El oncólogo catalán José Baselga, referente en la lucha contra el cáncer de mama y que desde 2019 era director mundial de investigación y desarrollo del área de oncología de la farmacéutica británica AstraZeneca, ha fallecido a los 61 años, ha informado el Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO).

Baselga -reconocido sobre todo por su contribución al desarrollo de tratamientos moleculares personalizados contra el cáncer, como el trastuzumab- ha muerto de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, un trastorno degenerativo neurológico de evolución muy rápida, una de cuyas variantes se hizo conocida en los años 90 al asociarse al consumo de carne contaminada. 



Nacido en Barcelona en 1959, Baselga, que fue un referente internacional en la búsqueda de tratamientos contra el cáncer de mama, fue director médico del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York entre 2013 y 2018, y director del servicio de oncología del hospital Vall d'Hebron de Barcelona entre 1996 y 2010.





En un comunicado, el Vall d'Hebron Instituto de Oncología ha transmitido su pésame a la familia y amigos de Baselga, que fue el primer director del VHIO, y le ha agradecido su legado, que esperan "continuar y mejorar".

Licenciado en Medicina, Baselga inició su carrera profesional hace treinta años en Estados Unidos, obtuvo numerosos reconocimientos y fue un referente internacional en la investigación de nuevos tratamientos contra el cáncer de mama y el estudio de las estrategias para superar los mecanismos de resistencia.

Referente internacional

Tras estudiar medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona, inició su formación en Medicina Interna en el Hospital Universitario Vall d'Hebron, que completó en el Hospital Kings County de Brooklin y posteriormente en el área de oncología del Memorial Sloan Kettering de Nueva York.



Baselga regresó a España en 1996 como profesor titular de la UAB y coordinador y jefe del servicio de oncología médica de Vall d'Hebrón, donde, bajo su dirección, creó un departamento de oncología, que fue pionero y referente internacional, al integrar la asistencia a pacientes con un programa de investigación básica y clínica para trasladar a los enfermos de cáncer, con la mayor rapidez posible, los avances que se realizaban en el laboratorio.

Por iniciativa suya, creo el VHIO en 2006 y lo dirigió hasta su marcha a Estados Unidos, donde en 2010 se trasladó a Boston para dirigir la división de oncología, con más de cien investigadores, del Hospital General de Massachusetts, aunque lo compaginaba manteniendo la actividad científica en Vall d'Hebron.



Entre 2013 y 2018 asumió la dirección médica del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (MSKCC) de Nueva York, uno de los mejores centros integrales de cáncer del mundo  y desde 2019 era el director mundial de I+D del Área de Oncología de la farmacéutica británica AstraZeneca. 

Estando en el MSKCC su nombre también salió en los medios por atender a algunos españoles que acudieron a ese hospital para tratarse el cáncer, como el exentrenador del FC Barcelona Tito Villanova y el hijo de la actriz Ana Obregón, Álex Lequio. 



También fue miembro de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer (AACR) y fundador de la Fundación de Estudios e Investigación Oncológica (FERO).



Según ha destacado este domingo el VHIO, Baselga apostó desde sus inicios por los fundamentos biológicos de las enfermedades, muchos años antes de que se tuviera conocimiento de los avances en la identificación del genoma humano.



De hecho, este modelo para buscar la excelencia en la práctica clínica de los equipos multidisciplinares asistenciales y, al mismo tiempo, promover la investigación aplicada, fue rápidamente diseminado y adquirido por otros hospitales españoles y del resto del mundo.



Por este motivo, fue elegido presidente de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) y después de la Asociación Americana de Investigación de Cáncer (AACR), promoviendo, en ambas sociedades, cambios fundamentales para afrontar los retos de futuro.



En 2016, la Generalitat de Cataluña le concedió junto a los doctores Manel Esteller y Joan Massagué el XXVIII Premio Internacional Catalunya por su "revolucionaria tarea, especialmente en la investigación oncológica, que contribuye significativamente al avance de la biomedicina a nivel mundial".



Baselga, que tuvo funciones asesoras con Roche y Bristol-Myers Squibb, entre otras corporaciones, participó en start-ups que probaron terapias contra el cáncer y desempeñó un papel clave en el desarrollo de fármacos que revolucionaron los tratamientos contra el cáncer de mama.

Conflicto de intereses

Según desveló en 2018 el diario The New York Times, Baselga no declaró millones de dólares en pagos de farmacéuticas en los últimos años omitiendo estos lazos financieros en docenas de artículos de investigación que publicó en prestigiosas publicaciones especializadas.



Después de que The New York Times difundiera esta información, Baselga se comprometió a corregir en 17 artículos sus informes de conflicto de intereses, publicados en revistas especializadas, como The New England Journal of Medicine o The Lancet.



"Pasé mi carrera cuidando pacientes con cáncer y trayendo nuevas terapias a la clínica con el objetivo de extender y salvar vidas", destacó entonces Baselga, que admitió: "Aunque he sido inconsistente con las revelaciones y reconozco ese hecho, eso está muy lejos de comprometer mis responsabilidades como médico, científico y líder clínico".



El doctor Josep Tabernero, actual director del VHIO y jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Vall d'Hebron, ha resaltado este domingo el "rigor" que tuvo Baselga al aplicar "el espíritu científico, su pasión por el conocimiento y la innovación", así como su capacidad de crear equipos que tuvieran la misma capacidad de trabajo para luchar contra el cáncer.



"Gracias a su visión y tenacidad para avanzar en la medicina personalizada en el tratamiento del cáncer, fue fundamental para que muchos medicamentos hayan sido introducidos en la práctica clínica habitual, cuando al inicio las compañías farmacéuticas tenían dudas de si continuar desarrollándolos", ha destacado Tabernero.

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