John Brogan, el cómplice de asesinato cuya cara deforme acabó en un museo
El Museo de la Cirugía de Edimburgo exhibe la cara quemada de este delincuente, que ayudó a dos asesinos famosos en el siglo XIX.
21 septiembre, 2017 02:14Cuando era niño, John Brogan sufrió graves quemaduras en su cara y en su cuello que le dejaron secuelas de por vida. Las cicatrices deformaron su rostro e incluso desplazaron su mandíbula inferior, confiriéndole un aspecto grotesco.
Su cráneo y un molde en yeso que reproduce su cara marcada pueden observarse en el Museo de la Cirugía de Edimburgo (Surgeon’s Hall Museums en inglés) del Reino Unido.
Más allá de su apariencia, Brogan era conocido por ayudar a dos famosos delincuentes de la ciudad escocesa: William Burke y William Hare. Este último regentaba una casa de huéspedes. Cuando uno de los clientes murió, a ambos se les ocurrió vender su cuerpo al anatomista Robert Knox, que lo necesitaba para hacer disecciones.
Al ser conscientes de los ingresos que podía suponer esta práctica, decidieron repetirla, pero sin esperar a que llegara la muerte natural. Juntos atraían a una persona a la pensión, la asfixiaban y vendían su cuerpo al médico. Parece que Brogan les ayudaba a transportar los cuerpos a la escuela de anatomía e incluso uno de los crímenes se cometió en su casa, según señala el museo.
En total se calcula que asesinaron a 16 personas. Descubiertos por otros huéspedes, los delincuentes fueron detenidos pero solo Burke fue ejecutado en la horca en 1829. Hare y el doctor Knox huyeron de la ciudad, mientras que Brogan murió de cólera en 1834.
De mano en mano
El cráneo de Brogan pasó de unas manos a otras hasta llegar a las vitrinas del museo. En un primer momento fue entregado al Colegio Real de Cirujanos de Edimburgo pero su hermano lo reclamó cuando lo vio expuesto en una de sus colecciones. En lugar de enterrarlo como había prometido, lo vendió a un dentista, cuya colección, irónicamente, fue entregada de nuevo al centro en 1869.
El actual Museo de la Cirugía de Edimburgo pertenece al Colegio Real de Cirujanos y está formado, a su vez, por tres instalaciones: el Museo de Patología Wohl, el Museo de Historia de la Cirugía y la Colección Dental. Entre los tres suman la mayor colección de patología quirúrgica del mundo, incluyendo huesos, tejidos, instrumental y obras de arte.