El biólogo sueco Svante Pääbo, un especialista en genética evolutiva que ha centrado su trabajo en el estudio del genoma completo del hombre del Neandertal y las primeras poblaciones de la prehistoria, ha sido galardonado hoy con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2018.
Director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, Pääbo (Estocolmo, 1955) está considerado como uno de los fundadores de la paleogenética, disciplina con la que ha demostrado que los humanos modernos se mezclaron y cruzaron con neandertales.
Este mismo año, desde el instituto que dirige se descifró el genoma de cinco neandertales que vivieron entre 39.000 y 47.000 años atrás, investigación que arrojó más luz sobre la diversidad genética de esa especie de homínidos durante la última etapa en la que convivieron con los humanos modernos.
"Parece que el flujo de genes se produjo en gran medida de manera unidireccional, desde los neandertales hacia los humanos modernos", según mantiene el investigador sueco, que ha concluido que los "homo sapiens" modernos tienen entre un 1 y un 4 por ciento de material genético procedente de otra especie.
El fallo del jurado, dado a conocer este mediodía en Oviedo por el investigador Pedro Miguel Echenique, destaca la contribución de Pääbo al desarrollo de "métodos precisos para el estudio del ADN antiguo que han permitido la recuperación y el análisis del genoma de especies desaparecidas hace cientos de miles de años".
"Sus descubrimientos obligan a reescribir la historia de nuestra especie", añade el acta que destaca particularmente su labor de "secuenciación del genoma de los neandertales y el hallazgo de que genes de estos y otros humanos extintos forman parte del acervo genético de la Humanidad".
Pääbo cursó estudios de Historia de la Ciencia, Egiptología, Ruso y Medicina en la Universidad de Uppsala, fue investigador del Departamento de Biología Celular, en el que se doctoró en 1986, y desde 1997 es director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Leipzig.
Desde ese centro ha dirigido el proyecto de secuenciación completa del genoma del neandertal, especie extinguida hace aproximadamente 30.000 años con unos métodos que también han sido utilizados para el estudio de las poblaciones de animales extinguidos, como los mamuts, los perezosos terrestres o los osos cavernarios.
Mientras trabajaba en este proyecto descubrió, a través del estudio de unos restos procedentes de Siberia, un nuevo tipo de homínido desconocido hasta ese momento, al que se conoce como denisovano (por el nombre de la cueva donde se hallaron los restos), el primero extinguido y descrito exclusivamente a través de datos genéticos que contribuyeron a un 5 % al genoma de los actuales habitantes de Australia y otras zonas de Oceanía.
De su proyecto del genoma neandertal, para el que analizó, además de los siberianos, restos de los yacimientos de Vindija (Croacia) y El Sidrón (España), se descubrió que un 2 % del genoma de los humanos modernos no africanos proceden del neandertal.
La candidatura de Pääbo fue propuesta por el rector de la Universidad de Burgos, Manuel Pérez Mateos, y se impuso en las últimas votaciones entre las 38 propuestas de 17 nacionalidades que optaban a este galardón.
Éste ha sido el séptimo premio en fallarse en esta XXVIII edición de los Premios Princesa de Asturias tras los concedidos a Martin Scorsese (Artes), Alma Guillermoprieto (Comunicación y Humanidades), Amref Health África (Cooperación Internacional), Reinhold Messner y Krzysztof Wielicki (Deportes), Fred Vargas (Letras) y Michael J. Sandel (Ciencias Sociales).
El pasado año fueron galardonados con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica la Colaboración Científica LIGO y tres de los físicos que la impulsaron, Rainer Weiss, Kip S. Thorne y Barry C. Barish, por sus aportaciones en la detección directa de ondas gravitacionales, en las que se basa la nueva astronomía.
Los ocho Premios Princesa de Asturias están dotados con la reproducción de una escultura diseñada por Joan Miró, 50.000 euros, un diploma y una insignia acreditativa.