Fruto de Hollywood o no, la frase más típica que solemos asociar a una experiencia cercana a la muerte es "he visto pasar toda mi vida delante de mis ojos". Las investigaciones intentan desentrañar qué le ocurre a nuestro cerebro cuando se acerca su final y, ahora, un estudio parece dar veracidad a la leyenda: puede ser que, realmente, nuestro cuerpo experimenta un proceso similar al de un sueño justo antes de morir.
El ensayo, publicado en Frontiers in Aging Neuroscience, supone el primer registro de la actividad cerebral de un humano moribundo. En un principio, el experimento no iba destinado a tal fin, sino que el equipo médico de la Universidad de Tartu (Estonia) se encontraba midiendo las ondas cerebrales de un paciente con epilepsia, con el fin de detectar las convulsiones que sufría y poder tratarle. Sin embargo, el hombre, de 87 años, falleció en el momento.
Lo que quedó fue un registro de 900 segundos de actividad cerebral, antes y después de la muerte. Eso llamó la atención de Ajmal Zemmar, neurocirujano de la Universidad de Louisville (Estados Unidos), que desarrolló un estudio para analizar los datos.
"Justo antes y después de que el corazón dejara de funcionar, observamos cambios en una banda específica de oscilaciones neuronales, las llamadas oscilaciones gamma, pero también en otras como las oscilaciones delta, theta, alfa y beta", explica el investigador.
Esas ondas rítmicas, según detalla Zemmar, seguían los mismos patrones que cuando el cerebro desarrolla tareas que requieren un alto nivel cognitivo, como memorizar, soñar, concentrarse o meditar.
"A través de la generación de oscilaciones implicadas en la recuperación de la memoria, el cerebro podría estar reproduciendo un último recuerdo de acontecimientos importantes de la vida, al igual que ocurre en los casos que informan sobre experiencias cercanas a la muerte", dilucida el neurocirujano.
Por lo tanto, la conclusión de que el sistema cerebral haga que nuestra vida pase ante nuestros ojos antes de morir es una especulación, aunque sí existe la evidencia de que nuestro sistema lleva al cuerpo a un estado cognitivo durante los 30 segundos antes y después de morir.
"Si tuviera que saltar al ámbito filosófico, mi hipótesis sería que, si el cerebro hace un flasback antes de morir, probablemente le gustaría recordar cosas buenas y no malas", sentencia Zemmar.
Diez minutos de vida
Aunque esta es la primera vez que se obtiene un registro cerebral de una persona durante la muerte, otras investigaciones han arrojado también algo de luz a los procesos cerebrales durante la muerte. Por ejemplo, un estudio de la Universidad Estatal de Nueva York, publicado en el Official Journal of the European Resuscitation Council, llegó a la conclusión de que el cerebro permanece activo diez minutos tras la muerte.
Los investigadores analizaron los resultados de un grupo de pacientes que habían sufrido un paro cardíaco, pero que habían sido reanimados minutos más tarde. La respuesta que obtuvieron era que la consciencia seguía funcionando incluso después de que el cuerpo hubiera dejado de hacerlo.
De hecho, según los datos, las personas afirmaban que tenían recuerdos de conversaciones que se habían mantenido mientras su corazón estaba parado, incluso había testimonios que aseveraban que habían sido capaces de ver lo que había sucedido a su alrededor.
En Canadá, un equipo de médicos también halló actividad cerebral tras la muerte. Se trató de un paciente terminal que fue desactivado de su soporte vital y que llegó a diez minutos tras ser desconectado.