El prestigio científico del CNIO se despeña: cae 129 puestos en el ranking 'Nature' de centros en los últimos 7 años
- El Nature Index colocaba en 2017 al centro en el puesto 244 de las instituciones de investigación en salud. En 2024 está en el lugar 373.
- Más información: María Blasco, la notable científica a la que investiga el Gobierno por mala gestión y abuso de poder en el CNIO
Hubo un momento en que el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, CNIO, era líder indiscutible de la investigación en salud en España. El 'Miguel Indurain' —en aquel momento Rafa Nadal ni siquiera era un adolescente— de la investigación española.
Se había planteado de esa forma. El centro nació en 1998 con Mariano Barbacid al frente, uno de los científicos españoles más importantes del último medio siglo: descubrió la primera mutación genética asociada al desarrollo del cáncer.
Como muchos de los grandes investigadores españoles, Barbacid había tenido que salir de España para alcanzar la gloria científica y su regreso pretendía simbolizar el ingreso de nuestro país en la primera línea investigadora mundial.
El científico abandonó la dirección del centro en 2011 (no sin ciertas polémicas a sus espaldas), año en que asumió el cargo María Blasco, cuestionada ahora por sus propios empleados. En aquel momento, el CNIO batallaba para entrar en el top 10 de instituciones de investigación en salud de Europa, pero era líder nacional sin discusión.
Esto forma parte del pasado. Los rankings más importantes del mundo académico han venido mostrando los vaivenes del centro en los últimos años y cómo ha pasado de buque insignia de la investigación biomédica española a verse superado por otros centros.
A algunos de esos centros, precisamente, han ido a parar algunos de los investigadores desde el CNIO.
"Los pesos pesados, a nivel científico, que ha tenido el CNIO han ido saliendo poco a poco desde que Blasco es directora", reconoce un investigador del centro que está en excedencia y que se muestra muy crítico con su gestión.
Pero primero, los números. La base de datos Nature Index —perteneciente al grupo de revistas científicas Nature— proporciona un ranking de instituciones basándose en el impacto de sus publicaciones.
Nature Index proporciona datos en abierto desde el año 2016. En aquel momento, el CNIO (con Blasco cumpliendo un lustro al frente) se encontraba en el puesto 256 de las instituciones europeas de investigación (ya sean universidades, agencias, etc., dedicadas a cualquier ámbito científico), y al año siguiente subió al 244.
Desde entonces, la caída en posiciones del centro ha sido más que notable. En 2020 (con datos de 2019, es decir, justo antes de la pandemia), ya había caído hasta el puesto 296.
En 2022 se situaba en la posición 357; al año siguiente subió hasta el 325 pero en 2024 ha vuelto a caer hasta el 373, es decir, 129 posiciones más abajo en el ranking que en 2017, solo siete años antes.
Otra clasificación, la que proporciona la consultora científica Scimago, ofrece una perspectiva similar. El Scimago Institutions Rankings colocaba el CNIO en el puesto número 12 de entre las instituciones de investigación en salud de Europa occidental en 2011, año del relevo de Barbacid.
En aquel momento, el centro era la primera institución en salud. En 2014, sin embargo, fue superado por el Hospital Clínic de Barcelona: este se situaba en el lugar número 16, mientras que el CNIO descendía hasta el 24.
El centro no volverá a oler el top 10 desde entonces. En 2018 se encontraba en la posición 36, por detrás del Hospital Clínic (13), el Instituto de Salud Carlos III (20) y el Institut d'Investigacions Biomediques August Pi I Sunyer (Idibaps, vinculado al Hospital Clínic, 21).
En 2022 se encontraba en el puesto 37, mientras que el Carlos III se situaba en cuarto lugar y el Centro de Regulación Genómica de Barcelona lo hacía en el 26. En 2023, ascendía al puesto 27, superado de nuevo por el Carlos III, cuya labor en torno a la pandemia de Covid le ha granjeado un notable prestigio (sexto lugar), y también por el Instituto de Oncología del Hospital Vall d'Hebron (en la posición 25).
Crisis económica y fuga de cerebros
Los inicios de Blasco al frente del CNIO no fueron fáciles: asumió el cargo en plena recesión económica, los presupuestos de la ciencia sufrirían unos recortes de los que todavía se están recuperando y eso lo notaron especialmente los organismos vinculados al Gobierno central.
Para justificar los números rojos —acarrea un déficit superior al millón de euros—, la investigadora recordaba el pasado viernes, en una comparecencia frente a los medios, que se ha invertido en la estabilización de los investigadores y que la subvención nominativa del Ministerio de Ciencia no ha aumentado su cuantía desde su fundación hace más de 25 años.
La caída del CNIO en los rankings no es solo cuestión de dinero. "La marcha de investigadores punteros con publicaciones en revistas de alto índice de impacto ha tenido seguro algo que ver", comenta un investigador de la casa que no quiere dar su nombre.
Estas marchas fueron especialmente notables en los años pre-pandemia. Manuel Serrano es uno de los expertos mundiales en longevidad que fichó en 2021 Altos Labs, una misteriosa empresa participada por grandes millonarios que tiró de talonario para reunir talento en busca de la eterna juventud.
Para entonces, Serrano llevaba fuera del CNIO cuatro años. Entró en 2003 y fue director del Departamento de Oncología Molecular y jefe del grupo de Supresión tumoral hasta que, en 2017, marchó al Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona.
Ese mismo año decía adiós el bioinformático Alfonso Valencia, que, tras una década en el centro (donde era vicedirector de Investigación Básica y director del Programa de Biología Estructural y Biocomputación), se incorporó al Barcelona Supercomputing Center.
Dos años después, en 2019, se bajaba del barco Erwin Wagner, bioquímico austriaco que inició su andadura en el CNIO en 2008 como jefe del grupo de Biología Celular del Cáncer y era subdirector del centro en el momento de abandonarlo.
En último en anunciar su marcha ha sido Marcos Malumbres, jefe del grupo de División Celular y Cáncer, que se incorporará al Instituto de Oncología del Vall d'Hebron a partir del año que viene.
El patronato del CNIO se reunió este martes para estudiar el plan para 2025 del centro y decidió no aprobarlo a la espera de una "explicación exhaustiva" sobre su situación laboral y económica.
Ese mismo día, el periódico El País contó que el Gobierno había encargado una investigación por presunto acoso laboral y abuso de poder por parte de María Blasco, a la que compañeros y subordinados llaman 'la dictadora' en lugar de 'la directora'.
La investigadora, que alcanzó prestigio tras desvelar las claves en el desarrollo del cáncer y el envejecimiento que esconden los telómeros (una serie de secuencias repetitivas de ADN en los extremos de los cromosomas) puso su cargo a disposición del Gobierno tras una carta enviada por científicos del centro que la acusaba de mala gestión.
La ministra de Ciencia, Diana Morant, respaldó a Blasco el pasado viernes. No obstante, el patronato del CNIO volverá a reunirse en cuatro semanas para evaluar la información recibida y tomar una decisión.