Xylella fastidiosa es considerado uno de los patógenos más peligrosos del mundo para las plantas y ya ha causado enfermedades en más de 350 especies, provocando problemas en los cultivos y pérdidas económicas. Recientemente la bacteria ha alcanzado más países como Irán y Taiwán, además de EE UU y Brasil, donde ya estaba presente.
En Europa se identificó en 2013 en Italia, y se está extendiendo por los países mediterráneos. Tanto Francia como España han sufrido brotes. Ahora todas las miradas se centran en la mayor zona de cultivo de olivos del mundo: más de 2,5 millones de hectáreas en la cuenca mediterránea.
La devastadora bacteria es transmitida por insectos que se alimentan de savia, lo que causa diversas enfermedades en las plantas. Los olivos son especialmente vulnerables: la bacteria marchita las ramas y quema las hojas. Al no haber cura, hasta el momento la única solución para frenar el progreso de la patología era sacrificar árboles infectados.
Un nuevo estudio, publicado en la revista Nature Plants y que ha contado con la colaboración del Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC en Córdoba, propone un diagnóstico temprano, clave para una contención más efectiva. Los investigadores han logrado identificar la bacteria antes de que sean visibles los síntomas en los olivos infectados, gracias a nuevo método remoto de imagen que escanea huertos enteros desde el aire.
El análisis aéreo, que se puede realizar con aviones o drones, puede ayudar a controlar la propagación de la infección y salvar el árbol icónico del sur de Europa.
La patología desde el aire
"Realizamos varias inspecciones intensivas anuales in situ de más de 7.000 árboles y recogimos datos de imágenes aerotransportadas en 15 olivos. Encontramos que las alteraciones fisiológicas causadas por la infección por X. fastidiosa en la etapa previsible eran detectables en rasgos funcionales vegetales evaluados remotamente por sensores hiperespectrales y térmicos", dicen los autores en el trabajo.
Pablo Zarco-Tejada, primer autor del estudio y científico en el Directorate D-Sustainable Resources de la Comisión Europea, y sus compañeros usaron cámaras especiales, instaladas a bordo de un avión pequeño, para captar tanto imágenes hiperespectrales (mirando a través de todo el rango electromagnético) como análisis de imágenes térmicas de los huertos.
Luego los autores comprobaron los olivos desde el suelo para detectar la infección por Xylella. Así descubrieron que los efectos de la infección bacteriana pueden detectarse remotamente antes de que aparezcan los síntomas visibles, lo que permite un mapeo rápido y preciso de los olivos infectados con esta bacteria en los diferentes huertos.
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