o que han muerto, pero informar correctamente, con presentación de datos reales y fehacientes, sí que puede tener un efecto", ha asegurado Duque en clara referencia al Plan Para la Protección de la Salud frente a las Pseudoterapias, que pretende expulsar las falsas terapias de universidades y centros sanitarios y que perseguirá a curanderos y charlatanes.
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