La repentina irrupción del terremoto de magnitud 7,8 originado en Turquía —y que se ha cobrado la vida de más de 2.000 personas entre este país y Siria— ha alertado a los geólogos sobre el riesgo de que se produzca un tsunami en el mar Mediterráneo. De hecho, se ha especulado con la posibilidad de que esta supuesta gran ola alcance las costas españolas; concretamente, las de las islas Baleares. Pero, ¿es realmente posible que el terremoto de Turquía acabe produciendo este desastre en España?
Si bien el Ilustre Colegio de Geólogos ha dado cuenta de que existía una alerta real de tsunami en el Mediterráneo y que podía afectar a Baleares, el organismo ha descartado poco después que este escenario llegue a ocurrir. Por supuesto, las zonas más afectadas por esta posible ola destructora son las islas cercanas al país turco. Sin embargo, ni en la costa de Anatolia ni de Chipre se han producido grandes terremotos y, por esta razón, Italia ha retirado la alerta de un posible tsunami.
Tras la decisión de Italia, España ha hecho lo propio. El presidente del Ilustre Colegio de Geólogos, Manuel Regueiro, ha llamado a la calma y ha explicado que no existe riesgo de tsunami en Baleares: "Quienes más atentos están son a quienes les hubiera llegado primero y ahora lo normal es pensar que ellos ya tienen datos que indican que ya no hay riesgo", zanja el experto. El terremoto que ha originado el desastre en Turquía y en Siria se ha producido en el límite sur de la Placa de Anatolia, una subplaca tectónica de la Euroasiática.
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Regueiro además ha destacado que la falla de esta placa es una zona que ha sufrido grandes terremotos a lo largo de su historia. En esta ocasión el origen del terremoto se ha registrado a unos 7 kilómetros de profundidad, según los servicios sismográficos de Turquía, y a algo más de profundidad —a unos 10 kilómetros— según los equipos estadounidenses a unos 600 kilómetros del este de Ankara.
Tsunamis por terremotos
Los tsunamis pueden estar producidos por varios fenómenos como un corrimiento de tierras, la erupción de un volcán o, incluso, el impacto de un meteorito. Por supuesto, los terremotos también pueden producirlos y esta es la causa más habitual por la que se dan en el mundo. De hecho, el devastador tsunami que arrasó varias islas del océano Índico en el año 2004 se produjo por la acción de un poderoso terremoto de magnitud 9,1. De todas formas, se deben dar algunos factores para que un terremoto provoque un tsunami.
En primer lugar, los terremotos que dan lugar a un tsunami se producen en una falla baja el mar; es decir, en una fractura de la corteza terrestre en la que existe tensión entre dos placas tectónicas. Durante un terremoto la tensión se libera y una de las placas se desliza sobre la otra; ahora bien, este deslizamiento puede darse de manera vertical u horizontal. Cuanto más vertical sea este deslizamiento, más altura puede llegar a ganar la ola del tsunami, ¿por qué?
Esto se debe a que se produce la bajada de un escalón y la subida de otro, que se reproduce de igual manera en la superficie del agua. De esta manera, se deforma la superficie del agua: las zonas más altas descienden y las más bajas se elevan, se producen las ondas que se extienden desde el epicentro del terremoto en todas direcciones. La altura de estas olas está influenciada por el tamaño del escalón que se ha deslizado, pero también por la velocidad a la que avanzan: a menor velocidad, más altitud puede alcanzar.