A Joel Romero no le ha hecho falta pisar la universidad para desarrollar un proyecto de robótica espacial que ha acabado interesando a la NASA.
Este adolescente de Vilanova i la Geltrú se planteó cómo podría colonizarse Marte y construir las infraestructuras básicas que serán necesarias en un primer momento sin arriesgar la vida de los astronautas. La respuesta estaba, por supuesto, en que lo hicieran robots antropomorfos, y más concretamente, robots controlados por astronautas que los manejarían desde una distancia de 17.000 kilómetros, una posición más cercana al planeta rojo que la Tierra. De esta forma, reducirían el retardo de las órdenes de 20 minutos a menos de un segundo.
Esta idea, brillante con independencia de la edad, ha servido a Romero para obtener un reconocimiento en el último certamen de la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería (ISEF) Intel, cuyos ganadores fueron anunciados a finales de mayo.
Según ha publicado el Diari de Vilanova, Romero, que estuvo en Los Angeles para recibir el galardón, pasará ahora el verano en el Instituto Tecnológico de Massachussets para mejorar su prototipo: "El guante con el que se controla la mano robótica lo compré en Decathlon y tiene los sensores cosidos a mano", revela al diario de su localidad.
Entre los finalistas a este certamen, uno de los más importantes de investigación pre-universitaria, había también otra catalana, Queralt Portell de Montserrat, de 18 años y estudiante en el Institut Manuel Carrasco i Formiguera, de Barcelona, que presentaba un proyecto sobre detección de cambios en la materia oscura de las galaxias.