Robert Sapolsky, durante una conferencia.

Robert Sapolsky, durante una conferencia.

Ciencia

Robert Sapolsky, el neurobiólogo de Stanford que defiende que el libre albedrío no existe

El científico defiende que el ser humano es determinista y que las personas no pueden ser consideradas responsables de sus acciones. 

6 noviembre, 2023 01:41

Se suele creer que el ser humano posee libre albedrío, o "libertad", es decir, que somos capaces de actuar bajo nuestras propias decisiones frente a las circunstancias externas y que dichas decisiones no vienen determinadas. Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo en esto, como es el caso del neurobiólogo Robert Sapolsky, de la Universidad de Stanford, el cual ha dedicado décadas a estudiar el comportamiento humano y de los primates. Y es que, según Sapolsky, el libre albedrío en humanos no existe.

La existencia de la libertad en los humanos ha sido debatida por expertos durante décadas, y la gran mayoría de las personas sí cree tener libre albedrío o "capacidad de decidir". De hecho este concepto juega un papel clave en la vida humana, y es un pilar básico para las ideas de responsabilidad, moralidad y justicia. Pero Sapolsky sugiere que realmente el ser humano es determinista.

Asi pues, según Sapolsky, el determinismo sería en realidad la tendencia que guía al ser humano. Según esta idea, las personas no pueden ser consideradas responsables de sus acciones porque no tienen una elección real para realizarlas, según describió el neurobiólogo en la revista LA Times

"El mundo está realmente jodido y se vuelve mucho, mucho más injusto por el hecho de que recompensamos y castigamos a las personas por cosas sobre las que no tienen control. No tenemos libre albedrío. Dejad de atribuirnos cosas que no existen".

[¿De qué hablamos cuando hablamos de meritocracia?]

Esta idea sugeriría que no debemos castigarnos por nuestras circunstancias personales o nuestras "malas decisiones", pero también implicaría aceptar que los delincuentes no son responsables de sus actos, algo que puede resultar polémico y paradójico como poco. Pero Sapolsky expone razonadamente sus ideas, basándose en la evidencia científica, en su nuevo libro Determinado: una ciencia de la vida sin libre albedrío. Para que tal libre albedrío exista, según el neurobiólogo, "tendría que funcionar a un nivel biológico completamente independiente de la historia de ese organismo".

Una polémica teoría

Para que esto ocurra, deberíamos ser capaces de identificar las neuronas que causan un comportamiento en particular, y no importaría que estuviese haciendo cualquier otra neurona en el cerebro o cómo es su entorno, o los niveles hormonales de la persona, o en qué cultura se ha criado. Y esto, según sostiene Sapolsky, es imposible, por lo que la gente debería renunciar a su creencia en el libre albedrío, a pesar de que esto implique atacar por completo nuestro sentido de la identidad y autonomía, y el significado de la vida en sí misma.

Sin embargo, no todos los expertos respaldan las declaraciones de este neurobiólogo. De hecho, algunos piensan que podrían ser perjudiciales, y existen estudios que sugieren que las personas que no creen en el libre albedrío también tienen más probabilidades de hacer trampa en los exámenes, y otros trabajos que sugieren que no creer en el libre albedrío no solo reduce la capacidad de ayudar a otras personas, sino que nos hace más agresivos hacia los demás.

Algunos de sus detractores son el filósofo Saul Smilansky, el cual sugiere que "perder toda creencia en el libre albedrío y la responsabilidad moral sería catastrófico, y alentar esta idea es peligroso e incluso irresponsable"; o el neurocientífico Peter U. Tse, el cual explica que hay demasiada variabilidad involucrada en la actividad neuronal como para que esté predeterminada. Tse también está de acuerdo en que alentar a la gente a pensar que no tienen libre albedrío puede ser perjudicial y que "aquellos que impulsan la idea de que no somos más que marionetas bioquímicas deterministas son responsables de aumentar el sufrimiento psicológico y la desesperanza en el mundo".

El mismo Sapolsky reconoció en su entrevista a LA Times que esta idea, alentar a pensar que el libre albedrío no existe, es peligrosa. Sin embargo, como él mismo también explica, "la gran mayoría de las veces, realmente creo que es muchísimo más humano. Quiero que la gente deje de reaccionar instintivamente ante la idea de que sin libre albedrío nos volveremos locos porque no podemos ser responsables de las cosas. Que no tenemos mecanismos sociales para que las personas peligrosas no sean peligrosas, o para que las personas talentosas hagan las cosas que la sociedad necesita para funcionar. No es cierto que un mundo determinista no pueda cambiar nada".