Por qué los españoles tienen tan pocos hijos: ellos por "miedo", ellas por la difícil conciliación
El deterioro de la relación o la falta de libertad son cada vez más motivos de peso a la hora de decidir no tener descendencia.
12 febrero, 2022 04:34Noticias relacionadas
La problemática de la natalidad en España es un constante en las mesas de debate de nuestro país. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), 2021 consolidó la tendencia a la baja de estos últimos cinco años, con un total de 281.712 nacimientos en los 10 primeros meses; 8.742 menos que en el mismo periodo de 2020. Las bajas tasas de alumbramientos suponen una amenaza para la sostenibilidad del estado de bienestar de cara a un futuro y, por eso, se intentan fomentar mediante la concesión de ayudas y subvenciones.
Sin embargo, qué pasaría si el problema no fuera sólo económico. Según el estudio La evolución de la pareja en España, del rito del matrimonio para toda la vida a la diversidad de relaciones, elaborado por la Universidad de Málaga bajo la coordinación del profesor Félix Requena y con el patrocinio de la Fundación BBVA, las motivaciones de las parejas para no tener hijos no pasan sólo por temas monetarios.
El deterioro que puede sufrir la relación de pareja a raíz de la aparición del bebé, las dificultades en el ámbito laboral, la reducción de la libertad personal o la sobrecarga que podría producir la tenencia de hijos son las razones principales por las que las parejas españolas deciden no tener hijos.
Si se separa por sexos, los motivos que aportan ellas y ellos cambian. Mientras que, para las mujeres, la principal causa para no tener hijos es que entraría en conflicto con su carrera profesional, para los hombres es la preocupación por el tipo de futuro que tendría su prole. En el segundo lugar sí coinciden: "un niño me sobrecargaría".
En el argumento principal de ellas no se especifica si el conflicto con su carrera profesional es por falta de conciliación, una de las principales demandas de los trabajadores en el ámbito laboral. No obstante, en otra parte del estudio, en la que se trata el tema del reparto equitativo de las tareas del hogar, se evidencia que ellas son las que siguen encargándose de las labores de cuidados. "La distribución del trabajo no remunerado no responde únicamente a criterios de racionalidad económica, sino que está muy condicionada por la cultura de género", sentencia el estudio.
El reparto igualitario sigue pendiente
Además, se arroja otro dato interesante. El reparto igualitario es más probable cuando los dos trabajan en el sector público y a tiempo completo. Si uno o ambos cónyuges ejerce por cuenta propia o en el sector privado, la mayor parte de tareas recae en uno de ellos, en este caso, en las mujeres. Por lo tanto, el sumar un hijo a esta realidad desigual sí que pondera con importancia a la hora de tomar una decisión meditada sobre ser madre.
Con el tema de la conciliación en la mesa, no obstante, el estudio demuestra que van surgiendo otras motivaciones para no tener hijos. Por ejemplo, cobra fuerza el concepto de "se reduciría mi libertad personal". "Las entrevistas en profundidad a estas parejas desvelan la interesante construcción social que hacen de la felicidad de la vida en pareja sin necesidad de descendencia", arroja el estudio, que concluye: "Se busca más una felicidad de tipo personal y de pareja y el asumir responsabilidades que no sean de por vida".
Sumado a ésto, cada vez aflora más el sentimiento individualista. El estudio expone la evolución que se ha producido en las últimas décadas, en las que se ha pasado de conceptos como el matrimonio, el desarrollo del cortejo y el noviazgo al "individualismo afectivo", algo que reflejan en el deseo cada vez mayor de experimentar sexualmente sin necesidad de estar en pareja. Incluso se habla del nacimiento del faslove, que identifica al amor como un objeto de consumo y que se ha vuelto popular a raíz de la proliferación de aplicaciones como Tinder, que son utilizadas en muchas ocasiones con el fin de acceder rápidamente y de forma fácil a parejas esporádicas.
Parejas y poliamor
Sin embargo, sí que hay conceptos que se mantienen igual a pesar del cambio generacional. Aunque es usual hablar de parejas poliamorosas y relaciones múltilples, los datos demuestran que no son ideas que todavía estén implantadas en la sociedad, ni siquiera cuando se trata de jóvenes. Tan sólo un 37,8% de los entrevistados del rango de edad 18-34 años estaban de acuerdo con que se podía estar enamorado de varias personas al mismo tiempo. Menor es el porcentaje de los que creen que una persona puede mantener dos relaciones románticas a la vez, un 19,8%. También perdura el concepto 'idealizado' de la fidelidad. El 82,5% de los jóvenes considera que, si se ama verdaderamente, se es fiel a la pareja siempre.
En esta línea, lo que también permanece es el deseo de tener pareja. En la actualidad, aproximadamente el 70% de la población española la tiene. Del porcentaje restante, un 43% afirma que si no lo hace es porque no ha encontrado a la persona adecuada. Sólo el 22% argumenta que no tiene la necesidad de tenerla. Con hijos o sin ellos, y a pesar del crecimiento de conceptos como fastlove, de momento, se puede afirmar que el concepto del amor en pareja sigue vivo en la sociedad.