La Antártida es una de las zonas de la Tierra que mayores misterios esconden. Especialmente en las profundidades del océano austral donde existen todavía muchos elementos sin descubrir y que sirven para mostrar todo lo que la ciencia tiene todavía por estudiar y por descifrar. Uno de sus últimos hallazgos ha sido una curiosa especie que ha dejado a todos los expertos sin palabras por su particular aspecto y constitución.
Se trata del 'Promachocrinus Fragarius', una especie hasta ahora desconocida y que ha sido encontrada en las profundidades de la Antártida por un grupo de investigadores de la Universidad de California. Este equipo de Estados Unidos ha estado liderado por Greg Rouse, quien ha sido el encargado de facilitar las primeras imágenes de este peculiar animal.
Esta nueva especie, conocida de manera coloquial como la 'estrella de pluma antártica', es una estrella de plumas de mar de la que no se tenía registro hasta estos momentos. Un hallazgo que ha venido a confirmar que el fondo marino es un lugar que sigue guardando misterios casi indescifrables para el hombre y que promete muchos años y décadas de investigaciones.
Hallan un animal desconocido en la Antártida con 20 brazos
'Promachocrinus Fragarius' es el nombre que ha recibido esta particular especie que ha sido descubierta por un grupo de expertos e investigadores procedentes de la Universidad de California. Su nombre común, 'estrella de pluma antártica', hace referencia al lugar en el que ha sido hallada.
Su descubrimiento ha sido especialmente llamativo por la peculiar morfología que presenta esta especie que había permanecido escondida en las profundidades hasta ahora. Esta nueva especie pertenece a la familia Crinoidea y se caracteriza por su aspecto ramificado. En cierto modo, su apariencia exterior se asemeja a la de las estrellas, los erizos y los pepinos de mar y también a otra especie menos conocida, los dólares de arena.
El simple hecho de haber dado con una especie nunca antes vista y desconocida ya supone un descubrimiento único e histórico. Sin embargo, es muy poco frecuente encontrar nuevas especies que presenten una morfología tan peculiar como la 'estrella de pluma antártica'.
El aspecto más llamativo de este ejemplar marino son sus 20 brazos y una apariencia que muchos han calificado como alienígena. Por ello, el grupo de expertos que ha aportado esta enorme contribución a la ciencia marina considera que se trata de una especie más propia de algo "fuera de nuestra de planeta".
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Además, de este nuevo animal marino también destaca una protuberancia que presenta en forma de fresa. De ahí, parte de su nombre, el término 'Fragarius' el cual deriva de la palabra el latín 'fragum', que en castellano significa fresa.
Greg Rouse, líder de esta potente investigación junto a otros expertos como Emily McLaughlin y Nerid Wilson, ha descrito así su hallazgo: "La estrella de pluma antártica es una criatura marina con '20 brazos', algunos irregulares, otros plumosos y, en total, pueden medir hasta 20 centímetros de largo". Así lo expresa en un pequeño reporte publicado hace unas semanas en la revista Invertebrate Systematics.
Este grupo de científicos admite que esta especie con "apariencia de otro mundo" tiene un comportamiento realmente extraño, sobre todo si se tiene en cuenta su forma de desplazamiento. Los investigadores han quedado asombrados con su manera de nadar en grupo.
A pesar de que el descubrimiento ha sido notificado recientemente, las investigaciones en la Antártida se realizaron entre los años 2008 y 2017 y estaban dirigidas a identificar animales marinos crípticos o estrellas de plumas. Hasta este momento se sabía de la existencia de una especie similar, la 'Promachocrinus Kerguelensis'. Sin embargo, se tenía la sospecha de que existían más criaturas apasionantes y desconocidas.
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Otra de sus espectaculares características es que la 'Promachocrinus Fragarius' puede llegar a variar su color desde el púrpura hasta el rojizo oscuro. Su hallazgo se notificó entre los 65 y los 1.000 metros, aunque se tiene la certeza de que puede llegar hasta mayores profundidades nadando.
El otro gran rasgo de esta criatura es que al igual que otros ejemplos de especie similares, se aferra a las rocas, extendiendo sus brazos de 30 centímetros cubiertos por una sustancia pegajosa que sirve también para atrapar placton. Estos hallazgos están permitiendo abrir un enorme campo de exploración en las profundidades marinas: "Pasamos de una especie con 20 brazos a ahora ocho especies: seis con 20 brazos y dos con 10 bajo el nombre 'Promachocrinus'".