El coordinador de la Presidencia de la XXV Conferencia de las Partes de la Convención de la ONU sobre Cambio Climático (COP25), Andrés Landerretche, ha asegurado que están trabajando para acordar un texto que recoja mayor ambición climática en relación a la mitigación, adaptación, medios de implementación, financiación, transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades.
En una rueda de prensa junto a la ministra de medio Ambiente chilena, Carolina Schmidt, celebrada para testar el estado de las negociaciones, que se prolongan sin descanso desde ayer, ha señalado que esperan cerrar la COP25 hoy, aunque sea tarde, pero también ha precisado que "si no hay consenso entre las partes no hay consenso".
En todo caso, ha asegurado que no prevén suspender la COP25, como sí ha ocurrido en alguna ocasión en otros sitios. "No prevemos suspensión alguna", ha dicho para añadir que trabajan para terminar este mismo sábado, aunque sea tarde.
En la mañana de este sábado, más de medio centenar de ONG internacionales habían denunciado que los grandes contaminantes y los países ricos de estar "arrojando gasolina al fuego de la crisis climática", abriendo deliberadamente el camino para "aún más combustibles fósiles", en relación a las deliberaciones que continúan en la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid (COP25). Por ello, exigían a los países pobres que "rechacen decididamente la agenda de los contaminadores".
En definitiva, Landerretche ha asegurado que están "muy contentos" porque ha habido un "apoyo rotundo" a aumentar la ambición climática por parte de la mayoría de los países en el plenario de esta mañana en el que se han presentado nuevos textos para la negociación.
La presidencia tiene previsto presentar un texto entre las 16.00 y 16.30 horas y, según ha señalado, si a las partes les parece lo suficientemente ambicioso, se convocará el plenario y se dará por concluida la COP25. En este sentido, ha manifestado su esperanza de que se apoye la "mayor ambición".
Precisamente, esta mañana las ONG han sido especialmente críticas con la COP25 y en concreto con el trabajo de la Presidencia Chilena, a la que han acusado de escuchar a los países contaminantes y no a la gente y de proponer texto "inaceptables" que no contemplan ninguna ambición climática.