Si pensamos en un proceso de reciclaje perfecto, seguramente nos imaginemos un material cuya recogida y separación sea relativamente fácil, que no pierda calidad por mucho que se reutilice y que no consuma demasiados recursos. Con esta descripción nos estamos acercando mucho a lo que es el reciclaje del vidrio.
Hablamos de un reciclaje infinito, porque el vidrio no pierde un ápice de calidad ni cantidad por muchas veces que se recicle. Esto lo convierte en un gran modelo para la economía circular. Su fácil extracción (se obtiene de la arena de sílice, un recurso muy abundante en la naturaleza), duración y resistencia también son algunas de las razones por las que este material -que lleva con nosotros más de 5.000 años- ha sido siempre uno de los más utilizados para la conservación de alimentos y bebidas.
La buena reputación del vidrio hace que sea una opción de envasado que ha recuperado su popularidad en la última década. De hecho, el 28% de los españoles compra ahora más envases de vidrio que hace tres años, según una encuesta llevada a cabo por FEVE (Federación Europea de Envases de Vidrio). Otro dato que demuestra la buena aceptación y conciencia medioambiental en torno a este material es que en 2022 -bautizado además por la Asamblea de la ONU como Año Internacional del Vidrio- España batió récords de reciclaje. Se recogieron cerca de un millón de toneladas de envases, según Ecovidrio, con una media de casi 20 kg por persona al año.
Del inicio al final, menor impacto medioambiental
El vidrio es la referencia en la conversación sobre la sostenibilidad. Se puede destacar su bajo impacto medioambiental pues, como hemos mencionado antes, aunque se crea a partir de materias primas naturales como la arena, en la actualidad su principal componente es el vidrio reciclado. Esto es un dato muy positivo ya que el vidrio es un material con un alto gasto energético en su producción, pero su proceso de reciclaje, ampliamente implantado, gasta un 40% menos de energía que producir vidrio nuevo.
Además, cuanto más vidrio reciclado se utilice, menor será la energía necesaria para fundirlo y convertirlo en un nuevo envase, resultando en un gran ahorro de energía y en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Según los datos de Ecovidrio, gracias al reciclaje del vidrio en España, el año pasado se ahorraron 723.351 MWh de energía, una cantidad equivalente a dos meses de consumo energético en todos los hospitales del país.
En los últimos años España ha alcanzado el 76,8% de tasa de reciclaje de envases de vidrio, según el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, superando la media europea que se sitúa en un 75,8%, así como a otros países de nuestro entorno como Francia, Italia o Portugal. La alta tasa de reciclaje se debe, en parte, a una alta densidad de contenedores, la mayor de Europa, que permite que el 99% de los españoles tenga cerca de su vivienda un contenedor de vidrio.
La industria del vidrio
Más allá del consumo de energía y recursos materiales, que se pueden reducir enormemente con el uso de vidrio reciclado, la sostenibilidad de la industria también tiene mucho que ver con dónde se fabrica y cómo se distribuyen sus productos. En España, se puede considerar a la industria del vidrio como una industria local y de proximidad, ya que el 93% de las compras se hacen a proveedores nacionales y, el 70% de los envases de vidrios fabricados se venden en España. Esto supone una contribución económica nada desdeñable para los municipios donde se establecen las plantas vidrieras y para los más de 3.000 puestos de trabajo que genera la industria.
Conscientes de su responsabilidad por impulsar una industria cada vez más sostenible, hace tiempo que las compañías españolas participan en iniciativas para cuidar el medioambiente a través del uso y la reutilización del vidrio. Muestra de ello es, por ejemplo, la puesta en marcha de Ecovidrio, la entidad sin ánimo de lucro encargada de gestionar el reciclado de todos los residuos de envases de vidrio en España o la creación de Friends of Glass en 2009, una plataforma de consumidores europeos para promover la elección de este tipo de envases y su posterior reciclado. Fue creada por la Federación Europea de Envases de Vidrio (FEVE), de la que también forma parte ANFEVI, (Asociación Nacional de Empresas de Fabricación Automática de Envases), que representa a las empresas dedicadas a la fabricación de envases de vidrio en España.
Otros proyectos de sostenibilidad en los que se encuentra inmersa la industria del vidrio española son Close the Glass Loop, que nació para unificar la cadena de reciclaje en los países europeos y alcanzar en 2030 el objetivo del 90% de recogida de vidrio en los países de la Unión, y Furnaces of the Future, un proyecto que se centra en la reducción de carbono y en el que se han investigado y evaluado hornos híbridos para el reciclaje de vidrio a gran escala, para así sustituir una gran parte del gas natural utilizado actualmente por electricidad de origen renovable.