Una de cada cuatro muertes por calor pueden atribuirse al envejecimiento de la población.

Una de cada cuatro muertes por calor pueden atribuirse al envejecimiento de la población. EFE

Ciencia

Las muertes por calor se triplicarán en Europa en 2100: 20.194 personas podrían fallecer en España

En el viejo continente mueren ocho personas más por frío que por calor, pero se estima que la relación disminuirá hacia finales de siglo, según un estudio.

22 agosto, 2024 02:32

El aumento de las temperaturas extremas año tras año lleva a la ciencia a preocuparse por el efecto del calor en la salud. Sólo en los primeros 15 días de agosto murieron 1.151 personas en España a causa de las temperaturas extremas, según el  sistema de monitorización de mortalidad diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III.

Un estudio de modelización publicado este miércoles en The Lancet Public Health estima que las muertes por calor se triplicarán en Europa en el año 2100. En España calculan que podrían fallecer 20.194 personas. Los decesos por altas temperaturas aumentarán en todas las zonas del viejo continente, mientras que los provocados por el frío verán una ligera disminución.

Las áreas más afectadas incluirán el sur del continente (España, Italia y Grecia) y zonas de Francia. En estos momentos, en Europa mueren unas ocho personas más por frío que por calor, pero se estima que esta relación disminuirá considerablemente hacia finales de siglo.

Para estos cálculos, los autores han utilizado datos de 854 ciudades europeas de 30 países distintos. Además, realizaron estimaciones de muertes actuales y futuras relacionadas con la temperatura para cuatro niveles de calentamiento global entre 1,5 °C y 4 °C combinando 11 modelos climáticos diferentes. 

En este fenómeno influyen dos factores: por un lado, las personas mayores tienen un mayor riesgo de morir por temperaturas extremas. Por otro, las previsiones indican que la población es cada vez más longeva. "Una de cada cuatro muertes por calor pueden atribuirse al envejecimiento de la población", expone Dominic Royé, investigador y responsable de ciencias de datos en la Fundación para la Investigación del Clima (FIC). 

El científico también explica que el calor y el frío también afectan de manera completamente distinta. El primero "mata directamente, de forma casi súbita". Esto significa que, si se registran 40°C, su efecto se verá el mismo día y tres o cuatro días más, "después desaparece". En el segundo caso, la cuestión es más compleja. Aquí se mezclan las temperaturas con las enfermedades infecciosas respiratorias, cuyos efectos pueden llegar a durar varias semanas. A pesar de las diferencias, "Los hallazgos son casi similares en una situación o en otra".

El calor y el frío provocan actualmente 407.538 muertes en toda Europa cada año. 363.809 están relacionadas con el segundo y 43.729 con el primero. Con el calentamiento global, los inviernos son cada vez más suaves. Aunque, se puede tender a pensar que las muertes por temperaturas se reducirían en esta estación, lo cierto es que el descenso es mínimo. Las previsiones del trabajo publicado en The Lancet Public Health muestran que solo descenderían a 333.703 en 2100. "La reducción que debería ocurrir no se produce por el envejecimiento", indica Royé.

La región en la que se vive también influye en esta cuestión. Entre 1991 y 2020, el número de muertes relacionadas con el frío fue 2,5 veces superior en Europa del este que en Europa occidental. Por otro lado, los decesos relacionados con el calor fueron 6 veces mayores en el sur que en el norte del continente, destacando España, Grecia, Italia y algunas zonas de Francia.

En el viejo continente, las tasas de mortalidad por frío se sitúan entre 25 y 300 muertes por cada 100.000 habitantes. Según las estimaciones del trabajo, en un escenario con un calentamiento de 3ºC, en el próximo siglo estas cifras experimentarían una reducción insignificante. Oscilarían entre 29 y 225 fallecimientos cada 100.000 personas. Los territorios más afectados serán Irlanda (donde casi se duplicarían), Noruega y Suecia, los mismos que esperan un gran aumento de su población mayor de 85 años.

Con el calor ocurre justo lo contrario: los índices varían entre 0,6 y 47 muertes cada 100.000 personas. Las más bajas se registran en Reino Unido y  los países escandinavos. Croacia y las zonas más meridionales del viejo continente son las que cuentan con mayores registros. En el mismo escenario, un aumento de 3ºC en la temperatura del planeta, esas cifras crecerían más de un 13%. Es decir, podría matar a 55.000 ciudadanos más al año. "Con cada décima que aumente, mayor será el impacto", advierte Royé.

Es importante dónde se vive

Ese impacto también está influido por factores. Por ejemplo, en las zonas urbanas será mucho mayor que en las rurales. En el primer entorno se produce un efecto conocido como isla de calor (absorbe más calor y le cuesta más expulsarlo), que aumenta las temperaturas también por la noche. Además, el hecho de vivir cerca de parques y zonas verdes también puede aliviar mucho la exposición al calor, desarrolla el investigador de la FIC. 

La zona en la que se vive también está relacionada, continúa Royé. "No son lo mismo 40ºC en Sevilla que en Bilbao". La temperatura es la misma, pero en la ciudad andaluza es más frecuente, por lo que su población está más acostumbrada y adaptada, cuenta. Tampoco se puede olvidar la situación socioeconómica: "Los más vulnerables son justamente los grupos con menos recursos". 

No es lo mismo pasar una ola de calor cuando puedes usar aire acondicionado en casa que cuando no te lo puedes permitir, ilustra el investigador. Por eso, para él, "la mejor medida para luchar contra el cambio climático es reducir la desigualdad". Para poder sobrevivir a las temperaturas extremas es necesario reacondicionar las viviendas y las ciudades, si la población se lo puede permitir se podrá adaptar mucho más fácilmente.

Este no es el primer estudio que predice el efecto de las altas y bajas temperaturas en la mortalidad. El pasado febrero, un estudio publicado en The Lancet Planetary Health proyectó que en 2090 la mortalidad causada por el calor se verá aumentada un 70% en España. En contraposición, la provocada por el frío solo se reducirán un 7,5%. 

Otra investigación de Nature Communications, que vio la luz el mismo mes, previó que la población mundial mayor de 65 años aumentará del 9% actual al 16% en 2050. Según este trabajo, teniendo en cuenta el envejecimiento, en España un aumento de 3ºC en la temperatura global, aumentaría un 4,8% la mortalidad por temperaturas elevadas. En la misma situación, los decesos por bajas temperaturas deberían reducirse hasta un 1,6%. Sin embargo, incluyendo a una población cada vez más mayor, esa disminución se queda solo en un 0,3%.

Royé expone que investigaciones como la que publica The Lancet Public Health suponen hallazgos "muy importantes". El investigador sostiene que estos resultados impactan directamente a corto, medio y largo plazo en la vida de la gente. "Hay que empezar ya con las medidas de adaptación y mitigación de estos procesos extremos", afirma. El científico pone como ejemplo de ello las ciudades de París y Barcelona, que han aumentado las zonas verdes y los refugios climáticos. También advierte el peligro que hay en España, que experimenta un gran aumento de las temperaturas y un importante envejecimiento de la población. "Es una bomba", alerta.