El volcán de Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, vuelve a escupir lava y ceniza con fuerza desde el foco eruptivo principal. Alrededor de las 20.00 horas de la tarde ha retomado su actividad explosiva tras un breve letargo y el magma ha vuelto a salir de forma espectacular a la superficie. Durante todo el día, los expertos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan) que están trabajando sobre el terreno han avisado de que el cese repentino de la actividad poco o nada tenía que ver con el final de la erupción.
De esta forma, las coladas de lava que desde hace días arrasan todo cuanto encuentran a su paso, han vuelto a acelerarse y a aumentar su flujo. La posibilidad de que en las próximas horas la lava llegue al mar dependerá de la fuerza y los obstáculos que encuentren a su paso en el terreno.
Durante la mañana de este lunes, la actividad del volcán de Cumbre Vieja parecía haber cesado por primera vez en ocho días. El tremor (ese rugido constante proveniente del subsuelo) se había reducido al mínimo, las explosiones de piroclastos habían frenado y la lava había dejado de fluir. El Pevolca (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias) manejaba varios escenarios. Entre ellos, la migración de la actividad sísmica al sur de La Palma, donde se han registrado una veintena de nuevos seísmos.
"De momento estamos en observación", avisaba durante la mañana David Calvo, portavoz del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan), pero "se empiezan a manejar diversos escenarios y uno de ellos es la sismicidad [se ha desplazado] hacia el sur, hacia el municipio de Fuencaliente".
Esto implicaría que el magma podría estar desplazándose a otras zonas. No es algo sorprendente, pues los volcanes registrados históricamente en la isla se extienden a lo largo de una línea en dirección norte-sur desde el centro de La Palma, siendo Cumbre Vieja el más al norte de todos.
Sin embargo, es solo una hipótesis más de un proceso complejo que analizan los expertos al detalle. También se piensa que el cese momentáneo de la actividad durante la mañana de este lunes se haya podido deber a un proceso de recarga energética en el que el magma, "por algún motivo, se ha separado en varias bolsas y hay una etapa de tranquilidad hasta que llega otra bolsa y vuelta a empezar". La otra posibilidad que es la de un taponamiento del conducto.
Calvo indica que estos parones son habituales y pueden durar desde horas, como ha sido el caso, hasta varios días sin que ello implique que la erupción se da por finalizada. Esta variabilidad "es la norma, que nadie se piense que salen ríos de lava hasta que se acaban. Hay etapas de recarga".
"La erupción fisural continúa mostrando el mismo mecanismo estromboliano desde su inicio que se concentra en el cono principal. El proceso seguirá mostrando pulso con una mayor actividad volcánica y aunque ha habido periodo en los que han cesado las explosiones estrombolianas en el cono, esto puede volver a producirse bruscamente", ha advertido María José Blanco, directora del Centro Geofísico de Canarias, perteneciente al Instituto Geográfico Nacional (IGN), durante la rueda de prensa de este mediodía. La experta ha asegurado además que el volcán ha emitido ya 46,3 millones de metros cúbicos de lava.
Cuándo finalizará la actividad
El sismólogo del Instituto Andaluz de Geofísica Jesús Ibáñez hace hincapié que los procesos de activación y desactivación del pulso volcánico son totalmente normales. "Estamos confundiendo el tiempo volcánico con el real. Esto es un proceso natural: dos horas en la vida de un volcán no es nada".
Desde la erupción del Cumbre Vieja, el pasado 19 de septiembre, se han sucedido etapas más explosivas con otras más tranquilas, y continuarán dándose hasta que el volcán se apague. "Es la evolución normal, [el volcán] sigue".
Rosa Mateo, investigadora del Instituto Geográfico y Minero de España, lo explica así: "Hay momentos en que el magma tiene más gases en su composición y la salida es más explosiva. Otras veces, lo que predomina es que fluya con más tranquilidad". Eso sí, aunque la sismicidad se haya reducido "eso no quiere decir que la lava pare".
Estos saltos entre momentos explosivos y otros tranquilos, sin solución de continuidad, se dan en todos los volcanes y son característicos de los de tipo estromboliano, como el de Cumbre Vieja. "En El Hierro también vivimos esa variación de la actividad".
Mateo subraya que no se puede predecir el orden de estas fases, ni su duración. Por tanto, determinar cuándo un volcán ha cesado su actividad es más difícil de lo que parece. Pueden pasar semanas desde que deja de emitir señales (humo, ceniza, lava, temblores) hasta que se certifique que la erupción ha terminado.
De la misma forma se expresa Calvo, portavoz de Involcan. La erupción termina "cuando deja de medirse el dióxido de azufre, los terremotos pasan a valores anteriores de uno o dos a la semana, la deformación cesa por completo… Es un proceso que lleva tiempo aunque no se vea actividad en la superficie, pueden pasar semanas".