El pasado mes de junio algunas personas en España decidieron trasnochar para ver la superluna de fresa, aunque realmente fuera el nombre que recibe la luna llena de este mes. Y es que, aunque Leonardo DiCaprio te 'diga' que No mires arriba, lo haces. Aunque no sepamos el motivo exacto, todo lo relacionado con el espacio genera un interés que no entiende de fronteras. Quizás será por eso, porque queremos descubrir qué hay más allá de nuestro mundo. Pero, ¿realmente conocemos qué hay dentro de la Tierra?
La respuesta a esta pregunta es un rotundo "no": solo se ha cartografiado un 20% del fondo oceánico según los estandares modernos. Un porcentaje que debería preocuparnos si tenemos en cuenta la importancia que tiene el océano para el cambio climático. Sin embargo, no hay muchos que hayan presenciado con sus ojos las peligrosas profundidades de nuestro planeta. De hecho, desde 1960 solo 23 personas se han atrevido a bajar al punto más profundo conocido de la Tierra, que se encuentra en la Fosa de las Marianas, cerca de Guam.
El pasado 12 de julio la especialista en cartografía oceánica Dawn Wright fue la última en unirse a este selecto grupo de valientes. Además, Wright se ha convertido en la primera persona de raza negra que alcanza el Abismo de Challenger. A pocos días de su viaje, reconocía a la revista Nature que "no tenía miedo", pese a dirigirse a un lugar "casi helado, completamente oscuro" y en el que la muerte se puede producir en un nanosegundo.
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La inmersión se realiza a través del Limiting Factor, el único sumergible del mundo reutilizable para inmersiones a profundidades extremas. De hecho, es considerado como "el SpaceX de la investigación a grandes profundidades". Así lo etiqueta quien lo pilotará en esta expedición, Victor Vescoso, explorador y fundador de la empresa de investigación oceánica Caladan Oceanic. Su única acompañante será la propia Wright, que es jefa científica de la empresa de software cartográfico Esri. Además de los conocimientos necesarios, la copiloto cuenta con "la confianza plena en la tecnología y en la habilidad de Victor para manejarla".
Ver a través del agua
Esta expedición no podría tener como única finalidad una "visita turística" a un sitio tan alejado como este. Aunque en parte su objetivo sí que se asemeja a cuando vamos a un nuevo destino de vacaciones, pues pretenden obtener un mapa detallado de la piscina central y occidental del Abismo de Challenger. Sería el equivalente a una fotografía aérea, con la diferencia de que se trataría de una imagen nunca antes vista. A excepción del grupo de 23, claro.
Sin embargo, esta tarea no será nada fácil, como reconoce Wright: "Tenemos que ver a través del agua, es más fácil cartografiar otros planetas". Y es que la energía electromagnética que utilizan estos sensores son capaces de atravesar la atmósfera y el espacio sin problema, pero no es tan efectiva cuando se dispara a través del agua. Es por esto que se llevará a cabo mediante cartografía con sonar de barrido lateral, la cual no se ha usado ni siquiera en el universo.
Para conseguir esta "fotografía" tendrán que pasar unas 12 horas, la duración completa desde que Vescoso y Wright se monten en el Limiting Factor, lleguen a la parte más profunda de la hidrosfera, y vuelvan a subir. Será igual que coger un avión de España a Japón, aunque esta vez no será tan cómodo ni tendrán tiempo para entretenerse: "La parte realmente crucial son las cuatro horas intermedias, en las que realizaremos nuestras operaciones".
Especies hechas de plástico
No es por quitarse mérito, pero Wright entiende que en otras inmersiones no se haya hecho antes la cartografía con sonar de barrido lateral. "Han hecho hincapié en otros aspectos como la biología, y con razón", sentencia la geóloga marina. Así, este "hincapié" ha permitido descubrir nuevas especies, como el Eurthenes plasticus, la primera especie con el plásico como parte de su biología que se descubre. Un hallazgo que Wright no puede más que lamentar.
Aunque esta tristeza se le olvida por un momento cuando recuerda que está a punto de "cumplir el sueño" de su infancia. Desde que tiene uso de razón, todo lo que recuerda leer estaba relacionado con el mar y sobre todo con piratas. El primero de sus objetivos se cumplió en la década de 1980, cuando literalmente se echó a la mar. Pero nada comparable con esta expedición, que considera su propia "guinda del pastel".
Sin embargo, la celebración la dejará para la vuelta debido a la trascendencia que tiene esta inmersión. Y es que hasta que no se conozca más sobre la "bañera" que contiene el agua "no vamos a entender realmente la distribución del calor en los océanos". Este calor afecta tanto a nuestro tiempo diario como al clima más a largo plazo.