Dice José Ángel Murcia (Murcia, 1977) que hemos normalizado que matemáticas sea una de las asignaturas más aburridas a "unos niveles muy peligrosos". El motivo parece claro: si sólo las utilizo para aprobar un examen, ¿por qué voy a pensar que son importantes?
En cambio, si se enseñan con una aplicación práctica, tal vez resulten más atractivas. Así lo demuestra un vídeo protagonizado por el propio Murcia que acumula casi dos millones de reproducciones en la cuenta de TikTok de Smartick, la metodología online de aprendizaje de matemáticas y lectura con la que colabora y que compagina con su labor como profesor asociado de la Universidad Complutense de Madrid.
Ambas le han servido para darse cuenta de que el problema está en la metodología. Valora que cada vez haya más profesores dispuestos a cambiarla. Pero, como ocurre en otros ámbitos, suelen recibir "mucho odio y rechazo". También es crítico con 'los suyos': "Te encantarán, pero igual tus alumnos no están aprendiendo nada", comenta acerca de la ceguera que puede provocar la pasión por las matemáticas en algunos docentes.
Murcia atiende a EL ESPAÑOL en el peor momento que han vivido las matemáticas en nuestro país; o al menos, según el último informe PISA, donde obtuvimos los resultados más bajos de la historia. "El director de Educación de la OCDE ha asegurado que proporcionarán las fórmulas en la primera página del examen, lo cual choca con la metodología que tenemos", apunta este profesor que confía en que la educación se convierta en una cuestión de Estado.
¿Lo de que copió en un examen de matemáticas lo cuenta para que sus alumnos empaticen más con usted o sucedió realmente?
No, es la pura verdad. De hecho, llevo tatuada la fórmula que copié en el instituto. Para mí, copiar fue muy vergonzoso. Pero es que no me entraba en la cabeza. Y es curioso porque un par de años después se la tuve que explicar a una compañera y la entendí.
Resulta que aprendes más haciendo algo activo como es explicar que estando sentado escuchando a tu profesor —porque yo era de los que atendía—. Hay evidencia científica de que se aprende más con este pensamiento activo. Cuando estás en un colegio sentado aprendes muy poquito; es la forma en la que menos te cala lo que vas escuchando.
¿Qué fórmula era?
Esa es la parte terrible de la anécdota, que era la de que el logaritmo del producto es la suma de los logaritmos. Mi hija mayor, que acaba de pasar por 4º de ESO, me miró un día y me dijo "papá, esa fórmula es trivial".
¿Han cambiado las matemáticas que le enseñaron a usted, en comparación con las que está aprendiendo ahora su hija?
Por desgracia, creo que no ha cambiado mucho. Es cierto que cada vez hay más profesores dispuestos a hacer algo diferente. Pero reciben mucho odio y rechazo en medios, en redes y en todas partes.
Habrá quien diga "ahora todo es mucho más fácil". Pero no es así. Ha cambiado muy poco para lo que tendría que haber sido. En educación, la tradición es muy fuerte, no solamente en matemáticas. El "a mí me funcionó", que tiene un sesgo de supervivencia terrible, y el "esto siempre se ha enseñado así" tiene mucha fuerza. Estamos aferrados a la tradición.
¿Las generaciones actuales serían capaces de aprobar los exámenes que se hacían antes?
Habría que acotar a qué nos referimos con "antes". Si hablamos de cuando la enseñanza era algo elitista y minoritario, pues sí que ha habido una simplificación en comparación con la actual. Pero ha sido por fuerza, porque lo que quieres es que todo el mundo sea capaz de resolver problemas, independientemente del nivel sociocultural de su familia.
Otra cosa es que las notas puedan estar más hinchadas, que eso es una evidencia: desde antes de la pandemia, las notas siempre subían un poco más. Pero no porque la prueba sea más fácil, sino por el sistema.
Más allá de ideologías políticas, creo que el revuelo se resolvería con una prueba única. Pero que no sea mecánica, memorística y repetitiva, porque entonces no ganaríamos nada. Debería ser una prueba de madurez y de competencia.
¿Tiene sentido que sigamos explicando cómo se hace una raíz cuadrada?
Éste es un ejemplo tremendo. Porque el procedimiento de la raíz cuadrada está fuera del currículo desde hace 30 años. Pero como sigue apareciendo una mención a enseñar el significado de la raíz cuadrada, pues aprovechamos, para que nadie nos acuse de estar bajando el nivel, y colamos en los libros el procedimiento.
Ahora, explicar qué es una raíz cuadrada me parece fundamental porque, además, se entiende muy bien. Por ejemplo, una estantería cuadrada con 25 huecos tiene lado cinco. Acabo de hacer la raíz cuadrada de 25.
Es muy chocante porque es de lo poco que se ha eliminado, pero no ha calado en el currículo que llevamos en la cabeza. A nadie se le ocurre mirar en el decreto si está o no. Si te quejas de que te falta tiempo, elimina esto y enseña otras cosas que sí que hace falta; por ejemplo, a resolver problemas.
¿Deben seguir haciéndose cálculos con lápiz y papel?
Pueden tener muchísimo sentido. En 1979, Stuart Plunkett, en un artículo titulado 'La descomposición y toda esa porquería', ya advirtió que había una parte del cálculo que debía hacerse de manera tecnológica. Hace más de 40 años, cuando la calculadora era un artículo de lujo. Pero también hay una serie de operaciones que debo ser capaz de hacerlas mentalmente.
¿Cómo influye que prácticamente con cada cambio de gobierno se apruebe una nueva ley educativa?
Es un problemón, pero no sólo en educación. La sensación de "luego venimos nosotros y lo cambiamos" es terrible. No es ideal la creencia de que esto cambiará en la siguiente ley. Lo que aprenden nuestros hijos debería ser una cuestión de Estado.
En Singapur tenemos un ejemplo de éxito, después de que se hiciera un cambio radical en los años 60. Se recortaron una barbaridad de contenidos procedimentales. También es verdad que a la persona que planteó este cambio no le preocupaba salir elegido en las siguientes elecciones porque era un dictador.
¿Por qué se deben recortar algunos contenidos procedimentales?
Es muy sencillo. ¿Este procedimiento lo puede comprender un alumno de 1º de ESO? No, pues entonces o no se enseña o se hace más tarde. Lo que se tenga que aprender que sea con comprensión.
Otro ejemplo es el de las tablas de multiplicar. Que el primer contacto sea memorizarlas es mala idea. Tampoco hay que caer en el extremo buenrollista de "no hace falta aprendérselas de memoria". En absoluto, hay que saberlas de memoria, pero que el primer contacto sea la memoria es un error gordísimo.
¿Esto provoca que los alumnos hagan 'borrón y cuenta nueva' de un curso a otro?
Pero con toda lógica. Cómo le defiendo a mi hija lo que es importante si lo que aprende no lo ha usado nunca, sólo para ponerlo en un examen. Se lo enseñan, le examinan la semana siguiente y no lo vuelve a ver hasta el año que viene, pues evidentemente lo olvida. Es un ejercicio de economía de recursos, el cerebro conserva datos que sabe que son necesarios, pero no para responder en una prueba. Al final, estamos discriminando los buenos alumnos de los malos por lo que son capaces de recordar en un examen.
¿Le preocupa que España haya obtenido los peores resultados de la historia en matemáticas en el informe PISA?
El informe PISA nos va marcando una metodología de trabajo hacia unos problemas menos procedimentales. El director de Educación de la OCDE, que precisamente es matemático, dijo en una entrevista que a partir de ya iban a proporcionar a los alumnos todas las fórmulas en la primera página del examen porque no consideran que aprenderse las fórmulas sea competencia matemática.
Eso choca con la metodología que tenemos. Si para nosotros la memorización de la fórmula es esencial, seguiremos enseñándola. Pero si luego en la prueba aparece en la primera página, el tiempo que le has dedicado a que los alumnos la memoricen es tiempo perdido. Creo que nos iremos adaptando porque nos hace pupa tener malos resultados en PISA.
Como se le ponga la fórmula en los exámenes será el argumento definitivo para quienes dicen "ahora todo es mucho más fácil".
Sí, posiblemente. Pero hablamos de la OCDE, que no son unos rojos terribles ni un organismo muy rupturista. Quiero pensar que nos iremos adaptando.
También han dicho que tendrán acceso a una calculadora en el 80% de las preguntas. ¡Toma ya! Es que la calculadora era necesaria para las élites hace 40 años, pero ahora todos llevamos una en el bolsillo. ¿Cómo podemos vivir de espaldas a eso?
¿La calculadora debe utilizarse en las aulas?
Sin duda, desde infantil. Pero ojo, no todo el rato. Hay que aprenderse mentalmente algunas cosas. Me parece una aberración que se haga seis por siete con calculadora. Otra cosa es que tú hayas tenido que hacer el cálculo de 5,85 por 6,25 y lo hayas hecho estimativamente, digas esto debe dar unos 42, y luego compruebas el resultado en la calculadora. Pero si la única manera de hacer 35 más 37 es con calculadora pues no aprendes a hacerlo de otra forma.
¿Le resulta chocante que con un mayor acceso a las tecnologías no se haya conseguido un mejor uso en el ámbito educativo?
Sí. En Murcia, por ejemplo, se han prohibido las pantallas hasta 5º de Primaria. ¿En serio? Pero solamente en el colegio, porque a esa edad ya hay niños que tienen móvil propio. En vez de funcionar con ideas felices, deberíamos plantearnos qué es lo que dicen los expertos, qué están haciendo otros países para tener éxito.
¿Es cierto el mito de que los profesores de matemáticas son personas serias?
Hay de todo. En ocasiones los profesores nos hemos convertido en parte del problema porque amamos mucho lo que enseñamos pero tenemos tan poca formación específica sobre enseñanza. Yo mismo empecé a dar clases en un instituto sabiendo muy poco sobre cómo aprenden los niños. Me movía en qué recuerdo yo que me enseñaron a mí, que no era lo idóneo. Nos falta bastante formación sobre cómo aprenden los niños. La otra cuestión es que hay profesores de secundaria enseñando matemáticas sin haberlas estudiado. Una persona licenciada en Biología puede impartirla.
¿Hemos normalizado que sea una de las asignaturas más aburridas?
Sí, sin duda, lo hemos normalizado a niveles muy peligrosos. Que el chiste sea suspenso en religión y no en matemáticas. Hemos normalizado que se nos den mal las matemáticas y no estamos invirtiendo en formación de nuestros maestros. Hay pocos enseñando, pero los que haya, que les guste, que sepan enseñarlas.
Que no les ciegue su pasión por las matemáticas.
Claro, pero tampoco quiero caer en el populismo de que alguien por el simple hecho de haber estudiado matemáticas va a ser buen profesor. De la carrera docente cambiaría la cantidad de horas de prácticas y que sean evaluadas en serio.
Y en los años siguientes, también. Esto es muy polémico. Pero que yo sea profesor para siempre porque he conseguido volcar lo que me he aprendido de memoria en un examen de oposición es peligrosísimo. Sé tantas matemáticas que esto me encanta, pero igual mis alumnos no están aprendiendo nada.
¿Esperaba que se fuera a viralizar un vídeo que se basa en una explicación matemática?
Es llamativo y se me escapa de las manos. No puedo entender cómo ha tenido semejante éxito. Quiero pensar que es porque a la gente le sorprende que haya explicaciones matemáticas que se pueden vincular con el día a día.
Estamos acostumbrados a haberlo estudiado de memoria y, de repente, llega este señor calvo y barbudo a decirte que sirve para que te des cuenta de que de 120 a 140 kilómetros por hora solamente ganas cuatro segundos por kilómetro.
Además de su vídeo, en redes sociales también se viraliza contenido que niega la evidencia científica. ¿Le preocupa que las nuevas generaciones lo consuman?
Más allá de prohibir las pantallas, habrá que aprender a detectar cuándo un contenido es malicioso. A día de hoy, hay una cantidad de información falsa y tendenciosa, medios de comunicación que lo parecen pero no lo son, individuos que sólo pretenden malmeter, que necesitamos formación en pensamiento crítico, tanto los pequeños como los adultos. Pero no la estamos teniendo.
¿Una sociedad a la que se les dan mal las matemáticas es una sociedad menos libre?
Sí, sin duda. Unas matemáticas bien entendidas, no puramente procedimentales, tienen mucho que ver con el pensamiento crítico, con la lógica y con la resolución de problemas. A veces es complicado de entender, pero las matemáticas contribuyen a la competencia, no solamente matemática. Y una de las muchísimas maneras de llegar a esa ciudadanía crítica es una buena formación en matemáticas. No me cabe la menor duda.